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Después lo hago

No dejes para después lo que puedes hacer hoy

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FABIOLA PÉREZ-CANEDO

¿Cuántas veces no postergamos lo que tenemos que hacer, ya sea actividades o situaciones que debemos enfrentar, por realizar otras más agradables o incluso irrelevantes? A esto se le denomina procrastinar, pero hay que tener cuidado, porque esto puede ser un riesgo para nuestra salud emocional.

“Admitámoslo, en alguna ocasión hemos postergado alguna actividad, trabajo escolar, cita con un cliente, el ejercicio, la dieta etc., y al final todo resulta de alguna forma bien, inclusive usamos la frase 'trabajo mejor bajo presión', si les es familiar, entonces en algún momento has sido un procrastinador”, explicó la psicóloga, Viridiana Valdez Loera.

Pero cuando lo anterior rebasa la excepción y se convierte en un hábito, ya se habla de un riesgo a la salud emocional, ya que una persona que posterga constantemente lo que tiene que hacer vive con ansiedad y culpabilidad, pues en el fondo sabe que esas actividades se tienen que hacer y que postergarlas no hará que desaparezcan.

Vivir de prisa

Señaló que constantemente estamos expuestos a un mundo que se mueve muy rápido y con las nuevas tecnologías es muy fácil perderse en actividades como revisar el celular, ver la televisión o simplemente dormir un poco.

“Nos llenamos de actividades que probablemente no son de nuestro completo agrado y postergamos por actividades que nos lleven a satisfacciones inmediatas, como por ejemplo, si necesito hacer una dieta, sé que sus resultados no se verán de inmediato y me tendré que esforzar para que haya un resultado, pero si me como una rebanada de pastel, te sentirás satisfecho de inmediato, así que, ¿Qué preferirías? La mayoría comería el pastel”, comentó la psicóloga.

Dijo que los seres humanos estamos impuestos en la actualidad a satisfacciones inmediatas y cuesta mucho el esforzarnos por aquello que realmente nos hace bien.

El estrés aumenta cuando la parte racional lucha con la parte visceral, ya que se tiene que realizar una actividad, pero no a la vez no se quiere hacerlo porque se considera que no es relevante en ese momento, pero finalmente se llegan las fechas límites.

“Entre más desagradable se nos haga la actividad o más irrelevante en el momento, más la postergaremos”, expresó.

Círculo vicioso

Se cae en procastinar por las satisfacciones inmediatas del ambiente, por ejemplo, si tengo una fecha límite para entregar un trabajo que me encargaron en la escuela, esto requiere trabajo y esfuerzo, al final si lo hago bien poder obtener una buena calificación, pero me invitan a una fiesta, en donde sé que me la pasaré bien, esta fiesta es una satisfacción inmediata, aquí que preferiré algo que no me genere tanto esfuerzo y que me lleve a una sensación de felicidad inmediata, o algo que sé que tardará en dar sus frutos, probablemente escogeré la primera.

“Cuando los resultados al final son positivos, volvemos a la frase de trabajar mejor bajo presión, si todo lo que postergamos nos resulta bien al final, vamos a seguir haciéndolo porque no hay ninguna consecuencia negativa inmediata, pero sin darnos cuenta vivimos en el límite generando cada vez más situaciones de estrés o ansiedad, que repercuten en malos hábitos alimenticios, o malos hábitos de sueño, estamos irritables etc., ya que nos acostumbramos a vivir en las prisas y por lo general creemos que somos más productivos, pero estamos en un círculo vicioso del que no podemos salir”, explicó Valdez Loera.

Algunas recomendaciones para dejar de hacerlo y no boicotearnos son:

1.- Acaba con las distracciones.

2.- Enfrenta tus miedos, muchas de las veces tendemos a postergar algo porque sabemos que el resultado nos dará más responsabilidad.

3.- Divide las tareas grandes en pequeñas.

4.- Haz un cronograma de tus actividades.

5.- Toma en cuenta tus fortalezas y debilidades.

6.- Gestiona tu energía, no tu tiempo, es decir, es importante que trabajes en tus mejores momentos no cuando estés de mal humor o agotado, ya que esto aumenta tu probabilidades de aplazar la actividad.

7.- Asegúrate de disfrutar el trabajo por mas tedioso que pienses que será.

8.- Ten claro que la actividad que vas a realizar tendrá un propósito y un bien al final.

9.- Aprende a decir no, muchas de las tareas que posponemos son compromisos que adquirimos por no saber decir no.

10.- Utiliza la regla de los dos minutos, es decir, si estas planificado una actividad que no te llevara ni dos minutos, no lo pienses, házla.

“Nos llenamos de actividades que probablemente no son de nuestro completo agrado y postergamos por actividades que nos lleven a satisfacciones inmediatas”.

Viridiana Valdez Loera,

psicóloga

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