Parroquia de la Virgen del Refugio iniciada su construcción en un lado de la Hacienda de la Floreña en el año de 1842, y terminada en 1852 por órdenes de Juan Nepomuceno Flores.
En 1598 habían quedado establecidas en estas tierras realengas con la fundación del primer asentamiento colonial con el nombre de Misión de San Juan de Casta, ubicada en aquel tiempo en la margen izquierda del Río Nazas. No habían pasado más de 32 años de la vida de la Misión, cuando ésta había sufrido en diferentes años ataques de indios resultándole daños en su capilla y en sus pobladores. Fue entonces que el capitán Dragones Víctor Mijarez el 24 de diciembre de 1630 a la Misión la bautizó con el nombre de Hacienda, al mismo tiempo con vecinos de este lugar y con esa misma fecha crea el tercer asentamiento humano con la categoría de Rancho de San Juan de Avilés, ubicado en la margen derecha del Río Nazas.
Esas tierras reales propiedad de la Corona Española fueron pedidas por el español José Vázquez Borrego, para su explotación, fundamentando su voluntad para adquirirlas, argumentando que le resultarían grandes utilidades a España, señalando además que dichas tierras se encontraban infestadas de Indios Bárbaros, recalcando que, bajo su riesgo y costo, pronto serían pobladas. Siendo así que el 20 de agosto del año de 1731, inicia las mediciones y la descripción de las tierras, abarcando todo un territorio colindando con el río de Aguanaval, Boca de Jimulco, Llanos de Ledesma, Boca de San Diego, San Juan de Casta, Río de las Nazas y hasta el Presidio de Mapimí, dentro de las cuales se encontraba el Rancho de San Juan de Avilés. Posteriormente ese primer latifundio pasó en propiedad en el año de 1756 a José de Velasco y Restán, quien a la vez vende en 1800 al capitán Juan José Zambrano.
Y fue así que el 11 de Julio de 1836, el gran empresario agrícola de aquellos tiempos Juan Nepomuceno Flores y Alcalde, por medio de remate de los bienes, se adjudica en un concurso de acreedores las tierras de San Juan de Casta y le fueron escrituradas con fecha 20 de julio de 1836, adquiriendo el grandísimo latifundio, con todas sus estancias, ranchos, muebles, semovientes y herramientas. En ellas se encontraba ubicado el pueblo de San Juan de Avilés, dándole el nombre de Hacienda. En 1837 inicia la construcción de una preciosa finca de dos niveles, en el año de 1837, denominándola "La Floreña", convirtiendo a este pintoresco lugar como residencia favorita, utilizándola como centro de operaciones, dirigiendo así sus múltiples negocios ganaderos, agrícolas, textiles y mineros.
En 1842, el pueblo de Avilés aumento su población con arrendadores y subarrendadores de tierras, que provenían de San Fernando. Poco después Juan Nepumuceno construye al lado oriente de "La Floreña" una iglesia dedicada a Nuestra Señora del Refugio, que inicia en 1843 y termina en 1852, siendo en la actualidad una de las más antiguas del territorio del municipio de Lerdo y de la Comarca Lagunera, de la misma manera designa los terrenos para el panteón municipal, en el año de 1843. Durante medio siglo de esfuerzo San Juan de Avilés y las demás haciendas, reciben los beneficios de obras a la apertura de una red hidráulica, de presas, canales y tierras de cultivo para el algodón y la ganadería, prosiguiendo el levantamiento de construcciones arquitectónicas y artísticas de la época, como fueron los cascos de las haciendas de San Fernando en 1848 (Hoy Lerdo, Dgo.), y la de San Carlos el 8 de mayo de 1860 y el 25 de marzo del mismo año, el pueblo del Huarache.
Las acciones del gobierno liberal en el Estado de Durango, a cargo como gobernador el General Domingo Silva, promulgó un decreto No. 134 del 13 de abril de 1863, para expropiar a Juan Nepomuceno Flores, los terrenos de la hacienda de San Juan de Avilés por el interés público y una equitativa distribución de la propiedad territorial. En ese decreto publicado en el Periódico Oficial había erigido en el Partido de Mapimí la Municipalidad de Zaragoza, obteniendo la Hacienda de San Juan de Avilés su categoría como cabecera de la municipalidad con un territorio formado por las haciendas y ranchos siguientes: San Juan de Avilés, San Fernando, San Carlos, San José de los Ángeles, San Juan de Casta, San José de la Goma, El Ranchito, Hacienda de La Loma y el Refugio.
En ese documento se asienta la dotación de construcciones de edificios municipales y con otro decreto del 9 de octubre de 1863, se expropiación los terrenos para el fundo legal de 600 varas por rumbo. Mandatos que no se cumplieron en virtud de la influencia del terrateniente dueño de la Hacienda de la Floreña, Juan Nepomuceno Flores, en vista de que la Justicia Federal le concedió la protección contra los decretos respectivos, devolviéndole por medio de una multa sus bienes en febrero de 1967; pero tuvo problemas al reclamarla como excesiva, razón por la cual se los volvieron a confiscar. Causa, que más delante el Gobernador liberal, General Francisco Ortiz de Zárate revive con el decreto publicado en el Periódico Oficial del 21 de marzo de 1867, los decretos anteriores y reitera la creación de la Municipalidad de Zaragoza, de acuerdo con lo expresado en el libro de la Monografía de Ciudad Juárez,
Con ese motivo ordena a Ignacio Revueltas Jefe del Partido de Mapimí, erija la Hacienda de Avilés con el Nombre de Villa Juárez como cabecera del Municipio de Zaragoza. Fue así como se lleva a cabo la designación de funcionarios municipales del Ayuntamiento y judiciales, jueces y receptores de recaudación, así como los edificios para oficinas; además la entrega de solares. Los títulos de propiedad de terrenos y fincas solicitados fueron expedidos en 1867 por el Jefe Político de Mapimí, siendo la mayor parte de los habitantes de Avilés los que adquirieron la posesión de casas habitación y solares que convirtieron en huertas.
Distintos acontecimientos de la historia Nacional tuvieron lugar en la Hacienda de la Floreña o Avilés, como fue la Guerra de Reforma en 1858, que aquí, se convirtió en una batalla agraria por la tierra y el agua, que pertenecían al hacendado Juan Nepomuceno Flores, quien, declarándose en favor de los intereses conservadores, formó grupos en contra de sus enemigos. Y en la Intervención Francesa ocurrida el 7 de junio de 1863, al ocupar el ejército francés la Ciudad de México, provocó que Benito Juárez García, como presidente de México se retirara con sus ministros al norte del país. En ese periodo de lucha se protagonizaron algunas acciones bélicas, como los combates en Avilés y en San Carlos, participando en ellos el General Liberal José María Patoní a finales de 1860, donde intervinieron también numerosos ciudadanos de la hacienda de Avilés, como los Sifuentes, Moreno, García y Leyva; así mismo participó Herculano Sarabia y Arauza de la hacienda de San Fernando en esa memorable batalla contra Domingo Cajén, general conservador, que con la ayuda de grupos de los llamados Tulises se dedicaron a realizar actividades de bandolerismo y saqueadores.
Con el favoritismo de Juan Nepomuceno Flores a los líderes de los conservadores en Durango, lo nombraron Presidente del Consejo Departamental en 1864, época en la que le dio cabida en la Hacienda de la Floreña, a un destacamento de soldados franceses. En 1870 la Villa Juárez sufre un descalabró, al suprimirse la municipalidad de Zaragoza anexándose con todo a la municipalidad de Lerdo de Tejada, de acuerdo con el decreto No. 72, de fecha 18 de noviembre de ese mismo año, quedando así sin efecto la conformación de su territorio, en que con anterioridad se había formado su municipio por haciendas y ranchos. Sin embargo, el decreto donde se erigió a Villa Juárez con ese nombre y como cabecera de la Municipalidad de Zaragoza, quedó vigente hasta el 9 de diciembre de 1884. Continuará.