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CRÓNICA LERDENSE

El servicio del tranvía eléctrico en Lerdo

Tranvía eléctrico número 12, haciendo parada por la avenida Madero, con esquina de la calle Rayón. A la izquierda obsérvese la fachada del famoso Chalet Garde.

Tranvía eléctrico número 12, haciendo parada por la avenida Madero, con esquina de la calle Rayón. A la izquierda obsérvese la fachada del famoso Chalet Garde.

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA, CRONISTA OFICIAL DE LERDO

En febrero de 1901, se inició el tendido de vías de la línea de Lerdo a la estación del ferrocarril "Lerdo" (Hoy Gómez Palacio) fabricándose los primeros 5 kilómetros, 340 metros. En seguida se extendieron sus líneas de Gómez Palacio pasando a través del Río Nazas hasta la estación del ferrocarril de Torreón. Cuatro meses después quedó terminada la conexión del sistema del tranvía con una longitud de 5 kilómetros 477 metros. Los tranvías laguneros fueron el tercer riel eléctrico en México precedido sólo por tranvías en Nuevo Laredo en 1890 y la Ciudad de México en 1900 y los primeros tranvías interurbanos en América Latina. El Servicio de los Tranvías de Lerdo a Torreón fue un medio de autotransporte que facilitó grandemente las actividades de los lerdenses, comunicando a las dos ciudades durangueñas y Torreón. Se dio servicio a una mayoría de todas las clases sociales, como empleadas y empleados, señoras de la clase humilde que llevaban a vender flores, plantas y fruteros, vendedores ambulantes, comerciantes en pequeño, papeleros (voceadores de periódicos) y el gran núcleo de aquellas personas que hacían viaje a Torreón para la adquisición de mercancías sobre todo para los fletes de las mismas que se enviaban a las ciudades vecinas.

En Lerdo se instalaron las oficinas Generales de la Sociedad y en Gómez Palacio por su situación geográfica que ocupa el centro de las tres ciudades construyeron los edificios de la empresa de ferrocarril eléctrico ocupando dos manzanas al final de la avenida Hidalgo, hoy Independencia; se establecieron las cocheras de depósito, las plantas de energía, oficinas generales y en la manzana de enfrente el edificio de la administración, depósitos de carros y almacén de repuestos. Y se instalaron salas de espera con expendios de boletos del pasaje, fijándose en seis y doce centavos, segunda y primera. El público, que en aquella época era tratado con toda clase de consideraciones, podía esperar la llegada de "la corrida" cómodamente sentados, cubierto de las inclemencias del tiempo y con la seguridad de ser transportado a su destino, seguro y rápido. La administración de los tranvías designó como Superintendente a un alemán, don Emilio P. Stain.

La terminal en Lerdo estaba por la avenida Madero, entre la calle de la Cuauhtémoc y la Abasolo, donde había dos vías para los cambios. Aparte de estos existían otros enfrente del parque y en el cambio No. 3, para darse el pase los tranvías cuando iban y venían. Además contaban con una oficina por la Madero, entre las calles de Hidalgo y Guerrero, donde vendían los boletos, ubicadas a un lado donde existió el edificio del famoso Hotel Madrid. Los tranvías iniciaban su recorrido desde el mercado Donato Guerra tomando por toda la Avenida Madero haciendo parada en algunas esquinas, continuando por toda esa arteria pasando por el parque Guadalupe Victoria para seguir por el conocido bordo del tranvía (hoy la prolongación Madero) donde se encuentran hoy colonias: Constituyentes (La Sabinas), y en su tiempo la fábrica de Cerveza; el vivero y la Colonia Niños Héroes que se localizan en el tramo de Lerdo; después el bordo del tranvía entraba a Gómez Palacio, para luego hacer llegada por la calle Independencia hasta la terminal del Ferrocarril.

El tranvía eléctrico presto un gran servicio a los vecinos de Lerdo en materia de transporte, tanto a los usuarios de la Ciudad como del campo. Éstos últimos venían de los diferentes pueblos de la zona rural en carromatos tirados por animales, cuando llegaban a la Ciudad de Lerdo los guardaban en los antiguos mesones que todavía existían. Además el tranvía daba trabajo indirecto a innumerables personas que sacaban algunos ingresos como cargadores, sobre todo humildes. Cuando llegaban los trenes eléctricos o cuando salían las corridas, los usuarios venían cargados con mercancías de Torreón o de Gómez Palacio, era entonces cuando los liebreros ayudaban a las señoras a cargar los bultos pesados o bolsas de mandado, obteniendo una compensación o propina entre 5, 10 ó 20 centavos, monedas con los que apoyaban con el sostén de sus hogares. Los empleados que obtenían algún trabajo en las ciudades vecinas entraban a las 9 de la mañana, aún cuando ya existían autobuses, en el tranvía les salía barato. La corrida de las 8 de la mañana le decían el rápido, era el famoso directo pasando por Gómez Palacio y no se paraban en ningún parte hasta la estación Torreón, y eso se les facilitaba a los trabajadores que entraban a trabajar a las 9.00 de la mañana, llegaban a buena hora. El costo del pasaje a Torreón era de 10 centavos. Y para darles un mejor servicio a los empleados que trabajaban en los bancos, oficinas, y tiendas; la empresa puso en circulación una corrida especial de un tranvía, su salida era desde la 7 de la mañana trasladando a todos los empleados de Lerdo a Gómez Palacio y a Torreón. De Torreón regresaba a Lerdo a las 13.00 horas para los trabajadores que salían a comer y se regresaba de Lerdo a Torreón a las 14.00, y teniendo salidas de esta ciudad de Torreón a las 17.00 y otra corrida las 8 de la noche donde ya venían todos los empleados.

Lerdo desde principios de la primera década del siglo XX tenía vocación para el turismo lagunero y ciertamente los tranvías que corrían de Lerdo a Torreón o viceversa, era el transporte de pasajeros que sirvieron de atractivo turístico para los vecinos de las ciudades vecinas, actividad que se desarrollaba en familias enteras para visitar y pasearse a Lerdo y pasarse sábados y domingos muy agusto en las famosas huertas, disfrutando del clima agradable y de la gran variedad de frutas que se cosechaban en la temporada. En algunas entrevistas que se realizaron hace tiempo a diferentes familias, una de ellas fue la de Don Diódoro Martínez Vargas que vivía en Gómez, con mucha celebridad me contó: "siendo niño en 1923, mi madre la Sra. Juana María Vargas Vda. De Martínez visitaba a la familia del Sr. Catarino Ramírez y su esposa Panchita Ramírez (+), ellos fueron padres del profesor Gustavo Ramírez, y del señor Andrés Ramírez (+), que por muchos años fue Juez Municipal en Cd. Lerdo."

Los tranvías en Lerdo dieron servicio de de transporte de mercancía de las cosechas agrícolas del Municipio, antes de 1950. En ese tiempo el comercio estaba formado por dos grandes lerdenses, como fueron Don Pánfilo Reyes y Don José Alba, comerciantes que adquirían los granos que se traían los agricultores de las comunidades rurales de Lerdo, siendo el Trigo, Maíz y Frijol. Grandes toneladas de esos granos en costalados y a granel hasta 40 toneladas, eran cargados en los carros de plataforma, los cuales se enganchaban frente al mercado de Lerdo y eran enviados a las ciudades vecinas u a otras partes de la república. Para la carga mediana de mercancías era trasladada en los carros de segunda que estaban adaptados con plataformas en sus extremos laterales de un lado y otro y en el medio los asientos de madera.

Asimismo, los tranvías eléctricos fueron contratados por los empresarios de la fábrica de cerveza Sabinas, S.A, para el traslado en 1925 de los grandes tanques de almacenamiento y maquinaria que se utilizaron en las instalación de la fábrica de cerveza que esta compañías construyó en Lerdo, y posteriormente el flete de las materias primas que se requerían; productos como la malta que es la base para elaborar la cerveza que se fleteaban en carros de ferrocarril, para lo cual había un motor especial donde se enganchaban los carros. También en Lerdo ocurrieron infinidad de accidentes a los muchachos jóvenes que se les ocurría colearse los carros, provocando a veces que perdieran brazos o piernas.

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