Difícil. Los migrantes cada día viven con el miedo de ser deportados.
Mientras muchos en Estados Unidos celebran esta semana el Día de la Independencia, algunas minorías tienen sentimientos encontrados sobre los festejos con desfiles y fuegos artificiales en medio de una atmósfera de tensión.
Negros, hispanos y activistas dicen que lo transcurrido tras la elección presidencial del 2016, recientes absoluciones de policías por balear a hombres negros y el incremento en las detenciones de inmigrantes y refugiados para deportación les hacen cuestionar la igualdad y la promesa de vida, libertad y la búsqueda de felicidad en la Declaración de Independencia.
La inmigración fue un tema clave en la campaña presidencial para ambos partidos. Desde entonces, el gobierno de Donald Trump ha redoblado la implementación de leyes en esta materia e instituido una prohibición parcial de viajes que limita la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de seis países musulmanes. La prohibición temporal requiere que las personas demuestren tener un familiar cercano en el país o una relación existente con una entidad como una escuela o empresa. El viernes, el gobierno anunció que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas arrestará a personas _ incluyendo familiares _ que contraten a contrabandistas para traer a niños ilegalmente a EU.
Patricia Montes, una inmigrante hondureña residente en Boston, dice que se siente agradecida por las oportunidades y la seguridad que le ha dado Estados Unidos. Pero este año no sabe cómo va a conmemorar el 4 de julio.
"Tengo un conflicto interno", dijo Montes, defensora de los inmigrantes. "¿Qué estamos celebrando? "¿La democracia?".
En Texas, activistas hispanos han protestado contra una ley estatal que fuerza a las municipalidades a cooperar con las autoridades de inmigración.