Altar mayor de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, recuperado en el año 2000, mostrando su sobria belleza artística y arquitectónica.
El nuevo altar mayor de la Parroquia de Lerdo
La grandiosa parroquia del Sagrado Corazón de Jesús fue un legado de los padres católicos desde 1897, considerada la más importante en la Comarca Lagunera en el orden de la arquitectura religiosa convirtiéndose como una muestra de gran visión cultural. Al pasar del tiempo y en varias administraciones eclesiásticas el recinto católico ha venido sufriendo cambios estructurales en el edificio. Una de esas intervenciones fue en la mitad del Siglo XX, con una remodelación de imagen moderna en interiores y exteriores del templo. Y para cerrar ese modernismo en el año de 1965 se tuvo la idea de cambiar el Altar Mayor por una obra fuera de su contexto original. Eso trastornó completamente el entorno de la arquitectura elemental, perdiendo también la simetría arquitectónica con su monumental fachada de su portada principal.
A la muerte del Sr. Cura párroco de la histórica parroquia del Sagrado Corazón de Lerdo, Pedro Gallardo Antúnez, nombran al sacerdote don Francisco Muñoz como nuevo párroco. Era un gran conocedor de la importancia que tienen los monumentos históricos religiosos, decía, "están constituidos por el universo de sus imágenes, que se requieren ser descifrados totalmente para poder comprenderlos íntegramente y conservarlos para las futuras generaciones". El Sr. Cura Francisco Muñoz, sirvió a Dios Nuestro Señor más de 40 años de su vida. Estuvo en el Convento Franciscano, además en las parroquias de Sombrerete y Miguel Auza, Zacatecas y llegó en 1997 a este lugar.
Y precisamente el Sr. Cura Francisco Muñoz, inmediatamente al llegar a la parroquia de Lerdo realizó varias obras de mantenimiento y hermoseamiento del edificio católico, limpió la cantera de la bellísima portada principal y las grandiosas torres. Al mismo tiempo se da cuenta que el altar mayor de la Parroquia no concuerda con los elementos arquitectónicos de su entorno e inicia desde diciembre de 1999 a concientizar a los ciudadanos pertenecientes a grupos religiosos, empresarios y funcionarios, para la constitución de un patronato que tuviera la finalidad de gestionar los recursos necesarios para el financiar las obras para reintegrar un nuevo Altar Principal con toda su bella arquitectura, valor histórico, religioso y artístico.
Ese gran entusiasmo del Sr. Cura Francisco Muñoz, se los contaminó a los lerdenses que siempre les ha invadido la cultura y la historia, aceptando deseosos de tomar parte en esta gran obra, quedando constituido el patronato de la siguiente forma: Director, el Padre Francisco Muñoz, y los matrimonios: Presidente el C.P. José Luis Guerra Guerrero y su esposa Margarita Frías Ramírez; Secretarios: Fernando Rodríguez y su esposa Virginia Frías; Tesoreros, el C. P. Jacobo Tovar Medina y su esposa Guillermina de Tovar, Pedro y su esposa Cande Martínez, Antonio y su esposa Laura García, Ing. José Nahoul y su esposa Georgina Ramírez, por último Aurelio y su esposa María Elena Hernández. El Patronato se empeñó en realizar su comisión en equipo, los dirigentes se propusieron a realizar actividades económicas, gestión de aportaciones de instituciones y empresarios, así como la colaboración y cooperaciones del pueblo. Con eso se logró iniciar la adquisición de la cantera y los demás materiales de construcción, mano de obra y honorarios. El proyecto técnico y ejecutivo estuvo a cargo de un arquitecto lagunero con conocimientos especiales de restauración de monumentos históricos y coloniales. Y así fue como a principios del año 2000 se iniciaron los trabajos para la recuperación del Altar Mayor de nuestra histórica y bella parroquia.
Con una gran supervisión se ejecutó la demolición de la estructura del antiguo altar que fuera construido en el año de 1965. Las canteras fueron cortadas y trabajadas por artesanos de la ciudad de Zacatecas. A continuación, se construyó un contra fuerte de material de varilla y ladrillo, desplantándose sobre un relleno de piedra que ya existía, fue el alma de la nueva estructura escultórica. Así mismo se construyeron las bases y colocaron las canteras, en seguida el acomodo de cada una de las partes que conforman el altar Porticado rehabilitado por una estructura de cantera. Además, se fabricaron otros ornamentos como la mesa del altar con material de cantera de 2.10 de largo por 0.80 de alto, con un estilo tipo toscano. El ambón que se utiliza para estribar el libro, de 1.25 mts. de alto.
Una vez terminado la construcción del Altar principal se observó bellísimo, siendo su composición arquitectónica la siguiente: en la parte de abajo se encuentra el sotobanco del orden toscano, la predela y pedestales del orden compuesto, el cuerpo único y el crucífero (cruz). Las calles laterales y centrales. La cornisa del orden toscano. El fuste de las columnas del orden corintio, con bases del orden jónico. Dos columnas centrales y dos pilastras a los extremos. Dentro de este contexto el descifrado de los elementos que representan a los cuatro apóstoles, siendo al lado izquierdo a San Lucas y Mateo y al lado derecho a San Marcos y Juan. En el centro del arco agudo trebolado con dos pinjantes representa a la Santísima Trinidad: el primero al Hijo, el segundo al Padre y el tercero al Espíritu Santo. El cornisamiento lo componen el capitel, arquitrabe, friso y la cornisa de orden compuesto, con el frontón característico de la arquitectura Eclética que predomina en Lerdo.
La reintegración del altar mayor de la parroquia lucía en todo su esplendor, adornado con grandes ramos de flores rojas en ambos lados, al centro del altar se colocó la histórica imagen del Sagrado Corazón de Jesús, preciosísima escultura artística de tamaño adulto, que fue restaurada de una fisura y retocada su pintura por la profesora lerdense señorita Rosita Palacios. Siendo la inauguración del grandioso y bellísimo Altar Mayor, el 30 de junio del año 2000, día dedicado a venerar al Sagrado Corazón de Jesús y dentro de los festejos del Jubileo 2000, con ese motivo se celebró una solemne y sobria ceremonia para la consagración y dedicación del Altar Mayor del templo parroquial.
Fue un día de alegría y satisfacción de los fieles católicos, quienes acudieron a la parroquia de Lerdo, a partir de las ocho de la noche, siendo testigos de la ejecución de la santa misa concelebrada por el Excelentísimo Señor Arzobispo de Durango Dr. José Trinidad Medel, acompañado por los sacerdotes: Sr. Cura Francisco Muñoz, párroco de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, padre Marcos Díaz Torres y José Martínez Rodríguez, de Lerdo, además los padres: Herminio Talavera, de la parroquia de Guadalupe, padre Raúl Chávez de la parroquia de Santa Rosa de Lima, padre Ladislao Reyes, de la parroquia del Perpetuo Socorro; padre Gabriel Antúnez, de la parroquia del Sagrado Corazón, padre Rogelio Carrillo, de la parroquia de la Sagrada Familia, todos pertenecientes a Gómez Palacio, Dgo. Y el padre Héctor Frías, de Durango, Dgo.
Una vez terminado el rito de entrada, el Arzobispo bendice el agua para rociar al pueblo en señal de penitencia y en recuerdo del bautismo, y para purificar el altar; en seguida se continuó con la liturgia de la palabra, la oración de dedicación y las unciones. A la mitad del acto religioso, en el momento litúrgico se ejecuta la celebración de las reliquias de Santa Úrsula y San Amador, contenidas en una caja. En seguida su Excelencia vierte el crisma en medio y en los cuatro ángulos del Altar. Posteriormente echa incienso en el brasero, después inciensa el altar y, se cubre la mesa del Altar con un mantel y adornan colocando candelabros con lirios.
En este acto histórico religioso de la consagración se dieron cita, el presidente Municipal, Ing. Gerardo Alberto Katsicas Ramos, su esposa Salomé Elyd de Katsicas, algunos regidores y funcionarios municipales, e invitados especiales. Después del acto religioso, la ciudadanía católica lerdense se trasladó a la Plaza Principal, donde se divirtieron con una gran verbena popular, hubo presentaciones artísticas, canciones y bailables populares y no faltaron los antojitos mexicanos. Dada a su gran belleza artística y arquitectónica del monumento religioso, vale la pena que sea visitado.
