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Se han hecho con una más que decorosa parcela de la dinámica económica gracias a la 'tecnología disruptiva', es decir, aquella que rompe con lo existente y que provoca la desaparición de profesiones, productos y negocios tradicionales.
La ficción ha encontrado un terreno especialmente prolífico en la explotación de criaturas fantásticas. Las hay atractivas dada su belleza o elegancia; también están aquellas que generan una repulsión estética gracias a su horror y su impiedad. A esté último grupo pertenecen especies como grifos y quimeras. En el primero, los unicornios son especialmente encantadores.
El prodigioso cuerno de estos animales protegía contra todo tipo de sortilegios, limpiaba el agua envenenada y sanaba enfermedades. Hablar de ellos era referirse a la pureza y la gracia. Sólo procuraban la compañía de mujeres que no habían sido conocidas en bíblico sentido.
Una vez que se dejan atrás las historias fantásticas, quedan los asombros que pertenecen enteramente a la realidad y que suelen apoyarse en la carga simbólica de los términos.
En el ámbito económico, tan dado a utilizar figuras retóricas como el 'crecimiento cero', utilizaron un sustantivo extraído del bestiario mitológico para complementar historias que parecen surgidas de cuentos de hadas.
Por esa senda, los 'unicornios' de estos tiempos son empresas que en pocos años han alcanzado un valor mas allá del dinero de otros negocios ya consolidados.
Es decir, son actores del mercado con menos de diez años en operaciones que se han hecho con una más que decorosa parcela de la dinámica económica gracias a la 'tecnología disruptiva', es decir, aquella que rompe con lo existente y que provoca la desaparición de profesiones, productos y negocios tradicionales.
Foto: GFK
INCIPIENTES
En 2013, Aileen Lee, fundadora de Cowboys Ventures, empresa ubicada en Sillicon Valley, California, y dedicada al capital de riesgo, usó el vocablo para referirse a compañías novedosas que alcanzan un valor igual o mayor a mil millones de dólares y la denominación ha permanecido.
Hábitat recurrente de los emprendedores fantásticos es la costa de San Francisco. Forman el fenómeno de las start-ups (empresas emergentes) que se valúan de acuerdo al crecimiento obtenido en un breve periodo de tiempo así como en las expectativas de desarrollo.
Su irrupción se ha dado de la mano de las redes sociales, y de la mano de la esfera digital se han consolidado; en la década pasada surgieron, en promedio, cuatro unicornios al año con la propiedad para multiplicar al menos 26 veces el valor de cada dólar invertido. Además, no han sido comprados por alguno de los gigantes del mercado tecnológico.
Más características de las compañías con sorprendente desarrollo son la juventud de sus fundadores (el promedio de edad es de 34 años) y el escaso número de integrantes de sus equipos originales (tres cuando mucho al momento de iniciar).
Consiguieron el recurso para entrar en funcionamiento fuera de las fuentes tradicionales (bancos, por ejemplo), hicieron valer las tres 'F' del mundo emprendedor: familia, amigos, tontos (family, friends, fools). El acuerdo con los inversionistas consistió en que, a cambio de su dinero para poner en marcha sus operaciones, obtendrían un porcentaje del total del valor de la empresa.
Una estrategia común de estos negocios es inscribirse en la categoría B2C (Bussines-to-consumer/ Del negocio al consumidor) y usar el Internet para darse a conocer y posicionar sus servicios.
LOS MÁS EXITOSOS
Google y Facebook son los más rotundos éxitos surgidos del modelo de financiamiento mediante las tres 'F'. El buscador ocupa el primer lugar de las marcas globales más valiosas en la clasificación BrandZ elaborado por WPP y Kantar Millward Brown. A junio de 2017 acumuló un valor de 245 mil 581 millones de dólares. Para darse una idea de su crecimiento, en 2007 sumaba 66 mil 434 millones de dólares y desde 2009 superó la barrera de los 100 mil millones.
La red social aparece en la quinta posición de la tabla con 129 mil 800 millones de dólares. En 2010 fue valuada en 5 mil 524 millones de dólares. Tres años antes, sus fundadores aseguraban que valía 10 mil millones.
Entre el buscador y Facebook se colocaron Amazon (139. 2 mil millones), Microsoft (143.2 mil millones) y Apple (234.6 mil millones). Completan la relación de los mejores diez AT&T, Visa, Tencent, IBM, y McDonald´s (está última ya no alcanza los 100 mil millones).
Según el cofundador de Facebook, Dustin Moskovitz, la regla para abrir una empresa incipiente es fundarla en una sola idea, defendible, ajena a los procesos ya existentes y apta para un amplio mercado. El único ingrediente insustituible, afirma, es la pasión por crear una compañía.
También recomienda no perder de vista que en el rubro de los negocios emergentes son muchos más los fracasos que los triunfos y que quien encabeza una empresa debe tener claro que deberá responder a los empleados, inversionistas, socios, usuarios, gobiernos y demás actores relacionados con su actividad.
OTROS VALORES
De acuerdo con un listado de CNN Money y CB Insights, Uber, el servicio de taxis con vehículos particulares, es la empresa unicornio que ha generado más valor para su causa con 68 mil millones de dólares.
Le sigue la empresa Didi Chuxing, otra empresa de viajes en coches compartidos con la particularidad de que sólo tiene presencia en China, no obstante suma 50 mil millones.
En tercera posición aparece, con 46 mil millones, otro incipiente negocio chino: Xiaomi. Su actividad es la fabricación de equipos electrónicos, hardware y software.
Fuera del podio se quedó, con 29.3 mil millones de dólares, Airbnb, una empresa que conecta viajeros con dueños de viviendas particulares y otros lugares para pasar vacaciones.
Palantir, enfocada al desarrollo de tecnología, ofrece servicios de software para trabajar con masivas cantidades de datos. Debe su quinto puesto a un monto de 20 mil millones.
En la sexta posición llega Lufax, una plataforma de préstamos de dinero, con 18.5 mil millones de dólares.
Enseguida viene China Internet Plus Holding con 18 mil millones obtenidos gracias a que informa sobre promociones en negocios del sector servicios.
La siguiente es WeWork y sus 16.9 mil millones por ofrecer espacios de colaboración laboral a freelancers, empresas pequeñas y emergentes.
SpaceX y su novedosa oferta de viajes espaciales a precios módicos, se ha instalado entre los prestadores de servicios emergentes más valiosos con 12 mil millones. Cierra la lista Pinterest, plataforma para compartir imágenes con 11 mil millones de dólares de valor estimado.
Foto:Uber
SIN BIENES
Dos unicornios destacados son Airbnb y Uber ya que han amasado montos multimillonarios sin ser propietarias de hoteles o automóviles. El impacto de este par está asociado al eficiente concepto de prestación de un servicio fundado en el intercambio directo de bienes y servicios entre particulares.
Sin embargo, como en las historias donde infinidad de personajes compiten por un mismo trofeo, los que consiguen destacarse no son muchos y en ocasiones los fracasos son tan llamativos como estrepitosos. Un caso meritorio, por el periodo de tiempo que se tomó en claudicar, es el de una aplicación llamada Secrets. Dedicada a la publicación de mensajes anónimos, los 36 millones de dólares aportados entre Google Ventures y otros inversionistas privados no le sirvieron de mucho y colapsó en apenas año y medio. Otro expediente negro es el de Grooveshak, antecesor del formato hecho famoso por Spotify. Aunque comenzó bien y llegó a ser una plataforma muy usada, no consiguió consolidarse y la competencia le comió el pastel.
América Latina también tiene equinos fantásticos ligados al uso de la tecnología. La suma da noventa empresas valuadas en más de mil millones de dólares. Se trata de plataformas como Mercado Libre, Despegar.com, Totvs, B2W y Kio Networks que comparten características como facilitar servicios brindados por terceros que hacen las veces de usuarios y la carencia de infraestructura o bienes que tengan valor en caso de declarar la bancarrota.
Para que una empresa emergente deje de serlo, las opciones son o bien fracasar o bien volverse tremendamente exitosa. El segundo camino, uno que recorrieron Google y Facebook, los llevó a incursionar en la bolsa de valores lo que implica un mayor número de inversionistas y convivir con los riesgos del mercado.
INICIAR
Echar a andar una start-up no es sinónimo de éxito. Todas ellas, unicornios incluidos, comienzan como empresas de inversiones de capital riesgo, es decir, ideas que pueden terminar con la pérdida del monto inyectado o bien con una alta rentabilidad.
Los pasos para emprender de forma exitosa principian con ubicar una oportunidad y generar una idea, es decir, concebir la solución a algún problema o carencia cotidiana que no resuelva ningún producto o empresa.
La guía básica continúa con investigar el mercado y sopesar el alcance del negocio teniendo en cuenta las características del sitio en el que se ofertará el producto o servicio. Se debe definir el nicho comercial al que va dirigida la idea.
El emprendedor debe preparar un plan de acción que incluya cronograma de actividades y necesidades económicas del proyecto. En un momento dado, la fundación de una start-up implica tomar decisiones como dejar el empleo para concentrarse en la iniciativa personal.
Antes de lanzarse es recomendable someter la idea a evaluación, mostrar el producto en vías de desarrollo a gente de confianza para que la observen con ojo crítico y de esa manera detectar debilidades.
También se aconseja hacer lo posible por trabajar lo más posible con recursos propios antes de solicitar capital. Una vez que se tienen inversionistas y recursos ajenos, lo que sigue es mejorar la idea según las necesidades del cliente. Ya con la compañía puesta en marcha, el reto es mejorar, siempre mejorar, porque dejar de actualizar es darle opciones a competidores que sí estarán pendientes de ofrecer algo más al usuario.
Foto:Airbnb
CAÍDA
Groupon, un sitio de ofertas por Internet, alguna vez ostentó el título de la compañía incipiente de más rápido crecimiento. Su ventaja se dilapidó entre la competencia, la salida de varios ejecutivos, acusaciones de malas prácticas, dudas en materia contable, caídas de los ingresos. En noviembre de 2011 había salido a cotizar en la bolsa y en menos de año y medio las acciones habían perdido más del 80 por ciento de su valor.
El líder actual, Uber, tampoco ha tenido todas consigo. La compañía fundada por el estadounidense Travis Kalanick, a pesar del crecimiento de sus operaciones, desestimó la idea de introducirse en el mercado de valores.
En junio pasado, Kalanick renunció a la dirección ejecutiva de la empresa, a consecuencia de las presiones de los accionistas.
Uber fue objeto de escándalos, entre los que se incluían quejas por acoso sexual, y de una revisión de las prácticas de la compañía. Varios directivos de alto nivel dejaron sus cargos y más de 20 empleados fueron despedidos producto de un análisis de más de 200 reportes del área de Recursos Humanos. También se presentaron quejas de los conductores debido a reducciones de tarifas y una mayor complejidad en la prestación de servicios.
En México, éste proveedor de una solución cómoda y rápida para transportarse por la ciudad, se ha convertido en elemento frecuente de titulares de nota roja.
Llegó al país en 2015 y ya acumula en el expediente casos relacionados con extorsiones, violaciones, asaltos, agresiones e incluso asesinatos.
Usuarios se han quejado de que están impedidos para denunciar ante el Ministerio Público abusos y agresiones sufridas porque la política de la empresa es no proporcionar datos de los trabajadores del volante a menos de que exista una denuncia que lo amerite.
Kalanick fue sustituido por Dara Khosrowshahi, ex director ejecutivo de Expedia, negocio del ramo turístico.
FRACASO
Los riesgos de que el barco se hunda son variados y poco predecibles. Se requiere habilidad para efectuar la transición que convierte a una firma emergente avasalladora en una marca madura, consolidada. Pero llegar a ese punto no es sencillo, buena parte de los emprendedores se quedan más cerca de la línea de partida que de la meta.
Proteger a la compañía, propulsar su rentabilidad y reducir riesgos no son tareas que se consigan fácilmente.
Las experiencias fallidas dieron lugar a un movimiento denominado Fuck Up Nights. La idea nació en México, luego de que un grupo de amigos se puso a compartir historias de negocios que fracasaron.
El principio es la catarsis, compartir una mala, no escuchar ninguna buena, y sacarle provecho de tres maneras: hacer contactos, conocer diferentes formas de hacer negocio y dimensionar de forma clara lo que representa ser un emprendedor.
Para aprovechar los fallos de emprendedores que buscaron detonar desde propuestas tecnológicas hasta artísticas, FUN creó, en septiembre de 2014, un órgano investigador: el Instituto del Fracaso. El fin del IF es compartir información a través de estudios y publicaciones que contribuyan a la toma de decisiones y sirvan como referentes para el diseño de políticas de negocios, académicas y públicas. Las start-ups incluso pueden sacar provecho del fracaso, ese mercado virgen.


