Concierto. El Cigala se presentó anoche en la Plaza Mayor como parte del Festival Internacional de las Artes Julio Torri. (ÉRICK SOTOMAYOR)
La pasión une al flamenco y al son cubano, la prueba son Diego El Cigala y Omara Portuondo, que ayer se presentaron en la Plaza Mayor como parte del Festival Internacional de las Artes Julio Torri.
Ambos cantantes, que se caracterizan por sus estilos arrebatados, entregaron un espectáculo lleno de energía y sentimientos a flor de piel.
A las 8:20 apareció en el escenario El Cigala, vestido con un traje gris. Abrió el recital con la emotiva Te quiero, te quiero.
Después presentó a la llamada Novia del Feeling. Uno a uno se alternaban en la interpretación de sus propias melodías y después compartían el escenario.
Alrededor de 3 mil personas, según cifras de Protección Civil, fueron testigos de la grandeza de estos dos referentes de la música hispanoamericana.
Lágrimas negras fue uno de los clímax del concierto. "Yo no quiero sufrir, contigo me voy mi santa, aunque me cueste morir", corearon los laguneros.
El Cigala, con su sello gitano, cantó Compromiso, el bolero Obsesión y Periódico de ayer, que forma parte de su álbum Indestructible, que el año pasado salió al mercado.
Entonces Omara regresó al escenario, y el cantaor la acompañó con sus palmas y unieron sus voces en Silencio. Es evidente la complicidad que hay entre ellos. Una admiración mutua que los hace brillar en el escenario.
La diva de Buenavista Social Club regala Noche cubana, Esta tarde vi llover y La última noche. Omara mantiene la energía de su voz y sabrosura, que la hace levantarse de su silla y bailar un poco, a pesar de que sus piernas no responden como antes.
Portuondo, de 88 años, no para de llamar "muchachito" al gitano, de 48 años. Una vez más explotan en el escenario con Dos gardenias.
"Otra, otra", pide un público de pie y emocionado. Unos minutos después, Diego y Omara vuelven con Bésame mucho y Veinte años. Así cierran una noche de entrega total y sincera.