Es múltiple y variada la gama de personajes que han hecho aportaciones importantes en el interesante, trascendente y apasionado tema de la educación en nuestro país; de cuatro de ellos hago referencia en este
Enfoque para conocer datos destacados de su vida y la forma en que han trascendido para bien de la formación de niños, adolescentes y jóvenes; distinguidos maestros, verdaderos educadores, que incursionaron inclusive en la política y la vida pública de México, apoyándome en este objetivo en el libro del maestro Andrés Serra Rojas, "Antología de la Elocuencia Mexicana", quien en el Proemio afirma:
"Este siglo tan inquieto como en los anteriores, el esfuerzo se ha encaminado a un mejor conocimiento del mundo y de sus problemas, y como siempre, han abundado las teorías y principios sobre el destino del hombre y el desarrollo ulterior de las sociedades".
JUSTO SIERRA
Maestro campechano, con él se inicia y termina una brillante generación que puso las bases de la ciencia y la educación nacional; discípulo y continuador de la obra de don Gabino Barreda, que organizó la educación secundaria y preparatoria de la República. Como Secretario de Educación Pública, elaboró el más impresionante programa educativo que ha tenido el país. Por el alcance de sus métodos y por la ambición de comprender en la educación a todos los hombres de México, su obra puede considerarse imperecedera.
Fue Ministro Plenipotenciario de México en España; escribió el Compendio de Historia Universal y numerosas obras. La Universidad Nacional Autónoma de México editó en quince volúmenes sus obras completas. Notable pensador, abogado, pedagogo, poeta, orador, hombre público e historiador. En sus obras campea el recuerdo romántico del solar nativo, de la vieja ciudad de la muralla que duerme arrullada por las aguas salobres y cálidas del Golfo de México. Nace en la ciudad de Campeche en 1848 y fallece en Madrid, España, en 1912. He aquí su pensamiento sobre los niños y la educación: "Niños de México: En la escuela llegáis a saber que somos, en comparación del universo, una molécula intangible, que somos un átomo de esa gran nebulosa, cuyo perfil incierto percibimos de noche en el firmamento; vapor de mundos arrebatados en el Cosmos por el torbellino del movimiento eterno"... "Y os sentiréis dignos de la libertad y de la vida, sentiréis en vuestra conciencia la revelación de vuestro porvenir, os comprenderéis misioneros del bien en este minuto angustioso que se llama la existencia y aceptaréis el trabajo y el dolor como una bendición, y moriréis en paz, y vuestros hijos hablarán de fraternidad y de fe sobre la piedra de vuestro sepulcro" (Discurso sobre La Niñez y la Escuela pronunciado el 31 de enero de 1874).
ANTONIO CASO
Prominente filósofo, abogado, profesor. Pedagogo por vocación y a pesar de los tentadores ofrecimientos que le hicieron para ocupar elevados puestos políticos, siempre fue la cátedra su devoción; veía a sus discípulos como sus hijos y en ellos vio siempre la única esperanza para la redención del pueblo mexicano. Formado en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de México, le fue otorgado el grado de Doctor Honoris Causa de la misma, además de las Universidades de Río de Janeiro, San Marcos (Lima) y Guatemala.
Escribió numerosas obras que forman la base de su sistema filosófico de alcance trascendental: La filosofía de la intuición; Problemas filosóficos; Filósofos y doctrinas morales; La existencia como economía, como desinterés y como caridad; El concepto de la historia universal; Principios de estética; Sociología genética y sistemática; Historia y antología del pensamiento filosófico; Alquimia, poemas; El acto ideatorio; La filosofía de la cultura y el materialismo histórico, son algunas de su abundante producción filosófica.
Sus discursos a la nación mexicana, sus nuevos discursos a la misma y sus discursos heterogéneos, señalan la trayectoria de un gran pensador, como lo fue el maestro Caso, que siempre fue brillante en la cátedra como en la tribuna. Nace en México, D. F. en 1883 y muere en la misma ciudad en 1946.
"Tres son, en mi sentir, las obras capitales de la elaboración cultural de la raza latina, esto es, de la civilización derivada de Roma. La incomparable constelación de espíritus que, de Dante a Tasso, de Giotto a Leonardo y Ticiano, de Maquiavelo y Savonarola a Colón y Galileo, formó las bases mismas de la evolución moderna; el descubrimiento de América por los pueblos ibéricos y la proclamación de los derechos del hombre en las asambleas apocalípticas de la Revolución. Es decir, la obra italiana, el Renacimiento; la obra ibérica, el Descubrimiento; y la obra francesa, la Revolución. O, si se quiere, tres hallazgos divinos: la emancipación intelectual; la integración geográfica del planeta, y la liberación moral y jurídica de 1789". (Pronunciamiento ante las congregaciones reunidas en la Universidad de Río de Janeiro, 1943).
JOSÉ VASCONCELOS
El maestro y filósofo don José Vasconcelos, nació en la ciudad de Oaxaca, en 1882. Sus estudios los inició en su ciudad natal y en la Escuela Preparatoria de la ciudad de México. Cursó la carrera de Derecho en la Facultad Nacional de Jurisprudencia. Inteligente, culto e inquieto, el maestro tuvo una valiosa trayectoria en el desenvolvimiento cultural de México, participando en la revolución maderista, siendo uno de los intelectuales destacados de la misma y a él se deben las bases del programa educativo de la revolución, que inició cuando fue Rector de la Universidad Nacional de México, de 1920 a 1924, y creador del Ministerio de Instrucción Pública, 1920-1925).
Fue el representante mexicano en los actos culturales de Brasil y Argentina y profesor en la Universidad de Chile. Fundador del periódico La Antorcha y candidato a la presidencia de la República en 1929. Profesor de diversas universidades nacionales y extranjeras; Doctor Honoris Causa en la Universidad Nacional de México, de Puerto Rico, Chile, El Salvador y Guatemala. A él se le atribuye el lema universitario "Por mi raza hablará el espíritu", aunque no hay unanimidad en este punto. Autor de infinidad de libros, de los cuales menciono dos, recomendando su lectura: "Raza Cósmica" y "Ulises Criollo". Murió en la ciudad de México, en 1959.
"Madres de familia de toda la Nación, es justo vuestro regocijo porque habéis salvado a México, al contribuir al rescate de los derechos del hogar como maestro; del hogar como célula primordial del Estado; del hogar también, como fin último y primero de la convivencia social entera"... "Poner en los corazones el iris de paz que aquieta la disputa doctrinaria, es función maternal que permite recoger los frutos de la contienda. (En el festival de homenaje a la madre, organizado por Excélsior).
JAIME TORRES BODET
Diplomático, poeta y escritor. Estudió en la Universidad Nacional; secretario de la Escuela Nacional Preparatoria; Profesor de Literatura General; Jefe de Bibliotecas de la Secretaría de Educación Pública; como diplomático fue segundo secretario de la Comisión Encargada de Negocios en España; secretario de legislación, en París y Madrid; secretario de la Delegación de México en la Sociedad de Naciones; secretario de Educación Pública en 1943 con Manuel Ávila Camacho; secretario de Relaciones Exteriores en el gobierno de Miguel Alemán, en 1946; su libro Educación y Concordia Internacional 1941-1947, contiene bellos y profundos pensamientos y es impecable la elocuencia de la dicción. Ocupó el cargo de Director General de la UNESCO, y nuevamente secretario de Educación Pública, de 1958 a 1964 en la administración de Adolfo López Mateos. Nace en 1902 y muere en 1974, habiéndose suicidado.
"El ingreso de un escritor en el seno de una corporación como la presente, no se halla, por cierto, exento de otoñal y severa solemnidad. Y es que no suele penetrar en recintos de esta categoría quien no ha sufrido ese noble estrago con que la edad va arrancando la profusión de las hojas de los árboles encendidos y desnudando las almas de aquel ropaje de actitudes cambiantes y de palabras innecesarias que se pretende, en los años mozos, confundir con la auténtica juventud".
"Distinción de tan alto linaje no es trofeo para el pasado de quien lo obtiene, sino estímulo a más rigor en su obra y en su conducta, condición de silencio para muchas estériles fantasías y límite al capricho con que el artista que se deleita eludiendo los métodos cree compensar, en su esparcimiento gratuito y en su ocio libre, su posición de soldado sin regimiento y de nota sin pentagrama inasible y sola". (Pronunciado el 11 de abril de 1945 para ingresar en la Academia Mexicana, correspondiente de la Española).
Cuatro grandes mexicanos, auténticos exponentes de la educación, con méritos suficientes para que reconozcamos su labor y así rendirles homenaje.
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