Confieso que a partir de la ascensión a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump, al iniciar el día lo primero que quiero enterarme es que fue lo que declaró además de sus twiters inquietantes, este personaje que tiene a la mayor parte del mundo pendiente de sus acciones.
Desde luego que los decretos ponen en movimiento a todos los medios de comunicación y el púbico ya no sabemos si son malas interpretaciones o en verdad es para poner en marcha ordenes que dentro del descontrol que existe en la Casa Blanca, tratan de ejecutarlas aun cuando puedan ser inconstitucionales; en esta ocasión voy a referirme a uno de su último decreto y que es el de la desregulación Financiera.
Durante la presidencia de Obama y con motivo de la crisis financiera iniciada en el 2008, se emitieron regulaciones para las entidades financieras más rígidas para evitar riesgos excesivos como pruebas de estrés e incluso una agencia para la protección del consumidor, que paulatinamente se implementaron en una gran parte de los países con las economías más avanzadas, desde luego por la internacionalización del sistema financiero y el resto por disposición de los organismos reguladores.
Viendo el espejo retrovisor: todo se inició con la idea de los genios economistas en especial en Estados Unidos y que de inmediato adoptaron los países más avanzados y seguidos posteriormente por los de menor rango, de la primicia de que la economía mundial requería que el consumo se incrementara y para lograr incentivar al consumidor la estrategia fue clara y sencilla incentivar el crédito con tasas de interés muy bajas y posteriormente se estructuraron, tanto la conveniencia y seguridad para el inversionista mediante respaldo de garantías hipotecarias, como para el consumidor que veía la facilidad para satisfacer sus necesidades; el ciclo estaba aparentemente cerrado, deudores y prestamistas estaban satisfechos con los resultados. Hasta que sucedió lo que vivimos la burbuja estalló y los mismos bancos no conocían sus propios riesgos, desde luego Wall Street con sus inmensas ganancias de tal manera que no hubo otra salida que los gobiernos mundiales y las Instituciones oficiales desde los Bancos Centrales, la Fed. Fondo Monetario Internacional, etc. comprometieron recursos de enorme cuantía para evitar el colapso de los sistemas financieros y a la economía social en su conjunto, proceso que hasta la fecha aún no termina y que requiere de mayor tiempo para pensar que dicha crisis quedó solucionada, sin soslayar desde luego los quebrantos para quienes no pudieron salir a flote y países que están comprometidos en su deuda soberana.
Si con esta historia Trump pretende liberar nuevamente todos los mercados financieros tendríamos en puerta en mi opinión los riesgos básicos que recientemente existieron y la gestación de una crisis mayor. Si el decreto en cuestión es autorizado por el Congreso de Estados Unidos ya podemos dejar de preocuparnos de los otros problemas enumerados durante cada día de este año de todo tipo, ya que las economías de mercado empezarían a colapsar al no tener un control como el que actualmente existe, además la capacidad de la mayoría de los gobiernos no podrían hacer frente a una atonía de proporciones incalculables.
Nuevamente el peligro es Trump y sus asesores por su forma de tomar decisiones impensables y en este caso, lo lamentable es que hay una experiencia inmediata que sin duda el vivió y que para mi eso es incomprensible.
