Los aficionados de los Guerreros volverán a media semana al estadio Corona para apoyar a su equipo en la liguilla. (Jesús Galindo)
El bien contra el mal, la santidad frente a los que vienen del infierno, siempre es llamativo un partido entre Santos Laguna y Toluca por la dualidad que representan sus nombres de batalla, así que el último partido del torneo Clausura no era la excepción.
Sí, era el último de torneo regular, pero en esta ocasión los aficionados sabían que regresarían al Templo del Desierto en unos días, porque la liguilla ya estaba asegurada y sólo era cuestión de tiempo para conocer al rival. No obstante que eran dos equipos ya clasificados, la afición respondió al llamado de este partido, acudiendo desde temprano a las inmediaciones del Territorio Santos Modelo, donde mitigaban el calor con las heladas bebidas y la tradicional convivencia, reinando la calma antes de comenzar la tormenta en que se convirtió el partido.
Buena cantidad de camisetas escarlatas se dejaron ver en la explanada de la casa de los Guerreros, algunos buscaban el chorizo y en su lugar encontraban la carne adobada, de todo se vale atacar cuando el hambre se hace presente. Ya adentro del estadio, el Sol seguía sin dar tregua, los aficionados rojos ciertamente están acostumbrados a jugar bajo el cobijo del astro rey, pero no hay comparación de las temperaturas que se pueden alcanzar en La Laguna a las de la capital mexiquense.
La primera explosión en la tribuna fue producto de una cartulina roja para Djaniny, que dejaba en minoría a los dueños de casa, quienes en el mismo primer tiempo sufrieron par de goles que parecían dejarlos en la lona. Pero la afición albiverde jamás dejó de alentar y temprano en la parte complementaria vio llegar su recompensa con el gol de "Cabecita", para luego empatar en número de jugadores en la cancha y también en los goles en el marcador, dando nueva vida al partido.
La banda gomezpalatina tocaba sin parar también empujando hacia adelante a los Guerreros, la esperanza del triunfo era latente y la expectación de los aficionados crecía segundo a segundo, nadie se movía de sus asientos porque el partido fue tan volátil que era inútil tratar de adelantarse al final. Santos se quedó con 9 y la lucha en el terreno de juego fue cerrada, "con el cuchillo entre los dientes" los Guerreros defendieron su meta y buscaron la contraria, pero el marcador simplemente no registró más movimiento.
Aplausos realizaron los aficionados en reconocimiento a la entrega de los futbolistas, tomando las cosas con cautela porque apenas se escribió el primero de los tres capítulos consecutivos que habrán de disputarse ante los Diablos. Los asistentes parecían conformes al retirarse del estadio, velando armas para regresar algunos días más tarde ya en plena liguilla, a la que la directiva albiverde invitó con el slogan "Sin Guerreros no hay Sexta", esa, la media docena de copas de campeón, es la asignatura de ahora en adelante.
