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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

José Luis Herrera Arce

LAS FALSEDADES DEL SISTEMA

Demostrar que el sistema está mal no resulta difícil, basta con enumerar los fenómenos que afectan nuestra vida social, entre ellos: La cantidad de gobernadores corruptos que están siendo procesados, la cantidad de burócratas que en lugar de servir a la sociedad, sirven los intereses turbios de la delincuencia organizada, la pérdida de los valores a todos los niveles, la falta de confianza en las instituciones: iglesia, estado y familia. Un sistema educativo inoperante y una falta de visión nacional.

Lo anterior es el resultado de los elementos culturales que se pusieron en boga en los decenios pasados. Yo me atrevería a decir que después del 68'. Por principio de cuentas, los psicólogos educativos creyeron descubrir que al individuo se le hacía un mal si se le ponía en un proceso disciplinario que lo obligara con la sociedad. Se prohibieron todo tipo de castigos. Según esto, se impulsó la libertad del individuo convirtiéndolo en un ser egoísta; lo único que le importa es su propio beneficio y no el social.

Se produjeron hombres y mujeres inmaduros e irresponsables; este es el motivo de que el matrimonio moderno fracase. El hombre y la mujer ya no se unen para conseguir un bien común que es la familia. Al escoger libremente a su pareja, se olvidan de que sus intereses se supeditan a los intereses del grupo social que forman. Comienzan a tener obligaciones con terceros y esas son más importantes que los derechos que puedan exigir.

La madurez consiste en contraer obligaciones con el grupo social. La responsabilidad es saber cumplir con ellas porque así lo decidiste en un acto libre cuando te casaste, o porque comprendes que de ti depende el buen funcionamiento del todo.

Las nuevas parejas piensan que casarse es tener una serie de derechos sin que impliquen las obligaciones que acarrea la consecuencia de compartir la vida con alguien más. Se dedican a vivir la vida cada quien bajo su propio sensualismo sin tener en cuenta la responsabilidad de la dependencia. Cuando vienen los hijos, la situación se agrava porque entonces ya eres el soporte de un ser completamente dependiente de ti al cual hay que satisfacer primero y sobre todo hay que llenarlo de contenidos que le puedan servir en su vida adulta. Pero si eres un ser inmaduro e irresponsable, no creo que vaya a ser posible formar un hombre responsable.

Si el núcleo social sufre de esos inconvenientes, lo mismo podemos encontrar en las instituciones: nación e iglesia. El egocentrismo ha hecho que la política se convierta en una profesión para conseguir poder y riqueza y no en un camino para conseguir un bien común. La doctrina liberal en eso se basa: dejar hacer, dejar pasar. La doctrina de que el más fuerte se impone al débil y lo esclaviza o lo destruye. El que la clase media esté desapareciendo es una prueba más de que el principio liberal en un aspecto es erróneo.

En cuanto a la iglesia se ha notado, a lo largo de los siglos, que también ha llegado a ser corrupta. En ningún momento se ha alcanzado la aspiración de repartir los bienes para lograr un bien común y mucho menos seguir los preceptos de servir al otro. Más bien se ha convertido en un esclavista de conciencias que ha impedido el proceso de desarrollo humano por el miedo que tiene de permitir el pensamiento individual. Es el exceso contrario del liberalismo.

En todos los niveles se ha perdido la disciplina y el principio de que para conseguir algo hay que hacer un esfuerzo. Se sabe que las grandes fortunas no se hicieron legalmente. Se parte de la teoría que para ser feliz hay que tener. Se ha reducido al hombre a su nivel material y animal y se minimizan sus necesidades estéticas, intelectuales, emotivas.

Lo que importa es el poder y el dinero; lo uno que te lleve a lo otro. La manera más fácil de obtener ambas es por medios ilegales. Basta tener un arma para conseguir poder. La vida humana ha dejado de importar; con qué facilidad se asesina. Destruyes el sistema social para obtener tu beneficio. No aceptas ninguna obligación, pero te sientes que debes de satisfacer todos tus placeres. Los derechos humanos de los delincuentes llegan a ser más importantes que los de los ciudadanos que son responsables.

La función pública ha dejado de servir al otro, ahora se aprovecha el puesto para enriquecerse o subsistir. Ni siquiera los representantes del legislativo hablan por la ciudadanía, porque sus intereses particulares, muchas veces, se contraponen a los intereses de la sociedad.

¿De dónde partir para solucionar problemas?

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