Una muy lejana meta
La caprichosa e intencionada política que se vive y la realidad social y económica que atraviesa el país es quizá la más dramática de toda la historia nacional salvo las intervenciones.
Una sociedad casi casi una monstruosidad por los sucesos que la aquejan. La violencia como nunca, casi un campo de guerra; la seguridad reducida a la nada; la eficiencia de las autoridades en cero; y para colmo el espejismos de lo electoral, espejismo que poco a poco se convierte en la realidad de siempre: todo partidizado, el INE solo atina a embrollar más las cosas. La misma jugada de siempre, el partido de la familia revolucionaria no cambia ni una estrategia. Todo es cochupo y engaño, ventaja, abuso, y el colmo su cinismo sin límite.
La gran mayoría, entrando en el túnel de cada seis años: ¡A ver si el que viene mejora las cosas! o ¡ Cuándo resucitará Pancho Villa para que ajusticie a los que azotan al pueblo” Se va de lo evasivo a lo imaginario. La verdad está muy lejos. Lo cierto es que de nada sirve esperar que gane fulano o tal o cual personaje, si al fin y al cabo el teatro montado desde hace 80 años es el mismo. El que equis candidato y su partido gane la presidencia no garantiza nada; las reglas no escritas son las que mandan, así se vio con la famosa alternancia. Las mañas subsisten y se mejoran, se afinan los trucos y las pantallas publicitarias para que al fin y al cabo los ganones sean los mismos: los grupos de poder como los consorcios de los medios, los contratistas bribones, las mineras canadienses, las trasnacionales del campo y del petróleo, pero sobre todo la gran burguesía nacional y extranjera que tiene en los políticos a los mejores peones para que la estructura y entramado siga igual: la justicia vendida y comprada, los proveedores del gobierno vendiendo caro y entregando obras y materiales que son de quinta o sexta categoría, la educación solo para que el secretario luzca raquitismos y casos aislados de mejoras que cuando el secretario se va, desmontan todo y a tomar el video en otro sitio.
De qué sirve pues este sistema de simulación empezando por el voto y la función de los órganos electorales que están al servicio de los partidos y con ello de los grandes jugadores de la vida y la economía nacional. Para qué tanto circo si al fin y al cabo las ganancias se reparten solo entre unos cuantos? Está muy lejos que los gobernantes sean eficientes, honestos y sobre todo transparentes y sometidos de verdad a un sistema anticorrupción ejemplar.
Se vale soñar, pero una y otra generación se va a ir como tantas anteriores. El destino del país no se escribe en los Pinos, ni en el Palacio nacional, tampoco en el Congreso ni mucho menos en la Corte y el sistema judicial. Se escribe en conciliábulos de unas cuantas familias que lo controlan todo, desde conciencias hasta los más elementales reglamentos , todos a favor de un sistema que solo beneficia a unos cuantos. De qué sirve que lleguen nuevos peces al acuario nacional si las aguas y los lodos son los mismos donde todos se baten , beben y anidan en las mismas miasmas, digo : aguas
El partido y el candidato que gane en el 2018, va a hacer lo mismo que han hecho todos los gobernantes y partidos que con alternancia y sin ella, cada día empobrecen y sobajan a una sociedad mexicana embebida en tanta fantasía del consumismo, la miseria y la ignorancia. Ese será nuestro destino en el corto y mediano plazo. Alguien lo dudaría?
Miguel Ángel Hernández
Torreón Coah.
