La i Laguna

David lleva 28 años viviendo entre cadáveres de funeraria

Cambia su carrera por ser embalsamador

LA I LAGUNA

¡Se murió la bruja! ¡Se murió la bruja! Gritaban los chiquillos de la cuadra cuando la carroza llegó por una mujer a la colonia Cerro de la Cruz de Torreón.

David era el conductor. Le habían encomendado acudir por el cuerpo de aquella anciana.

Además de conducir la carroza, es embalsamador y encargado de una funeraria de la ciudad, por lo que después de trasladar el cuerpo, se dispuso a prepararlo para que le dieran la última despedida.

Era de noche. El embalsamador puso el primer bisturí sobre la piel de aquella mujer, como lo hacía con otros cadáveres, pero esta vez la experiencia fue distinta.

De manera repentina, las luces de lugar comenzaron a parpadear y las puertas a azotarse.

Sin pensarlo, decidió salir de ahí para esperar a la familia, ya no quería estar solo con el cuerpo.

David convive día a día con la vida y la muerte. Tiene 28 años trabajando para la funeraria.

Cuando se graduó de contador, buscó un trabajo temporal, al menos eso pensaba, sin embargo, ya tiene 28 años ahí.

Lo traía de familia, su padre trabajaba para una reconocida funeraria y él le ayudaba a poner agua y café; desde joven andaba entre cadáveres, pues tenía la oportunidad de ver cómo se embalsamaban.

"Ese día me entró nervio y me salí, esperé que vinieran los familiares para no estar solo. Cuando llegaron, les dije: 'pásele, en un ratito la termino. Ya no sucedió nada'".

Otra anécdota que cuenta es la de una familia que pidió el servicio funerario. Era un hombre el que había fallecido.

Estaban su esposa hijos y demás familiares. La funeraria se cierra a la media noche, por seguridad.

David le dijo que estaría en la oficina por si algo se ofrecía. Nunca le dijeron nada. En la mañana, les preguntó cómo estaban.

"Nos pasó una cosa muy rara -dice la esposa- mi señor era muy tomador y una vez yo le fui a avisar a la cantina que nuestra hija estaba muy mala y él me dijo: 'arréglatelas, es tu hija, yo voy en la mañana'. Mi hija falleció".

"Cuando estaban velando entró una niña, estuvo parada frente al ataúd y se salió, cuando la mujer quiso alcanzarla ya había desaparecido. Son cosas que te platican, que dices: ¡Caray! sí pasan", cuenta.

Así como estas anécdotas, puede contar muchas.

La mayoría de familiares de fallecidos quienes narran cómo se despidieron de ellos, incluso estando en otros lados o de ver escenas desgarradoras como la de una mujer que se resistía a solar a su bebé sin vida, recién nacido.

En algunas ocasiones, David ve sombras, escucha voces y sonidos que ya no le asustan, pues le teme más a los vivos.

"Los ruidos que se oyen, no me han lastimado, no me han hecho nada; sí veo sombras, veo que andan en el baño, pero trato de no pensar en eso y sigo como si nada".

 ATERRADOR

Fotos: La i

Tel.- 7166012

28

 AñOS

Tiene David embalsamando, cuidando y trasladando cadáveres.

 NúMERO

Se queda

Entró a laborar en una funeraria temporalmente, después de egresar de la carrera de contador público. De eso han transcurrido 28 años y continúa ahí.

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