Comparten su pasión de bailar danzón. (FERNANDO COMPEÁN)
Su nombre es Javier Pérez Rodríguez. Aparte de su labor de ventas que lo lleva a recorrer 40 cuadras por día, tiene otra pasión que comparte con su esposa, la señora María del Carmen Mireles Martínez. Se trata del baile.
Este 2017 es muy importante para ambos ya que él celebra 50 años de bailar danzón y ella 45, mismo tiempo que llevan de casados, por ello decidieron compartir su felicidad con El Siglo de Torreón.
En entrevista, María del Carmen comentó entusiasmada que jamás imaginó que duraría tanto tiempo moviendo su cuerpo al compás de dicho género.
"Si yo les contara todo lo bonito que me ha dado esta actividad no terminaría nunca. Me da mucha emoción esto, me acuerdo que decía, 'mientras no lleguen los hijos voy a bailar', y me gustó tanto que luego hasta embarazada bailaba", expresó.
Javier, por su parte, compartió que cuando celebró sus 40 años de bailar sintió una alegría enorme. En ese tiempo pensó, 'Tengo que llegar a los 50', anhelo que logró y ahora va por las seis décadas de dejarse llevar por la música de salón.
"La gente me para y me dice, 'oiga se ve muy bien, cómo le hace',y yo les digo que por el ejercicio que hago al bailar y al recorrer 40 calles diarias vendiendo mis caleidoscopios. El baile es el motor de la vida", comentó.
Pérez Rodríguez reveló que él no es quien hace los instrumentos, "Mi esposa es quien los realiza ella les da el control de calidad y luego ya yo me salgo a venderlos, fíjense que muchas personas hasta me piden que se los autografíe cuando se los vendo o me piden selfies".
Mireles Martínez informó que su marido y ella imparten clases de danzón cada semana; los lunes y viernes en el DIF de Lerdo mientras que los sábados acuden a la Casa del Jubilado del Instituto Mexicano del Seguro Social.
"Hemos enseñado a bailar a cientos de personas de todas las edades. Hoy en día nos enfocamos mucho a personas de la tercera edad, ya que esta actividad también sirve para no entumirse. Mi esposo ha dado cerca de cuatro mil 600 clases en su vida", explicó.
Javier manifestó que un alumno que recuerda con sumo cariño es uno que padecía autismo ya que pese a su enfermedad logró bailar muy bien en un evento, "ahora ya está curado y me da gusto saber que se alivió".
Por otro lado, el lagunero dijo que lo más complicado que le ha tocado vivir dentro del baile fue cuando María del Carmen se cayó al ejecutar un paso.
"Ella se lastimó la rodilla. Durante un tiempo no pudo bailar como ella lo hacía, poco a poco se fue recuperando, sí que sentí eso porque ella y yo somos uno", puntualizó Pérez Rodríguez.