"En reciente libro Érase una vez México", se cita que en vísperas de la fundación de Acción Nacional, Manuel Gómez Morín escribió " No, no es cierto que los males que aquejan a México sean una parte ineludible del destino nacional, derivan de actos positivos o de omisiones del Estado, derivan sobre todo, de nosotros mismos, de todos los mexicanos, de esa especial psicología, contra la cual debemos luchar, que nos hace resignarnos ante la falsa fatalidad de los acontecimientos".
Precisamente me refiero en ésta época a las contradicciones a las que en mi opinión nos estamos enfrentando ante tanta información en todos los medios de comunicación y analistas a partir de la aparición de Donald Trump como candidato y posteriormente ya con su investidura como Presidente de los Estados Unidos, ocasionados por sus ataques verbales y acciones constantes de tipo xenofóbicos, la renegociación del TLC. o incluso separarse del mismo, pasando también a las acciones contra indocumentados en su extradición hacia México, con la particularidad que en especial está enfocado, principalmente a una acción casi militar hacia nuestro país y connacionales radicados allá.
Mi cuestionamiento tiene por objeto resaltar de alguna manera, que lamentablemente en nuestra opinión, estamos permitiendo una falta de respeto a nuestra soberanía, acusaciones y violaciones a los Derechos Humanos por la forma que realiza las deportaciones ante una pasividad desesperante de nuestro Gobierno, escudando dicha posición ante el hecho de que es preferible esperar la definición del total de las acciones que tiene anunciadas el señor Trump.
Y no es que piense que debemos ser agresivos ante quien tiene todo el poder sería iluso plantearlo de ése modo; sin embargo, estoy cierto que tenemos que plantear ya una posición más digna y firme, no podemos seguir permitiendo el trato que estamos recibiendo sin consideración alguna; no vamos a resolver éste conflicto con discursos, entrevistas y declaraciones de nuestros políticos al más alto nivel, algunos empresarios y desde luego analistas o politólogos que sólo buscan hacerse presentes, pero sin presentar soluciones; veamos algunos de los temas: Nuestro canciller Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, secretario de Economía visitan Estados Unidos sin resultados concretos, luego reciben ya oficialmente al secretario de Estado Rex Tillerson y al general John Kelly, secretario de Seguridad Interna, uniéndose el secretario de Gobernación Osorio Chong y posteriormente por el propio presidente Peña Nieto con los mismos resultados que el famoso telefonazo de los presidentes: Sin resultado alguno y Trump, por su parte, repite lo de las ocasiones anteriores sus declaraciones intimidatorias y despectivas a nuestro país, mientras nuestros secretarios hablan de cordialidad y mesura de los representantes de EE.UU. con buena disposición hacia nosotros; en síntesis no acierto a comprender cual es nuestra estrategia. Cuestiono que mientras oficialmente nosotros estamos eludiendo responsabilidades, frases como no están solos, teléfonos de nuestras embajadas etc. la realidad es que nuestros connacionales están abandonados a su suerte; son las ciudades y albergues llamados Santuarios, casas de protección de mexicanos residentes, que arriesgándose dan protección a los indocumentados a ellos son a quien hay que reconocerles y apoyarlos con recursos no para las embajadas, sino con los organismos reconocidos; en el fondo son las relaciones con las personas lo que da valor a la vida.
En la parte del Gobierno y sociedad vamos enfrentando la tormenta: Trump no quiere seguir en el TLC. o seguir con sus condiciones y nuestros secretarios nos tranquilizan diciendo que le llevaría meses y problemas legales, pues vamos a decirlo no esperar que lo haga; amenaza con reformas fiscales que nos perjudican, pues, anunciemos también lo que nos corresponde hacer y si dice que está deportando a criminales y personas malas que lo comprueben y por último nos acusa de la droga que permitimos que pasen, como dijo uno de los pensantes de nuestro país, dar vía libre y que ellos se encarguen de parar cuanto tránsito piensen que lleva la carga prohibida. Claro que no queremos esto, entonces demos un manotazo a la mesa y pidamos negociar.
