"Según tratados muy antiguos, al momento de nacer, a cada persona le asignan tres monstruos para que lo acompañen durante toda su vida. Estos monstruos varían de acuerdo con cada persona, pero siempre son tres: hay que aprender a enfrentarlos", dice Martín Solares en Los Monstruos y Tú, manual para niños publicado en 2012 por Nostra Ediciones. El próximo jueves 23 de febrero, el autor visitará La Laguna para recibir el Premio Nacional de Ensayo José Revueltas y para ofrecer una charla en la Galería del Teatro Isauro Martínez ese mismo jueves 23 a las 7 de la tarde.
Con una sólida formación que incluye un doctorado en La Sorbona, Solares es uno de los narradores más destacados del México actual. Sus libros se traducen al inglés, al francés, al italiano y al ruso, entre otras lenguas. Es un prestigioso editor y ha obtenido, entre otros, el Premio Nacional de Literatura Efraín Huerta y el Premio Nacional de Cuento Juan de la Cabada. Una de sus novelas está a punto de ser llevada al cine con actuaciones de Diego Luna y Demián Bichir. Pero a pesar de tantos galardones, lo que más reconocimiento le ha valido es, por mucho, su capacidad para retratar monstruos.
Fue precisamente con otro libro sobre monstruos, la novela titulada Los Minutos Negros, que Solares se ganó en 2006 el respeto de los lectores y la crítica. No se trata de un volumen para niños, sino de un thriller ambientado en un caluroso municipio al sur de Tamaulipas llamado Paracuán, que en 378 páginas nos remonta a crímenes ocurridos hace treinta años y nos pone frente a la pesadilla que México es hoy. Narrada con potentes dosis de humor negro, la novela inicia cuando el joven periodista Bernardo Blanco llega a Paracuán en un autobús donde también viaja el agente de policía Ramón Cabrera, alias "El Macetón". Ninguno de los dos sabe que días después el agente será el encargado de esclarecer la muerte del muchacho, quien es asesinado con métodos que evocan a la mafia colombiana. A medida que Cabrera profundiza en la investigación, el clima va enrareciéndose y las dudas aumentando en un abanico que se abre hasta tocar prácticamente todos los rincones de la vida contemporánea, por eso en esta novela es posible encontrarse con la fauna más nociva que puebla este país: asesinos a sueldo, policías corruptos, políticos sin escrúpulos… por fortuna también pasan por esas páginas el enigmático B. Traven (bajo el nombre de Traven Torsvan), Carlos Monsiváis dando una charla a estudiantes universitarios y hasta Rigo Tovar cantando a bordo de un taxi.
No Manden Flores, la segunda novela de Martín, también inicia en Paracuán y no es menos dura: consigna la historia de Carlos Treviño, expolicía contratado por un millonario para investigar la desaparición de su hija, quien al parecer ha sido secuestrada. Basta una anécdota para perfilar a Treviño: cuando alguien le pide consejos para ejercer el oficio de detective, el exagente contesta: "No hay mucho qué enseñar: desconfiar de todos los testigos y no salir sin un arma". La tarea sería más fácil si tras sus pasos no estuviera Margarito, turbio jefe de policía que lo busca para matarlo. Hablamos entonces de dos pesos pesados en la procuración de justicia, aunque en este rincón del planeta la ley sea "sólo una excusa para meter a la gente al bote". En No Manden Flores, Solares también incluye algunos de los peores monstruos que pululan por el norte del país, pues narra cómo, en ciertas circunstancias, resulta fácil hacer a un lado aquello que nos hace humanos. Acaso por eso, igual que en el célebre cuento "Dormir en Tierra" de José Revueltas, aquí muchos de los personajes tienen nombres o apodos de animales: El Pato, el señor De León…
Uno de los grandes aciertos de la literatura de Martín Solares es fusionar la llamada "alta literatura" con un género que, hasta hace muy poco, se consideraba menor: la novela policiaca. En sus páginas llenas de suspenso encontramos muchos puentes a la Ilíada y la Odisea, al Quijote, a los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, a Pedro Páramo. Hábil para diseccionar las piezas maestras de la literatura universal, Solares sabe asimilar sus mejores recursos e incorporarlos en sus obras, de allí que sus novelas permitan al lector una apreciación más profunda de la realidad. Desentrañar cómo lo logra sería motivo de otra columna, aunque muy probablemente sea él mismo quien desvele sus secretos en la charla del jueves 23 en el TIM. No se la pierda.
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