El libro
Uno de los más importantes inventos del ser humano es el lenguaje, a través de él nos permite comunicarnos e hizo posible la escritura la cual permitió dibujar la línea de pensamiento del hombre. Con la escritura nació el libro.
Desde su origen el libro tuvo enemigos, sufrió persecuciones, incendios, destrucción, pues el arte de la letras siempre ha sido asociado con lo divino, lo místico y mágico. La invención de la escritura y del libro permite al ser humano no olvidarse de sí mismo.
Alguien escribió: “El universo es un inmenso libro”. El libro es el símbolo del universo. El libro es símbolo de cultura, es un recipiente de la verdad. Al libro se le atribuye un origen divino. Quien no siente profundamente, no piensa y el que no piensa, no escribe. El libro es un objeto nómada y forma parte de la historia reciente de la humanidad, se masificó con la imprenta, aunque su historia date de miles de años.
El libro continuará siendo un objeto irremplazable, su cómoda lectura, la posibilidad de consultarlo, trasladarlo, su calidad y la luminosidad del papel, continuarán siendo, durante mucho tiempo ventajas sin rival.
La sociedad contemporánea, hoy más que nunca, tiene acceso al libro y pueden formarse bibliotecas personales a un coste considerable. La cultura está al alcance de la mano. Esto no fue así en antaño, pues el libro y las bibliotecas pertenecían a la élite.
El libro es el legado más importante que puede recibir un mortal. El libro es lo más valioso que los Dioses pueden regalar a sus preferidos. Es el instrumento más interesante, ahí están los más caros secretos. El libro, amigos, es el arma más poderosa, la luz más intensa y el medio más poderoso. En él se viaja de un mundo a otro.
No ha existido tesoro más preciado. El libro es facultad y sustento de la razón. En él se documenta el pensamiento y la verdad del hombre. El libro es igualdad y libertad. El libro, amigos, jamás será superado por otro medio de comunicación. El libro es salud para la humanidad, transformación y avance.
Por eso y por muchas otras virtudes que el libro tiene, tiemblo ante él, porque también tembló Moisés, porque alteró el pulso de Mateo, Lucas y Juan.
Hace unos días se celebró el Día Internacional del Libro. Sirvan estas líneas como un homenaje a su majestad.
Fernando Antonio Cárdenas González,
Torreón, Coahuila.
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Se ha perdido la memoria y la conciencia
En el discurso del Papa, al recibir el Premio Carlomagno, no podía faltar el recuerdo al empeño europeo de abatir aquel muro que dividía al continente desde Báltico al Adriático, empeño que apoyó con tanta clarividencia y pasión san Juan Pablo II, el primer pontífice eslavo de la historia. Y sin embargo, subrayó Francisco, hoy se ha perdido la memoria de ese esfuerzo y la conciencia del drama que provocó aquella división. La Europa que venció aquella batalla, es la misma que ahora discute cómo dejar fuera de su ámbito los peligros de nuestro tiempo, comenzando por la larga columna de quienes llaman sus puertas huyendo del hambre y de la guerra.
Francisco no se anduvo por las ramas a la hora de advertir que los valores de dignidad, libertad y justicia, que conforman la identidad europea, sólo pervivirán si mantienen su nexo vital con la raíz cristiana que los engendró. En esto no hay sombra de nostalgia ni de confesionalismo, sino el cimiento para edificar una verdadera laicidad en la que puedan reconocerse y encontrarse creyentes y no creyentes.
Jesús Domingo Martínez,
Girona, España.