Cascadas petrificadas Hierve el agua. Foto: Archivo Siglo Nuevo
Se han ido formando desde hace miles de años por el escurrimiento de agua con alto contenido de minerales (carbonato de calcio). El agua de manantial brota desde el interior de las montañas y al contacto con el aire se calcifica, creando esa apariencia de velas chorreadas.
Las cascadas petrificadas de Hierve el Agua son uno de los patrimonios naturales más espectaculares de Oaxaca y de México.
El Parque Estatal se encuentra enclavado en las montañas, entre la Sierra Mixe y la Sierra Norte de Oaxaca. Pertenecen al municipio de San Lorenzo Albarradas, cerca del poblado de San Isidro Roaguía. Solo existe en el planeta otra formación similar: Pamukale, en Turquía, un conjunto de varias pozas escalonadas. El agua solidificada parece nieve.
En Hierve el Agua hay tres cascadas: dos de ellas tienen caída vertical y la tercera, el Anfiteatro (a donde llegan todos los visitantes), se apegó a una diagonal. La rareza de la calcificación de líquido en el suelo es otro de los detalles que hay que admirar. A veces, en los boquetes que hay en las rocas, se escucha pasar la corriente hídrica o los borbotones en su escape hacia el exterior.
Albercas naturales. Foto: Anda! Vete de viaje Blog
La cascada petrificada más alta se eleva unos 60 metros. Es la zona donde se encuentran las albercas naturales. Una de ellas es un espejo de agua de borde infinito a la orilla de un barranco. Gran parte del año las pozas permanecen vacías. Cuando es temporada de sequía son cristalinas y de color turquesa; en temporada de lluvias se tornan verdosas por la materia orgánica que está presente, pero de ninguna manera hay agua estancada.
Éste destino oaxaqueño es un lugar para la contemplación. Las autoridades de Turismo no recomiendan, por temas de conservación, nadar en las pozas naturales, aunque no está prohibido.
Desde las pozas pueden admirarse las cascadas petrificadas. Se encuentran a una distancia razonable. Si la condición física lo permite, la sugerencia es recorrer un camino de dos kilómetros de tierra suelta, con subidas y bajadas algo resbalosas para observar de cerca su textura, su magnificencia y tomar una foto junto a alguna de ellas. Es ideal acudir en compañía de un guía local para informarse acerca de cómo se originó este lugar.
VESTIGIO
Mitla proviene de Mictlán, término náhuatl para 'lugar de Muertos'. En zapoteco sería Liobaa (casa de tumbas). Es una zona arqueológica localizada en el Pueblo Mágico del mismo nombre. Su época de esplendor fue del año 750 al 1521 después de Cristo. Hay que prestar atención al Grupo de las Columnas y a los muros decorados con grecas labradas, engarzadas sin argamasa.
Ocotlán es el pueblo del pintor Rodolfo Morales. En el ex convento se muestra su obra, y los viernes se deja apreciar un tradicional mercado oaxaqueño con su oferta, entre otras cosas, de delicias gastronómicas.
Teotitlán del Valle es un pueblo de tejedores. Los textiles de Oaxaca son uno de los artes más preciados de México.
Pero, ¿si hierve el agua? En realidad no. De hecho, el líquido es fresco. No son aguas termales como se suele pensar. Contribuyen a depurar la piel, pero carecen de propiedades medicinales. El nombre de este parque natural se debe al nacimiento de agua burbujeante que parece estar en su punto de ebullición.
COMO LLEGAR
Hay transporte público desde la ciudad de Oaxaca. Los guías incluyen Hierve el Agua en recorridos a Mitla, Teotitlán del Valle, árbol del Tule y destilerías para conocer el proceso de elaboración del mezcal. El precio de los traslados está entre 300 y 450 pesos por persona. El trayecto desde la capital oaxaqueña es de una hora y media a dos horas.
La mejor temporada para visitar es después de lluvias, el periodo de noviembre a enero cuando los borbotones están en toda su magnitud y el cielo luce limpio. La mejor hora para contemplar las cascadas y espejos de agua, sin nada que estorbe a la vista, es por la mañana. El sitio abre a las nueve y cierra a las cinco de la tarde.
