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Dos laguneras ejemplo

LAS JOVENES LILI DEL CARMEN FLORES CRUZ Y ANA LUISA DE LEóN AZPILCUETA UN EJEMPLO DE TRABAJO Y CONSTANCIA

Orgullosas. Las jóvenes Lili del Carmen Flores Cruz y Ana Luisa de León Azpilcueta en la ExpoCiencias Nacional en Villahermosa.

Orgullosas. Las jóvenes Lili del Carmen Flores Cruz y Ana Luisa de León Azpilcueta en la ExpoCiencias Nacional en Villahermosa.

YOHAN URIBE

Un chaleco hecho en La Laguna fue diseñado con el propósito de acabar con la fibromialgia. Por el momento sólo existe la maqueta, pero el prototipo de Lili del Carmen Flores Cruz y Ana Luisa de León Azpilcueta ya está en marcha.

Su ingenio y tenacidad quedó probado en ExpoCiencias Coahuila, donde ganaron una acreditación nacional para llevar su propuesta a la ExpoCiencia Nacional, donde también ganaron una acreditación para representar internacionalmente a México.

El reconocimiento ya lo tienen desde hace tiempo. En agosto próximo tienen programada una nueva escala, la Feria Internacional de Ciencias e Ingeniería a realizarse en Santiago de Chile, para promocionar su solución a un problema crónico y doloroso.

La fibromialgia es un padecimiento más común de lo que parece, produce dolor en diversas partes del cuerpo, en ciertas zonas la sensación desagradable es mayor.

LA INICIATIVA

La madre de Lili fue diagnosticada con esta afección de origen desconocido.

Actualmente, la joven lagunera cursa el octavo semestre de ingeniería electromédica. Los conocimientos extraídos en las aulas le valieron para echar a andar su idea, el Diseño de una técnica terapéutica para pacientes con fibromialgia.

Esa terapia la brinda el propio paciente a través de dos accesorios: un chaleco y un celular.

La prenda, forrada con vibradores como los que hay en las entrañas de cualquier celular, produce movimiento, energía que proporciona una sensación térmica, y el paciente decide a voluntad la zona de esa vibración, de ese generación de calor, por medio de una aplicación instalada en su celular.

La intención de este mecanismo es que el calor se transmita por una vía similar a la del malestar crónico, de manera que lo vaya suplantando.

"La persona que sufre dolor, lo puede ir olvidando con una sustitución de sensaciones", explica la estudiante de la Universidad La Salle.

Para llegar a ese remedio fue fundamental integrar la psicología al proyecto, ahí es donde entra en escena Ana de León, estudiante de psicología de la Universidad Juárez del Estado de Durango.

Se considera que el estrés es uno de los detonantes de la fibromialgia. Las dos alumnas inquietas investigaron las raíces y los mecanismos del estrés, Ana proporcionó la guía a la hora de abordar cuestiones sobre el funcionamiento del cerebro y el dolor, las zonas más proclives a la sensación de malestar y los mecanismos de defensa del cuerpo.

Lili se encargó de diseñar la respuesta tecnológica.

Dedicarse a la ingeniería electromédica es hacer un poco de todo. La profesión de Lili del Carmen abarca todo lo que tiene que ver con tecnología en el ramo de la salud: equipos médicos a nivel diagnóstico, monitoreo y tratamiento.

El desconocimiento acerca de este campo profesional es abundante. Cuando Lili comenta que es electromédica es frecuente que sus interlocutores le respondan con un "qué padre" antes de preguntar ¿y eso qué es?

Los electromédicos también tienen que batallar con las escasas oportunidades de empleo que se generan en el sector salud.

 MAL DIAGNÓSTICO

En el ámbito público no está regulado a nivel federal la necesidad de contar con un departamento de ingeniería en un hospital. Esos departamentos suelen tenerlos las instituciones privadas.

"Uno como egresado sabe que en el sector privado hay trabajo, pero poco, en el público es muy difícil porque no hay presupuesto", comenta la joven cuya iniciativa da un rayo de luz a cientos de miles de pacientes que padecen la enfermedad.

A pesar del incierto panorama laboral, Lili tiene clara una meta profesional: Una vez que se tengan las primeras pruebas del chaleco, empezar con los planes para obtener la patente.

Los retos del dispositivo pasaron por implementar una terapia que produzca el calor pero no queme al paciente.

Los vibradores fueron extraídos de celulares de hasta doce años de edad. La variedad de modelos proporcionó vibradores con diferentes especificaciones, como la alimentación eléctrica que requieren.

"Fue una parte muy graciosa del proyecto porque andábamos recolectando celulares viejos en todas partes, objetos que ya no servían y que nos resultaron útiles en la investigación y las pruebas de campo".

La electromédica pues, se encargó de resolver cuestiones como hacer que los generadores de vibraciones funcionen, definir el cableado que sea más eficiente, diseñar un programa para instalarlo en el celular y que se comunique con el chaleco, el cual debe ejecutar los comandos con toda precisión.

 EL RECONOCIMIENTO

El triunfo en la escena nacional valió para obtener, además de una acreditación, cinco mil pesos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, dinero que ellas podían definir si lo empleaban en algún aspecto de su investigación o en viajes como el que tienen programado a Chile en agosto próximo.

"En otros eventos no se daba apoyo, ahora sí nos sorprendió que dieran apoyos", comparte la joven lagunera cuya inquietud la llevará al país autral a representar a México en una feria de prestigio mundial.

No obstante, Lili y Ana ya se metieron a trabajar para ajustar el viaje.

Además de la terapia física, el chaleco produce un beneficio mental.

Las desarrolladoras de este tratamiento vibratoria señalan que uno de los factores que favorecen a este malestar es que el paciente pierde cierta autonomía sobre sus actividades normales y eso genera estrés.

Devolver a los pacientes un cierto grado de independencia, que no tengan que ir al médico a cada rato, es una importante ayuda mental.

Lili acepta el símil de su invento con un parche de calor, sobre todo por la simpleza del proceso terapéutico.

"El paciente se siente cómodo sabiendo que puede resolver un problema por sí mismo, puede que diga, hoy me siento muy mal, pero traigo el chaleco puesto y yo soy quien le indico dónde quiero la terapia, y recibo el beneficio', y eso le da confianza", comenta.

 UN TEMA RECURRENTE

La falta de apoyo para investigar es uno de los problemas frecuentes. Sin embargo, eso no las desalienta porque las buenas ideas abren puertas.

Lili recuerda que, para afinar el proyecto, en La Salle le dieron una beca parcial y pasó un mes en la Universidad de Nuevo México. En ese lugar se entrevistó con profesionales de áreas como la neurología que la asesoraron en el desarrollo del chaleco terapéutico.

Otro de los beneficios de investigar y desarrollar ideas se ha visto reflejado en un lugar en el parque de innovación de la institución lasallista.

En las últimas semanas, indicaron, tuvieron más contacto con medios de comunicación y dentro de las personas que conocieron estaba una fotógrafa con fibromialgia que les planteó la posibilidad de hacer un fondeo para desarrollar la terapia vibradora.

Concebir un proyecto, según las estudiantes, implica dedicar tiempo y esfuerzo, sobre todo cuando se ve involucrado un tema que no se domina.

Lili, por ejemplo, no dominaba la cuestión médica del problema que pretenden solucionar.

Para solucionar ese déficit, decidió tomar clases.

"Voy a la Facultad de Medicina para cursar los tres primeros semestres de la carrera, quiero aprender de lo que me hace falta", explica.

Las laguneras coinciden en que, cuando uno invierte el tiempo en investigar algo que te gusta, "puedes dormirte a las tres de la mañana y levantarte temprano al día siguiente, toda ojerosa, pero feliz porque aprendiste algo".

La expectativa para la feria en Chile es ganar la acreditación para viajar a otro punto del globo.

Otro resultado frecuente de su participación en los encuentros científicos es que alguien se acerca a su lugar y dice "yo tengo eso que dice ahí".

Eso les permite a las jóvenes hacer contacto con pacientes de otras latitudes, que les cuentan sus experiencias y les ayudan, respondiendo a una encuesta, a nutrir sus estadísticas.

Las dos estudiantes de alto nivel consideran que es necesario difundir la existencia de encuentros como las Expo Ciencias y promover la participación de los jóvenes en el desarrollo de proyectos.

También es importante, señalan, que se fomente el gusto por la investigación y la ciencia no sólo en las escuelas sino en los hogares.

Se requiere, indican, fomentar en los niños la idea de que si tienes un problema se debe buscar una solución en lugar de darle la vuelta. Pero antes que nada, la felicidad de representar a México en otro país y llevar el nombre de La Laguna bien alto.

El invento

Las jóvenes laguneras Lili del Carmen Flores Cruz y Ana Luisa de León Azpilcueta, quienes representarán a México en el concurso de la Feria Internacional de Ciencias e Ingeniería en Santiago de Chile, desarrollan el diseño de una técnica terapéutica para pacientes con fribromialgia. Básicamente su proyecto es la creación de un chaleco que a través de una aplicación móvil puede generar una terapia de vibraciones que disminuyan el dolor. Desde el diseño del chaleco, hasta la creación del programa, ha sido trabajado por estas jóvenes que son amigas desde la preparatoria, y cuya vida académica tomó por senderos distintos, la psicología y la ingeniería, pero ahora se unen entorno a un proyecto.-

La terapia en tiempos del celular

Una experiencia personal con su madre, su carrera y la amistad con otra profesionista, detonaron un proyecto que trata a pacientes con fibromialgia:

⇒ Se diseña un chaleco que a base de vibraciones disminuye notablemente el dolor.

⇒ Se crea una aplicación móvil que permite el control de la terapia desde el celular del paciente.

⇒ Se consigue que el paciente con dolores crónicos pueda crear más independencia en sus movimientos.

⇒ El proyecto concursará en la Feria Internacional de Ciencias e Ingeniería de Santiago de Chile.

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