Temas interesantes de la ciencia política y, específicamente, de la teoría general del Estado, son los que se refieren a los conceptos que titulan este trabajo.
La segunda de las disciplinas mencionadas enseña que los elementos constitutivos del Estado son población, territorio y poder; la población es elemento humano y está constituido por los habitantes del Estado, es decir por las personas que en él habitan.
Como habitante, la persona puede ser considerada como objeto o como sujeto del Estado: en tanto que es objeto, es elemento pasivo; sobre él ejerce el Estado su autoridad, su soberanía, y entonces se llama súbdito; mientras que como sujeto, participa en la toma de decisiones y forma parte de la voluntad política del Estado; es activo, entonces es ciudadano y como tal tiene derechos y obligaciones. La ciudadanía se desglosa en una serie de prerrogativas y facultades otorgadas al ciudadano, destacando en primer lugar la facultad de votar y el derecho a ser votado para cargos de elección popular.
En México, la nacionalidad se adquiere por nacimiento o por naturalización. Son mexicanos por nacimiento los que hayan nacido dentro del territorio nacional, cualquiera que sea la nacionalidad de los padres; los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos nacidos en territorio nacional, de padre mexicano o de madre mexicana nacidos en territorio nacional; y los que nazcan a bordo de embarcaciones o aeronaves con matricula mexicana, sean de guerra o mercantes.
Son mexicanos por naturalización, los extranjeros que obtengan de la Secretaría de Relaciones Exteriores su carta de naturalización; la mujer o varón extranjeros que contraigan matrimonio con varón o mujer mexicanos, siempre que tengan o establezcan su domicilio en territorio nacional.
Son ciudadanos de la República, las mujeres y varones, que teniendo la calidad de mexicanos, hayan cumplido 18 años y tengan un modo honesto de vivir. No cabe, pues, confundir los términos mexicano y ciudadano mexicano, aunque con frecuencia se incurre en tal error.
Para ser mexicano sólo un requisito se exige; haber nacido dentro del territorio nacional, en sus embarcaciones o aeronaves, o nacer en el extranjero, de padres mexicanos. Para ser ciudadano mexicano tres requisitos son necesarios: ser mexicano, haber cumplido 18 años y tener un modo honesto de vivir.
Si se aplicara estrictamente la disposición constitucional y se exigiera ineludiblemente el requisito de vivir honestamente para ser considerado ciudadano, seguramente que muchos "honorables" no gozarían de la ciudadanía mexicana. ¿Qué debe considerarse como "modo honesto de vivir?" ¿No haber cometido delito alguno y, como consecuencia, no ser condenado penalmente por la comisión de tal ilícito?
No hay necesidad de llegar a esos extremos para entender cabalmente el término "vivir honestamente", pues basta con señalar algunos casos de los más comunes y frecuentes para dar contestación a la interrogante. Cabe aquí hacer este planteamiento: ¿Puede considerarse que tienen modo honesto de vivir?:
* Patrones que no pagan el salario mínimo
*Empleados y trabajadores que no desempeñan cabalmente su trabajo, ni cumplen con su horario reglamentario
* Comerciantes que despachan kilos de 800 gramos
* "Gasolineros" que sirven litros incompletos
*Constructores y fabricantes que emplean intencionalmente materiales de mala calidad
* Maestros que suspenden clases para hacer manifestaciones y mítines
* Abogados y litigantes que no defienden el caso como debiera, defraudando la confianza de su "cliente"
* Agente de policía o de tránsito que detiene o infracciona sin motivo, sólo para obtener una "dádiva"
* Jueces y procuradores que al aplicarla, tuercen la ley
* Médicos que diagnostican y recetan de manera equivocada
* Servidores públicos que piden "gratificación" por cumplir con su función
* Los que alteran contabilidades para eludir el pago de impuestos
* Técnicos de radio y televisión que reparan con piezas usadas
* Mecánicos, albañiles, carpinteros y tantos otros que defraudan a quien los contrató
* Políticos que al asumir el cargo no cumplen lo prometido
La lista se extiende hasta el infinito, de tal modo que el espacio de que disponemos sería insuficiente para poder mencionar a todos; pero con los ejemplos aquí citados es posible dar respuesta a la pregunta anteriormente planteada. No se necesita robar, matar, lesionar, despojar, violar difamar, calumniar o cualquiera otro tipo de delito para cuestionar la calidad moral de los individuos.
Entonces tenemos un problema de índole moral. Si se trata de ser ciudadanos mexicanos y gozar de las prerrogativas que tal condición proporciona, no basta con que seamos mexicanos y haber cumplido 18 años, sino que es necesario esforzarnos para cumplir satisfactoriamente con nuestros deberes y obligaciones desde nuestro ámbito de acción para merecer el calificativo de vivir con honestidad, que es "conditio sine quanon" de nuestra ciudadanía.
No hay razón, pues, para incurrir en el error de no distinguir claramente entre mexicano y ciudadano mexicano: el primero lo es por nacimiento o por naturalización; el segundo, lo es quien agrega a la nacionalidad, la edad y la condición moral de su conducta.
Concluimos este Enfoque, diciendo: si se exige rigurosamente el requisito de vivir honestamente para otorgar la ciudadanía, nos encontraríamos con una triste y terrible realidad: ¡de 115 millones de mexicanos, que aproximadamente somos, sólo una parte mínima serían ciudadanos mexicanos!