Alzan sus voces. Miles de personas marcharon en las calles de Nueva York para protestar en contra del veto a los migrantes de países musulmanes que puso en marcha Donald Trump.
El presidente de EU, Donald Trump, defendió ayer su polémico veto temporal a la entrada de refugiados y ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, pese a la ola de protestas que ha provocado dentro y fuera del país norteamericano.
En su primera semana desde que juró el cargo el pasado 20 de enero, Trump ha causado una enorme controversia y ha soliviantado a medio mundo con la orden ejecutiva que firmó este viernes, como herramienta para luchar contra el terrorismo yihadista.
El decreto ley suspende el ingreso en EU de todos los refugiados durante 120 días, así como la concesión durante 90 días de visados a siete países de mayoría musulmana con historial terrorista -Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán- hasta que se establezcan nuevos mecanismos de vigilancia más estrictos.
Pese al aluvión de críticas de líderes internacionales, legisladores demócratas y republicanos (el partido de Trump), y los fallos adversos de varios jueces federales, ni el presidente ni su Administración mostraron hoy signo alguno de dar marcha atrás.
"Nuestro país necesita fronteras sólidas y un escrutinio extremo, AHORA. Miren lo que está sucediendo en toda Europa y, ciertamente, en el mundo - ¡un lío terrible!", afirmó Trump en un mensaje publicado en su cuenta personal en la red social Twitter.
"Los cristianos en Oriente Medio han sido ejecutados en grandes cantidades. ¡No podemos permitir que este horror continúe!", agregó Trump, en una aparente alusión a los crímenes cometidos por grupos yihadistas como el Estado Islámico (EI).
El veto provisional generó este sábado una gran confusión e indignación en aeropuertos del todo el mundo, mientras numerosos viajeros veían bloqueado su acceso a territorio estadounidense y entre 100 y 200 pasajeros -según la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU)- eran retenidos a su llegada a EU. La medida desató la ira de manifestantes que se congregaron el sábado en decenas de aeropuertos de todo el país, con pancartas en las que se leían consignas "Refugiados, bienvenidos" o "Yo amo a mis vecinos musulmanes".
Las protestas continuaron ayer en importantes ciudades del país, como la capital, Washington, donde cientos de personas expresaron su repulsa ante la Casa Blanca.
Una jueza federal bloqueó a última hora del sábado parte del polémico veto, en respuesta a una demanda de la ACLU contra la orden ejecutiva de Trump, que cuestiona su constitucionalidad.
La jueza Ann M. Donnelly, del Tribunal del Distrito Federal de Brooklyn (Nueva York), dictó que los refugiados u otras personas afectadas por la medida, y que llegaron a aeropuertos de EU tras emitirse el decreto, no pueden ser deportados a sus países.
Tras el dictamen de la magistrada, jueces federales en Alexandria (Virginia), Seattle (Washington) y Boston (Massachusetts) adoptaron decisiones similares.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) insistió ayer en que aplicará la orden de Trump, pero aseguró que "cumplirá los mandatos judiciales".
El decreto del magnate se topó con el rechazo de los legisladores demócratas, como el líder de la minoría de ese partido en el Senado, Charles Schumer, quien exigió a Trump "revertir" el "miserable" veto y adelantó que evaluará medidas legislativas para frenar la orden.
"Nosotros no somos así", escribió en su cuenta Twitter Hillary Clinton.
Dirigentes europeos se pronuncian en contra
Dirigentes europeos se pronunciaron en contra del veto temporal impuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la entrada en ese país de ciudadanos de varios países de mayoría musulmana.
Anteriormente, un amplio número de galardonados del premio Nobel, empresarios y legisladores condenaron las acciones ejecutivas migratorias del mandatario estadunidense, que calificaron como injustas, discriminatorias y lesivas al interés nacional.
Ayer domingo, la canciller alemana, Ángela Merkel, se manifestó en contra de esa orden ejecutiva "convencida de que la guerra decidida contra el terrorismo no justifica que se coloque bajo sospecha generalizada a personas en función de una determinada procedencia o religión".
A su vez, la primera ministra británica, Theresa May, afirmó estar en desacuerdo con el veto temporal y aseguró que el Reino Unido apoyará a sus ciudadanos si se ven afectados por la prohibición.
El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, defendió la "sociedad abierta" con "identidad plural" y sin discriminaciones como pilar fundamental de Europa como respuesta a la decisión del mandatario estadounidense.
Por su parte, el primer ministro belga, Charles Michel, sostuvo que pedirá explicaciones a Donald Trump.
Multitudes salen a las calles de EU
Nueva York, Boston, Washington, Los Ángeles y otras grandes ciudades de EU volvieron a ser escenario de importantes protestas contra la polémica orden sobre inmigración del presidente, Donald Trump.
En Nueva York, más de 10 mil personas, según datos de la alcaldía, se dieron cita en Battery Park, lugar en el que se recibió a los inmigrantes que llegaban a la ciudad durante buena parte del siglo XIX y desde donde salen los barcos a la Estatua de la Liberad y a la isla de Ellis, el gran símbolo de la inmigración en el país.
En Washington, una gran multitud se congregó ante la Casa Blanca para protestar contra las medidas del presidente y exigir que se permita la entrada en el país a refugiados e inmigrantes, una concentración que luego se transformó en una marcha rumbo al Capitolio.
En Boston una enorme multitud, con miles de manifestantes, abarrotó una conocida plaza en respuesta a una convocatoria liderada por el Consejo para las Relaciones Islámico-Estadounidenses.
Las movilizaciones continuaban también en muchos aeropuertos, como el de Dulles en Washington y el de Los Ángeles, donde centenares de personas se dieron cita coreando consignas como "El amor, no el odio, es lo que hace grande a América" y portando pancartas como "No al veto. No al muro".
Además, había protestas hoy en muchos otros aeropuertos de todo el país, incluidos los de San Francisco, Miami, Filadelfia, Detroit, Atlanta o Minneapolis-St. Paul.
Planean pedir la lista de contactos
La administración de Donald Trump estudia un plan para condicionar la entrada a Estados Unidos a los viajeros que se rehúsen a entregar las listas de contactos en sus teléfonos celulares, de acuerdo con funcionarios federales.
Fuentes gubernamentales dijeron a la cadena CNN que se trata de una "idea preliminar" que fue planteada la vísperas por el director de política de la Casa Blanca, Stephen Miller.
Bajo el plan en consideración, los agentes migratorios pedirían a los viajeros foráneos tanto su lista de contactos, así como los nombres de los sitios de Internet y de las redes sociales que han visitado.
"Si el viajero extranjero se rehúsa, se le negará la entrada", señaló el periodista Jake Tapper, conductor del programa State of The Nation.
Miller dijo también a personal de agencias federales que el público estadounidense está firmemente detrás de la orden ejecutiva de Trump y que no se deben dejar distraer por las "voces en la televisión".
Dirigentes europeos se pronuncian en contra
Dirigentes europeos se pronunciaron en contra del veto temporal impuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la entrada en ese país de ciudadanos de varios países de mayoría musulmana.
Anteriormente, un amplio número de galardonados del premio Nobel, empresarios y legisladores condenaron las acciones ejecutivas migratorias del mandatario estadunidense, que calificaron como injustas, discriminatorias y lesivas al interés nacional.
Ayer domingo, la canciller alemana, Ángela Merkel, se manifestó en contra de esa orden ejecutiva “convencida de que la guerra decidida contra el terrorismo no justifica que se coloque bajo sospecha generalizada a personas en función de una determinada procedencia o religión”.
A su vez, la primera ministra británica, Theresa May, afirmó estar en desacuerdo con el veto temporal y aseguró que el Reino Unido apoyará a sus ciudadanos si se ven afectados por la prohibición.
El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, defendió la “sociedad abierta” con “identidad plural” y sin discriminaciones como pilar fundamental de Europa como respuesta a la decisión del mandatario estadounidense. Por su parte, el primer ministro belga, Charles Michel, sostuvo que pedirá explicaciones a Donald Trump.
Contra Uber
El director general de Uber, Travis Kalanick, afronta críticas en las redes sociales:
⇒ Por su relación con el presidente Donald Trump.
Kalanick publicó en Facebook que la prohibición podría perjudicar a "miles" de conductores de Uber y que él planteará sus preocupaciones directamente a Trump.
Los usuarios de Twitter alientan a los viajeros con el hashtag #DeleteUber a que eliminen la aplicación de la compañía.