Tristeza. Juan Mena López y Juan Mena Romero, quienes cayeron en el Paso Exprés, fueron velados en su casa. (CORTESÍA JUAN CARLOS RODRÍGUEZ)
Familiares y amigos de Juan Mena López y Juan Mena Romero, quienes fallecieron al caer en el socavón que se abrió el miércoles en el Paso Exprés de la Autopista México-Cuernavaca, demandaron castigo para los responsables.
"Lo único que yo quiero es justicia, nada más, justicia es lo único que pido, porque ni con todo el dinero del mundo me van a poder regresar a mis familiares, es un dolor que no se lo deseo a nadie.
"La armonía de esta familia fue cancelada por una negligencia. Y eso, las palabras y los términos legales no lo pueden tapar. Aquí hay mucha gente que está involucrada, tal vez, pero solamente yo entiendo mi dolor, sólo pido justicia, nada más", dijo Sonia Mena Romero, hija y hermana de los fallecidos.
En una conferencia afuera de su domicilio, informó que hasta hoy, con el asesoramiento de un abogado, hablarán con las autoridades federales que se acercaron a ellos para negociar una indemnización.
"Mi padre y mi hermano, nuestros únicos sostenes en la familia, eran trabajadores de una empresa de alimentos de Jiutepec. Hoy les daremos sepultura y mañana empezaremos a escuchar las voces que quieren resarcir un daño irreparable", indicó.
Padre e hijo se dirigían el miércoles a las 5:30 horas a su trabajo en la empacadora la Casa del Pavo, cuando cayeron al socavón de al menos cinco metros de profundidad que se abrió en el kilómetro 93+750.
Antes de fallecer Mena Romero envió un mensaje de texto a unos de sus compañeros pidiéndole ayuda; sin embargo, debido a que el vehículo quedó sepultado por una gran cantidad de tierra y concreto, el rescate tomó varias horas.
Los cuerpos fueron velados en su casa, ubicada en la colonia el Capiri, y después de una misa de cuerpo presente fueron sepultados en el panteón municipal.
"Mi padre fue un gran hombre, siempre se dedicó a trabajar, de su trabajo a su casa, a su familia, no tenía ningún vicio, ningún problema con ningún vecino, era un hombre y un padre excepcional.
"Mi hermano, pues igualmente, una persona muy alegre, de su trabajo a su casa, se dedicaba a sus hijos, y pues le gustaba mucho el deporte, le gustaba mucho el futbol y también no tenía ningún vicio", comentó Sonia.
Juan Mena López, quien tenía 59 años de edad, señaló su patrón, Sergio Rivas, quería jubilarse el próximo año para pasar más tiempo con su familia.
"Los dos, laboralmente les puedo decir, eran muy honestos y muy trabajadores", aseguró.
Para los servicios fúnebres la familia fue apoyada por el Ayuntamiento de Emiliano Zapata, que pagó las carrozas y una banda de música que acompañó al cortejo a la iglesia y después al panteón.