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EDUCAR ES AMAR

M.E. Daniela Bermúdez Flores

EXPLICAR Y REFLEXIONAR

En las columnas anteriores, fueron expuestos algunos puntos necesarios para que los padres propicien la construcción de una personalidad sana en sus hijos: amor y seguridad, respeto mutuo, controlar el uso de los medios de comunicación y enseñar con el ejemplo.

A continuación, serán explicados dos aspectos más que sumarán seis de una lista de los diez propuestos en publicaciones precedentes:

5. - Los padres efectivos enseñan directamente por medio de la explicación:

Además del ejemplo, una herramienta importante para educar es la explicación. Muchas veces los niños reciben órdenes sin conocer la razón que tiene el padre para hacerlo. Tal vez para el adulto parece una situación obvia, pero tenga por seguro que para el niño no lo es. Con esto, no quiero decir que cada vez que el niño reciba una instrucción o tenga que respetar una regla deba explicársele o convencerlo mediante razones. Basta con explicar pacientemente por qué y hacerlo partícipe en la reflexión. Tal vez el niño desobedezca u olvide las causas, pero en algún momento, la experiencia le permitirá reforzar la intención del padre al darle una consigna. Ejemplifico: Cuando inicia el ciclo escolar, pretendemos evitar que los niños se accidenten mediante el establecimiento de la regla "me desplazo caminando dentro del aula". La pauta se instaura mediante explicaciones, no sólo del docente, sino de los mismos alumnos. Algún día, Pedrito entrará corriendo no por romper una regla u olvidar la explicación, sino como conducta natural de su necesidad de movimiento y proceso de aprendizaje de control de impulsos. Muy seguramente el niño chocará con otro alumno o con algún mueble, lo que provocará su llanto y susto de sus compañeros. Esta vivencia es usada por los docentes para recordar la razón de la regla. Desafortunadamente, el niño experimentó la consecuencia dolorosa de no acatar la instrucción, pero posterior a ello, el docente no deberá explicar más, basta con mencionar que "dentro del aula todos nos desplazamos caminando", para que los niños recuerden el accidente que sufrió Pedrito y no corran en el salón.

En casa, debe propiciarse la explicación al igual que en el ejemplo anterior. Tal vez no suceden los hechos en el mismo orden, en ocasiones la experiencia precede a la explicación.

De igual manera, un padre efectivo explicará, dejará experimentar y errar y si es necesario expondrá nuevamente. Estas acciones permitirán así a su hijo apropiarse de una nueva conducta mediante un aprendizaje cognitivo y respetando procesos de pensamiento.

6. - Los padres efectivos utilizan el cuestionamiento para promover el pensamiento moral e intelectual de sus hijos:

Esta premisa está ligada al ejemplo anterior. Cuando un niño realiza una pregunta, es conveniente responderle (en la medida que el tiempo y las circunstancias lo permitan) con otra pregunta: ¿Tú qué piensas? O ¿por qué crees que pasó de esa manera? Así, será más fácil que el niño internalice nueva información y ancle el nuevo conocimiento a sus saberes previos.

Cuando la pregunta envuelve un dilema moral, el padre debe tener claro cuál es su postura al respecto y cuál es la inclinación que desearía en su hijo. Obviamente, el padre o la madre buscarán que la formación del criterio del pequeño sea el que mejor le ayude a desenvolverse socialmente, solucionar problemas y en sí a tener una vida feliz. Aquí es conveniente destacar que cada persona tiene su concepto de felicidad y será ciertamente el que quiera trasmitir a sus hijos. Ejemplifico: Si un niño pregunta sobre la existencia del cielo y el infierno, habrá padres que consideren que esta creencia será benéfica durante la etapa formativa del niño para provocar temor o gratitud cuando el niño aún no tiene desarrollado un juicio moral, por otro lado, habrá progenitores que según su experiencia esta declaración sólo infundirá miedo en los pequeños y condicione su conducta al premio o castigo y no obedezca a una convicción propia. Pero esto no está a discusión en el presente escrito. Aquí, independientemente del culto familiar, los padres deberán favorecer la reflexión del niño con preguntas como: ¿Tú crees que existe el cielo y el infierno?, si así fuera, ¿para qué existen? Y en base a esos cuestionamientos orientar hacia las doctrinas de cada familia.

En conclusión, un niño construirá una personalidad sana si entre otros elementos se le permite expresar su pensamiento, es orientado a la reflexión mediante preguntas y se considera su capacidad de comprensión mediante la explicación, la cual, será brindada cuantas veces sea necesario. Con ello, además de respetar sus procesos mentales y beneficiar su autoestima, favorecerá el desarrollo de habilidades de pensamiento superiores como la comparación, análisis, evaluación y juicio, entre otras, que culminará en la etapa adulta.

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