Noche mágica. La gira de Anathema en México comenzó el jueves en Monterrey y terminó en Ciudad de México. (EDUARDO SEPÚLVEDA)
Durante tres noches seguidas, el grupo Anathema hizo vibrar a los mexicanos con su música. En plena promoción de su disco The Optimist, recién salido durante este verano, los músicos de Liverpool, Inglaterra, completaron jornadas fantásticas en tres ciudades del país.
Monterrey fue la primera parada, el pasado jueves por la noche, y al mismo tiempo significó la primera vez del grupo en esta ciudad.
La cita marcaba las 9:00 p.m., como el inicio del recital. Y sólo tuvieron que pasar tres minutos de la hora pactada para que se diera ese esperado encuentro.
Untouchable, Part 1, fue apenas el inicio de una noche inovidable.
Daniel Cavanagh y compañía se encargaron de robarse la atención de los asistentes durante poco más de dos horas en cada presentación. Como era de esperarse, le siguió Untouchable, Part 2.
Luego, Anathema entremezcló seis cortes del nuevo disco como Leaving It Be hind, Can't Let Go, Endless Ways y Ghosts con temas famosos como Thin Air, A Natural Disaster y Distant Satellites, para luego hacer la primera pausa.
Durante el recital, todos los integrantes lucían visiblemente emocionados y agradecidos con sus seguidores, que correspondían coreando cada canción y aplaudiendo entre uno y otro corte.
Se escuchó también Springfield, el primer sencillo de la nueva producción, para luego dar paso a la segunda parte del concierto, donde el vocal tomó unas baquetas y apoyó con un tambor en uno de las canciones.
Shroud of False y Fragile Dreams antecedieron a una de las canciones que marcaron un parteaguas en la carrera de la banda, Empty, para luego continuar con Lost Control.
Destiny y Hope (cover de Roy Harper) fueron el desenlace de una cita con la historia.
Sin necesidad de tener un grupo abridor, Anathema cumplió en su primera noche en suelo mexicano.
Siguieron Guadalajara y Ciudad de México, donde repitió su destacada actuación, con algunos ajustes en el 'setlist'; fue la capital del país donde los ingleses interpretaron el mayor número de temas. Incluso, Lee Douglas vistió con una playera de la Selección Mexicana.
Y como se ha hecho una costumbre, los conciertos no se pueden dar por terminados sin antes tomarse una selfie con el público de fondo, testigo de la grandeza de una banda que emociona con cada nota que interpretan.