EL CAMINO HACIA EL ARTE
En estas fechas el ambiente se presta para retomar los elementos típicos de la tradición mexicana y volverlos sobre expresiones artísticas y culturales de diferente índole, ya que la tradición y arraigo que tiene el Día de Muertos vuelve con mayor ímpetu. Desde un punto crítico es un complejo proceso de hechos artísticos, ya que incluyen la tradición oral que va desde manifestaciones literarias como cuentos o "Calaveritas" -que mezclan los juegos de palabras, rimas y el humor- también música o la creación de altares que si lo contrastamos con criterios del arte contemporáneo bien podrían ser una especie de instalación, ya que cumplen con ideas básicas de este tipo de arte; parten de un concepto antes establecido, son un acto efímero, en el cual creador y espectador se involucran activamente en la obra.
Del mismo modo la brecha de discusión entre lo que es arte y las tradiciones que comparten características mágico-religiosas se encuentra presentes. Pero la intención no es la segregación, más bien el encuentro de coincidencias que nos permitan adentrarnos más en la experiencia artística y creativa que implican más allá del debate si entra en el pedestal de lo que se llama arte o se queda como una tradición.
Aunado a la expectativa del estreno de una película animada que su trama y escenario es México en esta celebración, vuelve la euforia anual de ver reflejadas en este tipo de eventos parte de la identidad nacional.
Pero no todo lo podemos encontrar afuera, en la literatura nacional quien crea un nexo con este cotidiano estar con el enigmático mundo de los que han partido del mundo terrenal es Juan Rulfo, en su clásica obra sin mencionar el Día de Muertos crea un mundo paralelo casual nos invita a ver la naturalidad de este otro mundo en la paredes del mundo que sí percibimos. Del libro surgió la versión cinematográfica -blanco y negro- cuyo guión sumergido profundamente en las palabras del libro reflejan esta forma de pensamiento que se traduce en orgullo nacional.
Según Horacio Zabala "El trabajo del artista consistirá en sumar un plus poético y reflexivo a la vida diaria, a través de transformaciones formales, conceptuales y estilísticas de la vida cotidiana" quizá el mero acto de celebración del Día de Muertos no tenga la intención poética como su principal objetivo, pero si existe algo en ello, por ejemplo, las flores, signo efímero de la poesía para los antiguos pueblos mexicas es su máxima expresión de un deseo poético.
Quien intencionalmente busca la poética es Adriana Salazar, en su obra "La vida de las cosas muertas" instalación ubicada en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) en la cual recolecta pedazos de lápidas abandonadas y les da vida con unas hojas secas que "bailan" sobre ellas, gracias a implementos tecnológicos. Es una danza mística y un poco solitaria que refleja esa nostalgia de los que se han ido, pero que esencialmente se hacen presentes.
Éste sigue siendo ese realismo mágico que tuvo un gran impacto en la literatura Latinoamericana, cuyos autores abordan con sus diferencias, pero que comparten el sentido de la trascendencia espiritual. Quizá en un modo fatídico y hasta desgarrador como le ocurrió a Don Pedro Páramo o más discreto como aquellos que no conocemos sus nombres, pero su espíritu aún se manifiesta para salir del olvido y ahora pueden percibirse místicos en las hojas ya secas, pero paradójicamente aún con vida que se mueven.
El arte no está en conflicto con la base de tradiciones que alberga un país o una cultura, es parte nutricia de ésta y por tanto fundamental para su continuo desarrollo.
