Cara a cara. La obra de teatro que llegará a La Laguna es un duelo escénico interpretado por actores de primer nivel, José María de Tavira y Joaquín Cosío.
La desobediencia de Marte, pieza teatral con dramaturgia de Juan Villoro dirigida por Antonio Castro y actuada por Joaquín Cosío y José María de Tavira, se presentará el 18 de octubre en un teatro de Torreón.
La obra recrea el encuentro que dos astrónomos tuvieron en 1599. Por un lado, se observa a "Tycho Brahe", un sabio, quien a la sazón tenía las mejores tablas de medición para poder conocer algo más de lo que hasta ese momento encerraba celosamente la bóveda celeste.
En tanto, "Johannes Kepler" era el mejor matemático del momento y ambos se necesitaban mutuamente, pero desconfiaban uno del otro. De esa mezcla rivalidad-dependencia surgió la teoría que permitió descifrar las órbitas de los planetas, como dice la historia del caso.
Para llegar a la ecuación definitiva, había que sortear recelos, envidias y amenazas entre los astrónomos, que se mezclan con la vida íntima de Cosío y De Tavira. Lo más lejano se vuelve próximo en esta obra que toca el duelo que cambió la historia de la humanidad.
1600 y 2017: El universo y el teatro, dos astrónomos y dos actores, enigmas científicos y privados. Invocando el espíritu beligerante del Dios Guerrero, esta pieza es un combate, un desafío, donde los hechos no sólo se expresan en el comportamiento de los astros.
También en la gravitación de la comedia humana. Consecuentemente, el director Antonio Castro traslada de forma excepcional la narrativa de Juan Villoro a un espléndido duelo escénico interpretado por dos grandes actores, Joaquín Cosío y José María de Tavira.
El actor maduro y el joven en un mismo escenario, dos generaciones enfrentadas y, a su manera, también son objetos de violentos procesos de atracción y repulsión. Esta pieza escénica cuenta con la colaboración de Damián Ortega, artista visual, quien reinterpreta el mundo de los científicos renacentistas bajo una óptica contemporánea.
"Esta obra tenía que tratar sobre el discurso teórico de los astrónomos, pero también los astrónomos eran personas, se emborrachaban, se peleaban, se insultaban y hablaban entre ellos en latín; uno era alemán y el otro danés, por lo que escribí un lenguaje macarrónico para algunas escenas donde salían borrachos", mencionó Villoro, en una pasada conferencia de prensa celebrada en CMX.