Con la venta de dulces, Rafaela Castañeda, de 62 años, lucha por sacar adelante a su esposo diabético y a su hermana de 79 años, con cáncer de pulmón.
Constantemente la mujer debe trasladarse al Hospital General de Torreón en donde, pese a su difícil situación económica, le piden que compre los insumos para atenderlos porque "no hay nada".
"No hay sondas tengo que comprarlas, cada 15 días vengo a que se la cambien me cuesta 32 pesos (...) yo vendo dulces en la semana y taquitos el fin de semana, ahora tuve que esperarme hasta el lunes para traer dinero por si faltaba y mire, sí faltó, ¿ahí no está diciendo Peña Nieto que está todo muy bien?".
Rafaela dice que en transporte y la sonda son 120 pesos lo que gasta, cifra que representan dos días de venta.
La mujer no tiene otros ingresos, pues su marido, su hermana y ella no están pensionados por lo que con la escasez de medicamento e insumos la situación cada vez se torna más difícil.
La historia de Rafeala es sólo una de las cientos que hay en el hospital.
Ayer David Saldaña, esperaba que su familiar, ingresado desde el sábado, fuera atendido por el traumatólogo.
Empleados calificaron como los "peores días" del hospital, pues no tienen guantes, sábanas o lo mínimo indispensable para atender a los pacientes que ingresan.
Abasto
El Hospital General tiene 5 años con carencia de medicamentos y material de curación. Previo a las elecciones el abasto mejoró, pero sólo por unos días.