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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

José Luis Herrera Arce

LA CONSTRUCCIÓN DE NUESTRA CULTURA

A pesar de ser joven Torreón como ciudad, se ha convertido en punto de referencia en el norte de la República, sobre todo después de la Revolución Mexicana. Una región, que a pesar de ser desértica, su primera área de producción fue agrícola. Se nutrió de diferentes etnias que se dieron cita en el cruce de dos líneas de ferrocarril. Una ciudad que supo lo que significaba ser una estación que había sido rechazada por Lerdo y que pronto vio los frutos al nutrirse de nacionalidades diversas que han ido dejando su huella en las diferentes arquitecturas que enseñorearon nuestras calles y en los tipos de alimentos que acostumbramos a consumir todos los días y en los usos y costumbres que nos son propios.

Después, se convirtió en el punto neurálgico comercial a partir de la alianza con firmas que se dieron a la tarea de crecer, unas lográndolo y otras no; y ya desde finales del siglo XIX, también había demostrado tener una clara vocación industrial con la construcción de Peñoles, corolario de la actividad minera de los alrededores.

Hoy, a Torreón se le conoce por marcas que se han impuesto nacionalmente: Peñoles, Lala, Soriana, Cimaco, por ejemplo. En el plano de la cultura, no se ha quedado atrás, desde los cuarenta se han formado grupos literarios como el de cauce, grupos teatrales que hasta llegaron a construir uno con sus propios medios, han existido músicos de la talla de Mercedes Shade y otros más, pintores, escultores, etc.

En los ochenta y en los noventa, existió una importante actividad editorial, se dio nacimiento a la Camerata de Coahuila, se recuperaron dos teatros, El Martínez y el Nazas, se inauguró un museo importante, el Arocena; en los últimos años, el grandísimo interés musical que existe en los ciudadanos, sobre todo en las juventudes, han obligado a la creación de escuelas musicales; y en el ámbito de la danza, se ha abierto la cobertura de las academias en todos los géneros.

Junto a este cuadro, tenemos la contrapartida de que la región, a partir de los ochenta y noventa, ha sido agredida por la inseguridad, lo que dio al traste con nuestro centro comercial del cual antes nos sentíamos orgullosos. El centro está completamente descuidado, sus edificios sucios y sin mantenimiento. Por otro lado, el desinterés gubernamental ha dejado que la ciudad se deteriore y que se destruyan lugares que pudieron ser icónicos, como la casa que existía en la Colón, el Apolo Palacio y el Teatro Princesa, que también se hubiera podido haber recuperado.

No hay que confundir las bellas artes con la cultura porque son éstas más todo lo demás: Mito, rito, religión, filosofía, ciencia, ideología, usos y costumbres. En el campo de la filosofía, ha brillado con luz propia Mauricio Beuchot, y en el campo de la literatura, Enriqueta Ochoa, (aquí habríamos de agregar a Salvador Novo y a Julio Torri que vivieron su infancia entre nosotros). En Las nuevas generaciones, Jaime Muñoz, Vicente Alfonso, Carlos Velázquez (sus historias se han llevado al cine).

Ante este panorama, habría que preguntarse: ¿cuál es el trabajo que desde una dirección se debería de realizar?

De hacerse cosas se hacen por diferentes instituciones: Conciertos, presentaciones teatrales, hay hasta exhibiciones de pintura, las mismas academias se encargan de dar sus recitales. La pregunta va más allá: Desde una dirección de cultura, ¿cómo se coordinan las diferentes actividades para que cumplan con un objetivo planteado de seguir creciendo en cada ramo hasta lograr obtener productos de alta calidad?

Yo puedo hablar de mi experiencia en el plano de la literatura: Comenzaron publicando libros, después se hicieron de mejor calidad, pero no se encontraron las políticas para distribuirlos en las librerías y de pronto, de un plumazo, toda actividad terminó. No sé qué ha sucedido en la pintura, escultura, danza y actividad teatral. Por lo visto, cada quien se rasca con sus uñas.

Pregunto: ¿Cuántos cuadros se compraron en este gobierno para aumentar el acervo de la ciudad con obra de pintores de la Comarca? ¿Cuántas esculturas? ¿A cuántos grupos teatrales se apoyó? ¿Cuáles concursos importantes existen? (Los nacionales del INBA, teatro para niños y Poesía Enriqueta Ochoa). ¿Cuál es el reconocimiento que se le da a la arquitectura regional? Enumere usted lo que se le ocurra.

Para que exista una política, debe de existir un valor, y para que exista un valor, debe de haber un propósito, un fin, y para que esto último exista, debe de haber una ideología bien definida. A lo mejor, todo se reduce a que no haya presupuesto, pero si nuestra deuda creció, se mantienen partidos políticos familiares y nuestros representantes viven extremadamente bien, entonces debería también de existir un presupuesto cultural y social importante.

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