Rechazamos los partidos, sin embargo…
...son necesarios para que la democracia pueda funcionar. A la mayoría de los ciudadanos les desagradan la política y los políticos; aunque no nos guste, todo en la vida social es política, porque desde Aristóteles se ha reafirmado la naturaleza gregaria y social del hombre. Rechazamos la existencia del que gobierna o de la autoridad; sin embargo, sin la autoridad, la sociedad no puede existir; es tan importante, tan necesaria, tan indispensable, como nos es necesaria la respiración para seguir viviendo. Desde joven, en mis clases de Civismo, enseñé a mis alumnos -y sigo enseñando lo mismo- que la política “Es la forma superior de la caridad”, porque se puede hacer caridad con limosna ayudando a un indigente; un ciudadano que llega a desempeñar un cargo ejecutivo, llámese Presidente Municipal, Gobernador o Jefe de Estado, disponen de presupuestos tales, que manejados con honradez, pueden lograr el desarrollo económico de varias regiones; construir carreteras, puentes, hospitales; en las ciudades, pavimento, banquetas, alumbrado y tantas obras que traen aparejados bienestar y empleo para las poblaciones.
Bien es cierto, que en esta degeneración prematura de una democracia que no llegó a concretarse en nuestro país, donde son los bribones los que predominan manejando la cosa pública; donde cada día los medios nos dan a conocer los actos de rapiña que producen fortunas millonarias; donde el fiscal anti corrupción de Coahuila con los gobernadores del país, se une al coro de elogios de la Ley que nos militariza; donde todos sabemos quiénes robaron, cuánto y dónde y no pasa nada; los ciudadanos estamos hartos de los que llamamos la política y los políticos.
El IFE de Woldenberg, Lujambio, Creel y otros, se ganó a pulso el respeto de la población en el año 2000; con ellos, en el IFE, las elecciones empezaron a ser creíbles; el INE, su sustituto de Córdova ha intentado, sin éxito, seguir su ejemplo; el TRIFE, en la mayoría de sus integrantes, ha sido sobornado y comprado por el Presidente Peña.
Los partidos ante su deterioro y poca aceptación en los ciudadanos, optan por lograr a base de propaganda, maquillar al máximo las figuras de sus candidatos porque se han dado cuenta que, por desgracia, los votantes se dejan llevar por personas y no por programas o ideologías. Aunque me juzguen iluso, sigo pensando que la ética debe ir unida a la política.
No acepto el vil concepto de Julio Mazarino, cuando a los reyes les decía que la política hace que dos enemigos irreconciliables, duerman juntos en la misma cama. Sostengo que no hay ser humano que sea sólo ángel o demonio; no creo en los maniqueísmos; hay corruptos en todas las instituciones humanas.
Las manos corruptas, sin volverse limpias, evitan corromperse cuando los órganos de fiscalización funcionan y cuando la ley se aplica a todos. Para acabarla también necesitamos un más efectivo Estado de Derecho.
Finalizo, hago otra vez un llamado a los medios y ciudadanos que forman opinión a que convoquemos e instemos a nuestros legisladores a que en un foro nos expliquen su actuación en las Cámaras en materias como impuestos, presupuesto y la amenaza que viene: la Ley de Seguridad Interior. Que nos convenzan que merecen de nuevo nuestro voto o que se arriesguen a nuestro vituperio, si fracasaron.
Juan de Dios Castro Lozano
Comarca Lagunera