Efemérides marginales del 23 09
El poder político asume, honra y administra la memoria de héroes y hechos que en su momento fueron contrarios a las sociedades en que aparecieron. Sin embargo, como esta sociedad se parece mucho a aquellas, si ahora vivieran tales héroes y se consumaran tales hechos, lo más seguro es que serían de oposición al sistema que ahora los enaltece; por tanto, este sistema los reprimiría.
Apenas hace unos días se conmemoró con festivos actos oficiales la gesta popular encabezada por Miguel Hidalgo que se alzó en busca de libertad y redención de los pobres. En la actualidad, más de la mitad de la población nacional vive en pobreza extrema, lo que significa hambre, insalubridad, escasez de oportunidades, degradación humana.
El poder, con sus incapacidades, produce inconformes con el orden impuesto, produce personas que con mayor o menor radicalismo, cansadas de la insatisfacción de sus necesidades y hastiadas de vivir en la indignidad, lo combaten por ser sus víctimas o por ser conciencias solidarias que asumen las causas de las víctimas.
El propio sistema genera sus opositores, entre ellos los radicales. Un 23 de septiembre de 1965 quisieron darle un golpe que iniciara su derrumbe para alzar sobre los cimientos un sistema preocupado por los trabajadores y sus familias, que rescatara para el ser humano su dignidad.
Aquel 23 de septiembre parió una camada de héroes populares que con su hazaña desataron fuerzas diversas que obligaron a los poderes políticos y económicos a intentar ser menos injustos y menos antidemocráticos. En otras palabras, obligaron a los poderes a preocuparse por dar mayor amplitud a los derechos civiles.
Conviene recordar sucintamente lo que ocurrió aquella fecha. La madrugada de ese día, trece guerrilleros socialistas atacaron el cuartel militar de Ciudad Madera, Chihuahua, después de muchos meses de haber dado la lucha contra el ejército, las policías, las guardias blancas protectoras de ricos madereros, ganaderos, latifundistas y otros tipos de caciques.
De los trece guerrilleros ocho murieron en el combate. La memoria popular no permitirá que se borren sus nombres de la historia proletaria. Los menciono aquí: Arturo Gámiz, Emilio Gámiz, Salomón Gaytán, Pablo Gómez, Rafael Martínez, Miguel Quiñones, Oscar Sandoval y Antonio Scóbell; sobrevivieron Florencio Lugo, Guadalupe Scóbell, José Juan Fernández, Ramón Mendoza y Francisco Ornelas.
De los trece guerrilleros ocho murieron en el combate. La memoria popular no permitirá que se borren sus nombres de la historia proletaria.
Dije que la memoria popular no permitirá que se borren sus nombres de la historia proletaria, pero también incidirán en la historia oficial. Por ejemplo, hace unos meses, en el Congreso de Chihuahua se presentó una iniciativa para fijar sus nombres en los muros camerales. Quizás haya encontrado obstáculos, pero la lucha popular está acostumbrada a rebasarlos.
Por lo demás, el pueblo ha venido reconociendo a aquellos héroes a partir de su hazaña; desde escuelas hasta organismos civiles diversos han recibido sus nombres. En la propia Ciudad Madera varios sitios los inmortalizan. Muchos libros se han escrito sobre la gesta y perpetúan su historia. El primer libro sobre el tema es obra de un lagunero, José Santos Valdés. Lo escribió en Lerdo, Durango. Aparte, la misma gesta dio lugar a una trilogía de novelas de Carlos Montemayor.
Los combatientes del Grupo Popular Guerrillero (GPG), quienes atacaron el 23 de septiembre de 1965 y los que se quedaron en los umbrales de la hazaña mas actuaron en la sierra y en las redes urbanas de apoyo, son héroes populares, conciencias entregadas a las mejores causas, aquellas que en la urgencia de satisfacer sus necesidades, aun las elementales, han hecho que el sistema actual dé pasos adelante, aunque sea a regañadientes.