(Segunda parte)
Dentro de las actividades que recuerdo de ese año escolar, es que para participar en los festejos del 20 de noviembre, nos prepararon a los niños de quinto y sexto año con un bailable que la melodía o canción era "La Revolcada", cuya entonación aún recuerdo y me ha tocado escucharla muy esporádicamente, es más, en una ocasión que me encontraba en un café ubicado por el Paseo de la Morelos, me tocó escucharla a lo lejos y me inspiró a escribir aquellas remembranzas que precisamente les di el título de "La Revolcada" (junio del 2006), y en otras ocasiones que he vuelto a escucharla, me remonta a ese año de 1953: visualizo el Campo Deportivo Rosita, a cientos de niños en lo que era el campo de beisbol y las gradas repletas de familiares que "orgullosos" acudían a ver a sus cachorros luciéndose en los bailables o juegos gimnásticos en que participaban otros niños de otras escuelas.
Cuando regreso a Nueva Rosita y paso por este lugar, invariablemente aparecen esos gratos recuerdos. Y para finalizar el año escolar, el maestro prepara a una de las niñas, Olga Susana Romero Núñez, para que en solitario bailara la interpretación musical de Scherezada.
Por supuesto, hubo muchas protestas de las demás niñas que se pusieron al "brinco" de por qué precisamente esa niña era la elegida. Tal vez el maestro vio en ella "algo" que hizo que la eligiera.
Nuestra fiesta de graduación fue a finales de junio en el auditorio al aire libre que había en las instalaciones de la escuela, como ya era una tradición. Muy escasos recuerdos quedaron de aquel día, de aquella noche, cuando fui acompañado tan sólo de Pedro, mi hermano, y el buen amigo, Beto Garza.
Pasaron los años, muchos, muchos años, diría yo, pues vimos terminar el siglo XX y pasar de una centuria a otra, hasta el cambio de un milenio se registró, así que al paso de 63 años de esos recuerdos, es prácticamente una millonésima de millonésima de fracción de segundo en el devenir del tiempo.
Es cierto, de una manera u otra, ¡Cuánto he explotado el archivo de mis recuerdos!
EL RECLAMO DE UN NIÑO
