Expresión atípica
“No se la bañe” dirían los jóvenes; por medio de la presente me dirijo al ciudadano, consejero y presidente del INE, señor Don Lorenzo Córdova. Señor, un servidor ya rucón, por cierto, raras veces he votado en mi vida porque al igual que millones de personas no les creo ni el bendito.
Como nación debemos recuperar la tan golpeada credibilidad ciudadana en las instituciones.
Lo más cómodo para mí y creo muchos millones de mexicanos es expresar nuestro sentir de que gobierno, partidos, diputados, senadores, INE, IEC, PREP, Fepade, Suprema Corte, Trife, etcétera, son unos bandidos que han construido una pseudodemocracia, muy a modo. De todos ellos, claro; valiéndoles gorro el pueblo de México, o sea todos los que sí trabajamos para vivir.
Eso lo externamos todos, el gran grueso de la población, porque en realidad por intuición no paramos y sabemos que los truculentos laberintos legales y sus pantanosas trampas, no son más que maquinaciones de las perversas y ambiciosas mentecillas de ustedes señores que viven y por cierto exageradamente bien de la política, mejor dígase de los ciudadanos comunes.
Todos o muchos ciudadanos sabemos que el voto ciudadano es el aval del pueblo de México para que esta gran maquinaria de corrupción se presente al mundo que nos rodea diciendo “Denme reconocimiento y por supuesto préstenme dinerito” a la ONU, OEA, FMI, al BM, etcétera y justo en esta premisa alzo mi humilde y escéptica voz para dirigirme al ciudadano consejero y presidente del INE o sea usted Don Lorenzo Córdoba:
Señor en estas votaciones en Coahuila votamos cerca de un millón de personas de los cuales doscientos mil normalmente no votamos, pero hoy intentamos creer en nuestra democracia que aun con sus muchos defectos pudiera ir avanzando; pero sorpresa, las instituciones fallaron en cuanto a credibilidad. El partido gobernante ya sabíamos que como siempre iba a hacer lo que saben hacer, pero las instituciones que se supone garantizarían la imparcialidad de tan importante evento fallaron como imparciales.
Reanalizo con un criterio de la disciplina probabilidad y estadística en una tendencia de una media y de una moda de un patrón aleatorio de teoría de conjuntos y matrices de espacios finitos. De dos mil urnas en números gruesos contra mil no contabilizadas y sorpresa en un verdadero acto de prestidigitación se cambia la tendencia numérica a una extraordinario y muy improbable cambio que triplica en esas mil urnas la tendencia o la media para poder sobreponerse a las otras dos mil urnas. Algo que rompe a pedazos la campana de Gauss.
Un servidor que vive de arrastrar el lápiz en esos menesteres de la numerología no puedo más que poner en tela de juicio y duda todo lo que usted pueda decir con esa palabrita de “atípica” tendencia y lo que la ciudadanía podemos externar no es más que, el sistema nos ha estafado otra vez de la forma más “típica” en que siempre lo ha hecho y desde esta modesta contribución le hago un llamado para que recapacite en tomar el camino correcto y recuperar la credibilidad, además le propongo que en la muy necesaria e indispensable nueva votación se proceda primero a contabilizar esas mil urnas donde radica toda la desconfianza y su servidor apoyará y defenderá al correcto ganador.
Así pues señores autoridades “imparciales” por su madrecita santa no arruinen la tan defectuosa y frágil democracia hasta ahora lograda y que tanto ha costado en dinero, sudor y lágrimas a los mexicanos y por el bien de todos y de su propia descendencia intenten actuar con honradez. Y que Dios nos bendiga a todos.
Arturo Pedro Salas Juárez,
Comarca Lagunera.