La somnolencia excesiva es una de las quejas más frecuentemente reportadas, tanto en adultos como en niños, en las consultas especializadas sobre el dormir. Es causante de alteración que puede ser grave en la calidad de vida; disminuyendo el desempeño académico o profesional y provocando accidentes domésticos o laborales. La hipersomnolencia es la principal causa de accidentes en la carretera, causante de un tercio de los accidentes fatales. Su presencia se asocia con un riesgo mayor de otras enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. Por lo tanto representa un problema real de salud pública.
Las revisiones recientes en las clasificaciones internacionales han clarificado la terminología confusa y la queja de hipersomnia se ha reemplazado con los términos hipersomnolencia o somnolencia excesiva, ésta se define clínicamente como un exceso de sueño en un período de 24 horas y/o por una alteración de la calidad del estado de alerta definida como una incapacidad para mantener un nivel satisfactorio de la vigilancia durante el día o por la mañana al despertar (definido como inercia del sueño). Su evaluación requiere un abordaje clínico riguroso, completado con medidas subjetivas y objetivas. Sin embargo, no existe una medida estándar para cuantificarla. No hay marcadores biológicos cuantificables. Es por lo tanto importante mejorar nuestras herramientas diagnósticas, la comprensión de sus mecanismos biológicos y definir los factores genéticos y ambientales involucrados. El sueño nocturno prolongado (más de 9 horas) está presente en 8.4 % de la población general. La prevalencia es mayor en mujeres que en hombres (9.2% vs 7.6%). La hipersomnolencia se refiere también a una incapacidad de permanecer despierto y alerta con episodios de sueño irrefrenable, ataques de sueño o sueño no intencional, los síntomas incluyen bostezos excesivos, escozor en los ojos, estrategias para evitar el sueño y se asocian frecuentemente con problemas de atención. Esta pobre calidad del período de estar despierto, puede ser de severidad variable, permanente o fluctuante durante el día, dependiente de la naturaleza de las actividades (estimulantes o monótonas) y de la hora.
Una frecuencia de por lo menos dos ataques de sueño o incapacidad para permanecer alerta durante el día por lo menos tres días a la semana en los últimos tres meses, ha sido definido como patológico. Múltiples enfermedades médicas y psiquiátricas (incluyendo condiciones neurológicas y cardiovasculares, abuso de sustancias y el empleo de psicotrópicos, tales como antidepresivos e hipnóticos) se han asociado con somnolencia excesiva. Después de excluir estas condiciones la prevalencia se estima en 1.5 %.
La somnolencia es un estado transitorio entre la vigilia y el sueño que puede ser definida como una tendencia exacerbada a quedarse dormido, por lo menos brevemente en un momento dado, si las circunstancias lo permiten. Al estar sentado, la tensión de los músculos que mantienen la cabeza erguida al estar despierto disminuye y la cabeza se proyecta hacia delante por la flexión del cuello, este movimiento frecuentemente despierta brevemente al sujeto y lo hace darse cuenta de su siesta, sin que necesariamente se haya percibido el estado de somnolencia previo a la relajación muscular.
Dauvulliers,Y; López, R; Lecendreux, M. French consensus. Hypersomnolence: evaluation and diagnosis. Revue Neurologique. Sience Direct www.siencedirect.com
*Psiquiatra. Profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Evaristo Gómez Rivera, Traumatólogo.
