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Ensayo sobre la cultura

RENACIMOS

El Renacimiento tiene muchos significados en la vida cultural del mundo; por un lado, fue un movimiento revolucionario que nos liberó del férreo control que sobre el pensamiento humano tenía la iglesia. La Reforma, iniciada por Lutero, hizo que las bases religiosas en las que estaba organizado el mundo se tambalearan, más que nada por el libertinaje en que se había caído en las altas esferas de la Iglesia. Los estados europeos se liberaron, principalmente Alemania, Inglaterra y Bélgica. Junto con este movimiento, se dio la contra reforma, que dentro de la institución provocó los cambios que intentaron llevar a muchas órdenes a las reglas de un idealizado cristianismo primitivo, dándole valor sobre todo a los votos de pobreza y obediencia.

Con la imprenta, los libros pueden multiplicarse y las personas, comunes y corrientes, acercarse a los textos, sobre todo a la Biblia. Petrarca y Boccaccio, en Italia, son el parteaguas literario, lo mismo que Dante, con su visión del infierno, purgatorio y cielo. Petrarca desarrolla el soneto, una forma que se iba a imponer en casi todos los idiomas, sobre todo en el español, donde la forma es introducida por Boscán, que junto con el romance y la décima y los tercetos, fueron las privilegiadas hasta el siglo XIX.

La reforma proclama la guerra en contra de las imágenes, la contra reforma es lo contrario, utiliza como piedra fundamental el Barroquismo arquitectónico, pictórico y literario como su medio de expresión. La cátedra tiende al sensualismo, había que hacer sentir la metafísica que se predicaba en los púlpitos y esas iglesias tenían la capacidad de elevarte al infinito.

En la pintura, se dan los genios: Miguel Ángel, Durero, Leonardo Da Vinci, Caravagio, Tintoreto, el Greco, muchísimos más. Se idealiza la imagen de María, La Sagrada Familia, los pasajes bíblicos. En el siglo XVI, se dan los grandes hitos literarios de Inglaterra, con el teatro Isabelino, con Shakespeare a la cabeza, y en España, desde la Celestina, con Fernando de Rojas, el Conde Lucanor, de Hita, el siglo de oro, Cervantes, Mateo Alemán, Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina. En este grupo, se cuela un mexicano, Alarcón, el de la Joroba.

Es la gran época de la lucha por el poder, principalmente entre Inglaterra, Francia, España, y en segundo lugar, los estados alemanes, que eran los electores del emperador.

Inglaterra usa la religión para independizarse con Enrique VIII y sus continuos casamientos buscando la descendencia masculina; si hubiera sabido que una de las más grandes monarcas que ha tenido Inglaterra fue una mujer y precisamente una de sus hijas repudiadas por no haber nacido varón, cuya madre fue Ana Bolena: Isabel Primera.

En España, se dio la unidad por la fuerza, por obra y gracia de los reyes católicos que corrieron de sus territorios a los musulmanes y a los judíos, con lo cual perdieron una gran riqueza cultural. Impusieron la Santa Inquisición, que no sé yo que tenga de santa, y por el temor, obligaron a la obediencia a sus súbditos. Esta casa reinante, se aprovechó de los descubrimientos de sus exploradores. Ni Colón ni Cortés ni Pizarro obtuvieron de los reyes las riquezas que hubieran deseado por entregarles un continente.

En Francia, no sucedieron las cosas en otro sentido. Al principio del siglo XV, estaban en su apogeo las guerras religiosas entre protestantes y católicos. Un Príncipe navarro protestante toma la corona francesa y se convierte al catolicismo, cuando su madre había sido una férrea luchadora en contra de Roma. Fue el de la frase, París bien vale una misa. Posteriormente, Francisco I se enfrenta a Carlos V por la posesión de los territorios italianos y es apresado. Lo sueltan dejando en prenda a uno de sus hijos. El francés traiciona los tratados de paz. Carlos gana la corona imperial, pero a fin de cuentas le queda grande. Tiene que dividir sus territorios entre su hijo y su hermano para irse a morir a un convento. Después, en Francia, vienen los reinados desdichados de los reyes malditos: cuatro hermanos que murieron por enfermedad cuya madre fue Catalina de Medici.

Este apellido nos lleva a los estados italianos entre los principales, Florencia, Venecia y Roma.

Época tumultuosa en que se liberó el pensamiento para dar paso a los siguientes siglos donde la ciencia iba a desarrollarse con tal fuerza que ya nadie la podría parar. No fue un camino fácil, pero es el antecedente de la época en que vivimos.

Hay mucho escrito sobre todo esto. Es una época histórica que produce pasión.

  Por: José Luis Herrera Arce

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