José Luis Higuera (i) y Rodrigo Ares de Parga en el draft. (EFE)
El encuentro tiene otro objetivo, pero termina como la ocasión ideal para reflexionar sobre la inflación que azota al balompié nacional, sobre todo cuando se trata de fichar jugadores mexicanos en el Régimen de Transferencias.
Rodrigo Ares de Parga intercepta a José Luis Higuera en uno de los jardines que rodean el hotel donde este miércoles se llevará a cabo una edición más del draft. El presidente de los Pumas quiere felicitar al CEO del Grupo Omnilife-Chivas por el reciente título del Guadalajara... Y ambos, al hablar sobre sus expectativas en la adquisición de piezas para armar al plantel con el que afrontarán el Apertura 2017, reconocen lo complicado que es adquirir al talento nacional a buen precio. "El buen jugador mexicano se ha convertido en un elemento muy caro", sentencian.
"Y el jugador promedio, caro", complementa el directivo de las Chivas. "La verdad es que los extranjeros tienen otro precio".
Panorama con el que el Rebaño Sagrado debe lidiar por su filosofía de sólo jugar con elementos nacidos en México.
Los altos mandos rojiblancos están acostumbrados a desembolsar más de 10 millones de dólares para llevarse a algún elemento que verdaderamente marque diferencia, como los atacantes Alan Pulido y Rodolfo Pizarro, por quienes en conjunto invirtieron unos 30 millones de billetes verdes.
"Los grandes jugadores mexicanos siempre están bien valuados", sentencia Higuera. "El jugador extranjero es más barato".
Por eso se prefiere buscar en los mercados sudamericanos y no gastar cantidades tan elevadas, aunque el cambio de regla a 9-9 para este ciclo futbolístico pondrá cierto freno a algunas.
Los Pumas adelantan que mantendrán la postura de que su base sea formada por jugadores hechos en la hoy llamada Liga MX, aunque está prácticamente cerrada la incorporación del argentino Mauro Formica y se avanza en las pláticas con el ecuatoriano Joffre Guerrón.
