¿QUÉ MÁS ES CULTURA?
El año es un transitar de fechas, muchas las festejamos y significan hitos en nuestras vidas o en las de la sociedad a la que pertenecemos.
Los cristianos debemos comenzar por diciembre, la fiesta de la Navidad: Dios se hace hombre y nace en un pesebre como promesa de la salvación humana. El pecado es redimido y se abre la posibilidad de vivir una vida después de la actual en plena felicidad.
A través del tiempo, la Navidad se ha convertido en una fecha más que nada comercial donde se ha remplazado el símbolo religioso por el de la fraternidad entre los hombres y el sincretismo ha desviado la atención de la figura central, el niño Jesús, reemplazándola por la figura bonachona de Santa Claus que regala juguetes. Es la forma en que se han abierto los mercados; aun así, la fecha es el significado de la cordialidad entre los hombres, por lo menos, la esperanza de esa cordialidad, fraternidad, amor que reaviva la fe en un futuro mejor.
La Navidad ha producido diferentes manifestaciones artísticas, desde las pinturas clásicas que podemos encontrar en todos los museos del mundo, pasando por la literatura, por los pesebres y portales que se colocan en las casas y la infinidad de foquitos de colores que adornan las ciudades. Hay un espíritu que sigue vagando por ahí, aunque en los tiempos actuales vaya perdiendo su importancia y únicamente se pretenda cosechar el producto de la venta sin invertirle al ambiente citadino.
Conectada a la Navidad, viene la epifanía, que significa revelación. Para el vulgo, el Día de Reyes. Otra etapa de convivencia, con la rosca. En algunos lugares, son los reyes quienes reparten los juguetes a los infantes. La tradición es que este suculento pan tiene en sus entrañas niños, que si te llegan a tocar, entonces debes de compartir una cena con tamales el dos de febrero, Día de la Candelaria.
Y en febrero, nos acordamos del amor y de la amistad. Buscamos a nuestro Valentín. Mandamos tarjetas con pensamientos referidos al amor en todas sus variedades.
Marzo es el inicio de la primavera, que es lo mismo que pensar en el renacimiento de la vida. Observe usted los nogales que se encuentren cerca de su casa. En diciembre, se encuentran completamente desnudos, pero precisamente, el 21 de marzo, comienzan a brotar de nuevo sus hojas y con ello significamos el comienzo de la vida.
Y el 21, coincide con el natalicio de Benito Juárez, quien fuera la cabeza del liberalismo mexicano y de la defensa en contra de la intervención de los franceses en México, quienes trataron de imponer el segundo imperio.
Entre marzo y abril, se da la Semana Santa, el extremo contrario de la Navidad. Pensamos en la muerte de Jesús y tenemos fe en su resurrección, que significa la propia. Cuaresma son cuarenta días que transitamos por el sentimiento del dolor y del arrepentimiento. En esta época, las costumbres culinarias varían y se busca, sobre todo los viernes, los platillos propios que evitan la carne y la suplen con el pescado o el pipián. En cualquier otra época, no queda el consumo del pipián, ni siquiera es posible encontrarlo en el mercado.
Abril es el Día del Niño, fecha más que nada comercial. Mayo, Día de la Madre, donde se fomenta el sentimentalismo hacia la persona que nos dio la vida. Afloran los poemas cursis en donde se pondera la virginidad de la madre, cuando el serlo es precisamente perder ese estado.
Junio es el Día del Padre, que no tiene tanto éxito como el de la madre. Julio y agosto son las vacaciones donde la familia piensa en viajar, por lo menos, a los alrededores de la región en donde se vive. Son los meses libres en donde sin haber nada que hacer se busca el quehacer.
También, en ciertos lugares, es la época de las cosechas. La vendimia es una fiesta relacionada con la uva. Cada pueblo acopla sus santos y sus fiestas a la principal actividad económica; cada festejo es el principio o el final de un ciclo, de una esperanza que se renueva.
Septiembre, octubre y noviembre, meses de la patria. Independencia, conquista, revolución. Son los gajos de nuestra historia que nos han hecho, aunque concretamente octubre no lo reconozcamos del todo.
Esto también es cultura.
Por: José Luis Herrera Arce
