YUCATÁN
Gran contraste existe entre Yucatán y Chiapas. La península ha entrado francamente en vías de desarrollo sin perder sus características de cultura ancestral. En su Centro, encuentras sus mercados de artesanías ya muy comercializados donde hay que regatear o buscar con el fin de encontrar el precio justo del recuerdito que te quieras llevar. A mí que me gustan las guayaberas, me surtí encontrando que los precios varían de un lugar a otro, ya que es una mercancía muy apreciada y que difícilmente vas a encontrar en alguna otra parte. No me puedo quejar, hay mucha variedad de estilos y de telas.
Mérida es una ciudad que crece, pujante. Se estaba construyendo, por parte del estado, el Palacio de la música. Me imagino que es un teatro para conciertos. Esta es una ciudad que cuenta con tradición teatral, con mucho tiempo de antigüedad.
La calzada Montejo es amplia y continúa en crecimiento. A pesar de contar ya con diversos centros comerciales, estos se siguen construyendo, lo que habla de la vida económica. Las casas antiguas se han recuperado para convertirse en recintos de bancos o de comercios. Cuenta con sus servicios de tours alrededor de la ciudad en donde puedes apreciar la historia.
Dicen que Mérida es la Ciudad blanca porque ahí únicamente se aceptaban personas de piel blanca como habitantes. A pesar de su elitismo, dicen que aún es una ciudad tranquila, ideal para vivir. Se encuentra muy cerca de una playa que es Puerto Progreso. Hay constantes espectáculos de diversos tipos y restaurantes de excelentísima calidad en donde se puede disfrutar de la cochinita pibil.
Monumentos y esculturas adornan las avenidas; por lo menos, la Montejo. Es una de las pocas ciudades que no reniega de la conquista española, será porque es producto de ella. Ahí si encuentras una estatua del conquistador Montejo que fue su fundador.
Después, nos fuimos al encuentro de las huellas que los Mayas han dejado en la región. Dos cosas son el atractivo: por un lado, los cenotes, y por el otro, las ruinas: las que visitamos fueron las de Chichen Itzá.
En cuanto a los cenotes, algunos se han privatizado para convertirse en una especie de balnearios donde existe una infraestructura que ofrece comodidad para el turista, como escalones para acceder al interior del cenote donde te permiten bañarte.
A diferencia de Chiapas, aquí transitas por carreteras de paga y los servicios turísticos te ofrecen desayunos en comedores bien puestos hasta donde es posible que te deleites con espectáculos con bailes y danzas típicas. Centritos comerciales donde puedes adquirir artesanías y demás comodidades pensando en el europeo. Es fácil conseguir una copa de vino tinto en cualquier parte.
Lo que es Chichen Itzá el día de hoy nadie se lo puede imaginar. Como un gran centro de atracciones, en la entrada te esperan las taquillas para recorrer sus calles que están llenas de comerciantes a ambos lados que te ofrecen todo tipo de recuerdos. Nuestros guías nos advirtieron que eran objetos que se fabricaban en Taiwán. Ve tú a saber. No cabe duda que sigue siendo el gran centro comercial por la que brilló. En este lugar, se mezclan los mayas con los toltecas.
Ya no permiten subir a las ruinas. Es majestuoso su juego de pelota donde es posible escuchar la voz de un lado a otro. Genios en ingeniería y en arquitectura. El cenote todavía se encuentra en su estado natural, con su historia de los tesoros que fueron dragados de su fondo.
Sigue siendo maravilloso enfrentarte al pasado, aunque los lugares, actualmente están en plena comercialización. No puede ser de otra manera porque la vida del mundo sigue su marcha a pesar de quienes quisiéramos ir más despacio.
Al final del recorrido, lo que buscas es una silla para sentarte. Nosotros lo hicimos sin pensarlo dos veces y pedimos una cerveza. Esa fue la más cara de todo el viaje, a pesar de ser la misma cerveza nacional que siempre consumo, sólo comparable el precio a la que tomamos en el Aeropuerto Internacional de Cancún. Hay los kioscos donde podrás adquirir el mismo líquido para tomártelo de pie a menor precio. Para lo otra será.
De ahí nos llevaron a nuestro siguiente destino, que era Cancún. De eso hablaré en el próximo artículo.