FAMILIA SIRVIENDO A LA VIDA
DESPERTAR... ES
Mensaje de Navidad de Mons. Luis Martín Barraza Beltrán
Obispo de Torreón
Recuerda…
Para desearles una Feliz Navidad 2017, los invito a contemplar el pesebre. En mi Escudo Episcopal lo presento como "Signo de la solicitud de Dios por el mundo…". Además, expreso la fascinación que provocó en el Beato Antonio Chevrier: "¡Oh, inefable misterio! Dios está con nosotros, Dios ha venido a hablarnos, ha venido a vivir con nosotros para hablar".
Yendo más allá de las circunstancias concretas, que siempre nos impactan a primera vista: no encontrar un lugar en la posada, en medio de animales, de unos padres pobres, etc., los invito a detenernos en la iniciativa de Dios de querer entrar en comunión con la humanidad. ¿Por qué habrá querido Dios encontrarse con nosotros? ¿Hay algo que Él necesite? ¿Para ser Dios?
¿Necesita de nuestro culto, de nuestra fe? No necesita de nada ni de nadie. Nada se le impone con necesidad. Todo lo hace por amor. La forma como se comparte Dios, es comunicándose a través de su palabra eterna, ésa que desde "el principio… estaba con Dios y era Dios". (Jn1,1)
Todo comienza con la voluntad salvífica, amorosa de Dios que quiere comunicarse al hombre, hacerse conocer de Él. El conversar de Dios con el hombre "se realiza con palabras y acontecimientos" (DV 2). Y su revelarse con palabras y gestos tiene su culmen en Jesucristo, palabra por excelencia, el Verbo, palabra definitiva que revela Dios al hombre y en la que el hombre conoce el misterio de Dios. Como ser inteligente, Dios piensa y habla. Su pensamiento y Palabra es semejanza de sí mismo. Dios no dice una cosa y hace otra, como nosotros. Él simplemente dice lo que es de una vez por todas. Por ser "un fiel reflejo de la gloria de Dios, la imagen misma de su Ser" (Heb 1, 3), la Palabra es una persona, Jesucristo el Hijo de Dios: "Y aquél que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros…". (Jn 1, 14).
La Palabra que estaba en el pensamiento de Dios desde la eternidad, y es Dios, se ha revestido de una forma exterior para manifestarse a los hombres. Jesucristo es portador de la intimidad de Dios, de su riqueza divina, que busca nuestra escucha y nuestra obediencia, para encarnarse en nuestra vida.
La Navidad es un misterio de comunicación, de escucha de la palabra de Dios, para que nazca en nuestra vida. Pero además de ser un misterio de la revelación de Dios, la Navidad es revelación del hombre, "pues Él mismo, el Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido, en cierto modo, con todo hombre". (GS 22).
En Jesucristo Dios se ha hecho hombre, y de esta manera cada persona es imagen y semejanza de Dios. La santidad de Dios, su grandeza, se encuentra ahora muy comprometida con la humanidad: "Les aseguro que todo lo que no hicieron por una de estas personas más insignificantes, tampoco por mí lo hicieron". (Mt 25, 45).
En adelante el amor a Dios y el amor al prójimo es uno solo, "pues si uno no ama a su hermano, a quien ve, tampoco puede amar a Dios, a quien no ve" (1Jn 4, 20). Por eso la Navidad es ¡Gloria a Dios en el cielo! ¡Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad! (Lc 2, 14).
Torreón, Coah., Diciembre 2017.
Dios les bendice y les acoge.
Despertar… es.
"La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien". A la luz de nuestras familias, decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". "La familia que ora unida, permanece unida". INICIATIVA LAGUNA, un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO.
Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: www.facebook.com/iniciativalaguna.comarcalagunera/ A través de Twitter: @Germandelacruzc. Lo invito a visitar mi blog con más de 420 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com.
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".
Por: Germán de la Cruz Carrizales