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El estante de la lubricación

Para que el gozo no sea doloroso

Foto: Archivo Siglo Nuevo

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REDACCIÓN S. N.

Los aceites poseen un contra importante si se piensa utilizar un condón durante el coito. Cuando contienen vaselina, su base mineral-oleaosa ocasiona que el látex del preservativo se debilite y llegue a romperse.

Al excitarse, la sangre de la mujer fluye hacia sus genitales. La estimulación produce que las glándulas de Bartolino, ubicadas en la vulva a ambos lados de la apertura de la vagina, expulsen un fluido que sirve como lubricante natural para facilitar la conexión genital. La disminución o la ausencia de ese importante elemento de las relaciones humanas provoca una fricción inadecuada, molestia, incluso dolor, que pueden hacer de un acto dirigido al placer una mala experiencia.

En los preliminares de la cópula, el juego previo, se estimula el arribo de la lubricación vaginal, indicador natural de que la hembra está preparada para la actividad sin riesgo de lastimarse.

La recomendación de usar un suplemento en el ámbito íntimo se presenta cuando las mujeres sufren sequedad vaginal (condición asociada con la menopausia aunque no es exclusiva de esa etapa) o cuando las personas quieren practicar el sexo anal. Como los hombres no poseen la cualidad de que se presente ese baño natural se recurre a diversas opciones.

Los lubricantes son productos especializados en disminuir la fricción en el área genital o anal durante la penetración. Sin una vagina debidamente preparada, el acto sexual puede ocasionar mucho dolor en vez de goce. Otro punto negativo a considerar es que se amplía el margen de acabar con una infección por hongos.

TIPOS

El uso de sustancias para facilitar la cópula puede contribuir a intensificar la sensación de placer. Los más comunes son los lubricantes hidrosolubles, los aceites, los naturales, los que tienen base de silicona y los caseros, también conocidos como naturales. Los hay con olores y sabores para todos los gustos.

En el desglose por propiedades los que están hechos con base de agua tienen la ventaja de que desaparecen con facilidad al momento de lavarse; la desventaja principal se encuentra en su duración, que es menor a la de su competencia. Deja de ayudar y debe aplicarse otra cantidad.

Los aceites poseen un contra importante si se piensa utilizar un condón durante el coito. Cuando contienen vaselina, su base mineral-oleaosa ocasiona que el látex del preservativo se debilite y llegue a romperse. Del lado femenino acarrean consecuencias como alterar el pH vaginal e incrementar el riesgo de sufrir alguna infección.

Los lubricantes naturales tienden a equipararse con los caseros. Son sustancias que ya están instaladas en la vida cotidiana y que dan el salto hacia el ámbito íntimo. En esta categoría aparecen el aloe vera, la manteca de cacao, los aceite de coco y de jojoba. Menos conocidos, mas eficientes en su función resbaladiza, son el aceite de semilla de uva y el de canola.

NATURALES Y OLEOSOS

En la lubricación se suelen utilizar productos como clara de huevo porque su consistencia es semejante a la del moco cervical. Si se recurre a este producto, luego del acto la zona privada debe ser lavada a conciencia para evitar que en ella queden restos que puedan generar malos olores o incomodidad.

Otro alimento al que se le da lúbrico uso es el yogur. Para quienes piensan en estos términos, las recomendaciones pasan por servirse del yogur natural que no tiene azúcar y es probiótico (contienen microorganismos apreciados en el rubro alimentario porque ayudan a cuidar la salud intestinal). Una ventaja es su capacidad de proteger la flora vaginal del cambio brusco entre el semen y el pH de la vagina. Yogur que no reúne esas características puede llegar a causar infecciones.

En la acera oleosa se encuentra, por encima de opciones como los aceites de almendra o de sésamo, uno de los productos con mejor recepción en la alcoba: el aceite de coco.

Reúne a su favor características como: el aroma, se aplica con facilidad, no hay que batallar para conseguirlo, su precio. En cuanto al trabajo para el que es comprado, es reconocido por generar una capa más gruesa que otros lubricantes.

Más puntos a su favor son que el cuerpo lo absorbe rápidamente (esto reduce las opciones de hallar un desorden luego de la actividad) y con ello se minimizan las preocupaciones acerca de problemas de salud que podrían derivarse de los restos de lubricante en el cuerpo.

Sin embargo, a causa de su base oleosa, no es compatible con preservativos de látex, los debilita y éstos pueden romperse. Además, debe considerarse que es capaz de obstruir los poros de la piel y acarrear irritaciones y otras molestias.

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Foto: Sico / Durex / Archivo Siglo Nuevo

SILICONA

Una excepción dentro de la categoría de productos oleosos son los lubricantes con base de silicona. Tienen propiedades que los vuelven muy atractivos a la hora de combatir problemas de sequedad vaginal. Una destacada es que no permanecen en el cuerpo y éste no puede asimilarlos. Su acción es mayor que la de los productos hidrosolubles y se les presenta como ideales para practicar el sexo anal. Además, son compatibles con los condones de látex.

Hay lubricantes de gel que contienen isoflavonas de soya que actúan de forma parecida a los estrógenos. Son lubricantes de larga duración y no requieren un lavado posterior al acto íntimo ya que funcionan como una crema hidratante y suavizante. A su favor también habla que no alteran el pH vaginal.

ERROR

Existe la creencia de que sustancias como la saliva, el gel de baño o el agua son aptas para cumplir con la función de facilitar la penetración, pero se trata de una idea equivocada.

Si una persona padece fuego labial con frecuencia, el uso de la saliva como lubricante puede producir un herpes genital.

En cuanto al agua, no es la mejor sustancia para el trabajo porque el acto sexual demanda una viscosidad mayor a la que contiene ese líquido.

A la hora de recurrir a los lubricantes debe tenerse presente el riesgo de una alergia. Por muy natural que sea un producto, hay la posibilidad de que ocasione una reacción indeseable en el cuerpo. Lo mismo aplica para las marcas que son puestas a disposición del público una vez que superan procesos industriales certificados y de regulación sanitaria. La composición química puede provocar alteraciones en las zonas genitales o en la zona anal.

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