Centro de Arte Contemporáneo Archipiélago. Foto: José Campos
La recurrente experiencia con lugares destinados a la actividad económica no le ha impedido emprender proyectos dirigidos a remodelar sectores populares y dignificar espacios públicos de uso común con su característica economía de medios.
Cristina Guedes, nacida en Macao en 1964, estudió en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Oporto y en la misma institución realizó sus estudios de posgrado en Planeamiento y Diseño del Espacio Urbano.
Un paso importante en su carrera fue haber colaborado, entre 1989 y 1990, en el estudio de Álvaro Siza, ganador del Premio Mies van der Rohe de arquitectura europea en 1988.
Guedes ha forjado una sólida trayectoria en Portugal, acumula más de dos décadas de ejecutar proyectos variados que incluyen intervenciones de patrimonio, infraestructuras, y rehabilitaciones o mezclas de las anteriores.
Una obra emblemática de Cristina y de Francisco Viera de Campos, su socio en el estudio Menos é mais, es el Centro de Arte Contemporáneo Archipiélago ubicado en Ribeira Grande, una ciudad portuguesa en la Isla de San Miguel, Azores. Gracias a la remodelación y ampliación hechas para recuperar el espacio que ocupaba una antigua fábrica de alcohol y convertirlo en un santuario cultural, el despacho fue finalista de los premios Mies van der Rohe 2015.
A Guedes le atrae la conexión de su profesión con otras disciplinas, es una exponente del Land Art, corriente contemporánea iniciada en los sesenta que pugna por una estrecha relación entre paisaje y creación, resalta la importancia de preservar el medio ambiente y utiliza materiales ya dispuestos en el lugar para concretar la intervención del espacio.
En Menos é mais aseguran que su nombre no tiene relación con la famosa frase de Mies van der Rohe que se convirtió en un postulado de la moderna ejecución de edificios.
Además de los afanes de la firma, la portuguesa ha sido docente en universidades de Oporto, Coimba y Lisboa. También fue llevada a Suiza como profesora invitada y ha impartido seminarios en Francia, Italia, y Croacia.
El primer trabajo de su estudio, fundado en 1994, consistió en intervenir el Café do Cais, ubicado en la ribera del río Duero en Oporto. Allí realizó una labor que se decantó por la sencillez y ligereza de los elementos, una estructura que destaca por su transparencia, y la escasez de estancias sólidas.
Este despacho también firmó la construcción de establecimientos, que siguen la inclinación hacia las formas ligeras, a la orilla del Duero en la ciudad de Gaia y una intervención del Monasterio de Batalha, ubicado en el distrito de Leiria, donde el carácter histórico del inmueble motivó la instalación de estructuras autónomas y flexibles dentro de sus muros.
ARQUITECTA INDUSTRIAL
El prestigio obtenido ha derivado en encomiendas para darle un nuevo concepto a un pabellón de talleres en la Facultad de Bellas Artes, también en Oporto, o bien recuperar y transformar una central térmica en Coimbra. Este último encargo, conocido como la Casa das Caldeiras, significó habilitar un desolado cascarón y convertirlo en un Centro de Estudios de Fotografía para estudiantes universitarios.
La fama industrial de Cristina Guedes se ha fincado tanto en la reconversión de plantas en desuso como en la finalidad estética que emplea materiales vinculados con actividades productivas.
En 2011, por ejemplo, para construir un muro de contención en la dársena sur del puerto de Leixões, concibió una infraestructura atípica, basada en el uso de contenedores de los que se utilizan en las actividades porteñas. La inusual barrera fue animada con poemas de Álvaro de Campos, uno de los heterónimos de Fernando Pessoa.
La recurrente experiencia con lugares destinados a la actividad económica no le ha impedido emprender proyectos dirigidos a remodelar sectores populares y dignificar espacios públicos de uso común con su característica economía de medios.
Un trabajo muy comentado fue el Teleférico de Gaia, que conecta el marginal bajo de Gaia y la Sierra del Pilar. El estudio de Guedes ganó mediante concurso el contrato para ejecutar su proyecto.
Cristina y Francisco Viera explicaron que entrañaba un desafío por los riesgos derivados de las características topológicas de la zona en que se montaría el medio de transporte. Destacaron que las necesidades del sitio y de la obra obligaban a poner en segundo término el papel del arquitecto. Su objetivo fue conciliar un panorama impresionante con una compleja tecnología de movilidad. Una postura recurrente en ellos volvió a ir por delante: instalar la infraestructura procurando afectar al mínimo el paisaje.
El teleférico de Menos é mais ganó la VIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo.
ARCHIPIÉLAGO
Otra distinción al trabajo del despacho de Guedes llegó con su etiqueta de finalista de los premios Mies van der Rohe 2015 por su Archipiélago: Centro de Arte Contemporáneo en la costa norte de la isla de San Miguel, en el archipiélago de las Azores, en el océano Atlántico. El despacho remodeló y amplió una antigua fábrica de alcohol y tabaco para trasladarla a la modernidad.
Un solitario complejo industrial dentro de un predio amurallado se convirtió, gracias a la visión de Menos é mais, en un conjunto que mezcla la base original con volúmenes nuevos. El efecto que se consigue es una identidad fresca que conserva su origen, gracias a la simbiosis de épocas y la manipulación pictórica tanto de los materiales como de las formas.
Las instalaciones preexistentes se distinguen fácilmente por su mampostería de piedra volcánica y conviven sin problema con las nuevas, cuyas características incluyen una forma abstracta y una solidez lograda a partir de una mezcla de hormigón con basalto.
En la descripción de su proyecto, Guedes y Viera de Campos explican que persiguieron la idea de alzar una ciudad dentro de una ciudad, de que fuera evidente la forma en que se relacionan edificios, caminos y espacios públicos. Una característica que da unidad a los inmuebles es que sus superficies carecen de ornamentos; otra es el Patio principal, con inspiración en el foro mediterráneo, que funciona como eje estructural del corredor exterior y articula las construcciones.
Las edificaciones dirigidas por la pareja de arquitectos están pensadas para albergar funciones que no tienen cabida en la vieja fábrica, áreas como una bodega para las obras artísticas, una sala de artes escénicas, laboratorios o estudios para artistas residentes.
En la firma portuguesa consideran que Archipiélago está diseñado para difundir, crear y producir cultura emergente.
Entre los puntos destacados de este centro se encuentran la coherencia de las masas así como la uniformidad de color y textura entre los recientes muros de hormigón y las viejas paredes de piedra de basalto. Para que este plan de intervención y creación funcionara, en Menos é mais decidieron no disimular la roca del esqueleto industrial.
Rescate, modernización y ampliación son términos que la firma de Cristina Guedes combina con soltura. Otra prueba fue la rehabilitación de la Casa das Caldeiras, proyecto que implicó, básicamente, remodelar una abandonada planta térmica y levantar una nueva ala para el Centro de Estudios Fotográficos de la Universidad de Coimbra.
El conjunto construido fue definido como una síntesis de urbanismo y arqueología industrial así como un despliegue de adaptaciones pertinentes para los usuarios actuales del lugar.
La nueva ala se hizo con hormigón (elección que la distingue del inmueble viejo) y se alza en tres plantas con espacios que varían sus alturas y combinaciones. En la abandonada planta se hicieron adecuaciones para elevar el confort sin anular las características existentes. En el proceso de restauración se utilizaron técnicas tradicionales enfocadas a reciclar elementos como las estructuras de acero.
