Cartas en Navidad
En estas fechas me vienen recuerdos de épocas pasadas y que me traen a la memoria cosas que hacíamos de niños y con el paso del tiempo dejamos de hacer. En especial, recuerdo que escribíamos una cartita al Niño Dios, en la cual le hacíamos saber qué regalos ( juguetes) queríamos para Navidad, por supuesto que le decíamos que nos habíamos portado bien, y obedecido a nuestros padres y maestros, y que teníamos buenas calificaciones en el colegio, (yo nunca batallé con este requisito) y terminábamos la carta con un “ y lo que me quieras traer más”.
Esta carta la ponía mi mamá a los pies del Sagrado Corazón que había en casa de mis abuelos, y ahí pasaba un día y otro y la carta seguía ahí para nuestra angustia y desconsuelo, hasta que felizmente un día ya no estaba, una sensación de alivio nos invadía y no faltaba más que esperar la fecha deseada que parecía no llegar nunca.
Finalmente el veinticinco en la mañana, rápido despertábamos para abrir los regalos, no siempre nos traía todo lo pedido, pero en muchas ocasiones se compensaba con regalos inesperados. Finalmente, recuerdo con tristeza cuando el Niño Dios en lugar de juguetes nos trajo ropa, claro que ya para entonces se nos había explicado que Dios les daba los medios para que nuestros padres nos compraran los regalos.
La ultima etapa de esta evolución, es cuando nos toca mas “dar” que “ recibir” y es cuando volvemos a ver con alegría estas fechas y a disfrutar y preocuparnos por comprar los regalos, y a descubrir que hay tanta o mas felicidad y satisfacción en dar que en recibir.
Una feliz Navidad a todos los que me lean y recordar que es época de hacer acciones de caridad para nuestros prójimos.
Raymundo Portilla
Torreón, Coahuila
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¡Ahora sí que no se midió!
Tal parece que el gobernador Moreira seguirá haciendo de las suyas hasta el último día de su mandato, ratificando el calificativo a esta docena trágica como el ya conocido Moreirato; y no es que no haya habido algunos aciertos durante la gestión de los hermanos Moreira; sí que los hubo; pero la balanza se inclina más hacia los errores, no sólo por la mega deuda que dejó Humberto, sino por la deliberada opacidad en el ejercicio del poder de ambos gobernadores (Humberto y Rubén). La reiterada violación a la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública fue la constante.
Pero dejando a un lado al hermano intocable, ahora nos sorprende la nota periodística acerca de los nuevos nombramientos o patentes (fiats) notariales; otorgados a conocidos abogados cercanos al gobierno estatal, y servidores públicos en el ayuntamiento y el congreso local; algunos de los cuales, no sólo carecen del perfil para ejercer como notarios públicos, sino también de ética profesional y de solvencia moral. Se le olvidó a Rubén Moreira que un Notario público debe ser un profesional altamente calificado que garantice seguridad y legalidad; que ser notario público exige de estudios intensos y profundos de la Carta Magna, leyes secundarias y reglamentos que de ella derivan, y ser electo mediante examen de oposición.
Héctor García Pérez
Comarca Lagunera