Un infierno. El incendio en la Torre Grenfell congregó a cientos de bomberos y cientos de testigos.
Los bomberos sofocaron ayer las llamas del incendio de una torre residencial de 27 plantas en el centro-oeste de Londres donde se atiende a personas heridas de diversa gravedad, mientras otras son rescatadas del interior del edificio.
El fuego, de enormes dimensiones, se desató a las 00:15 GMT en la Torre Grenfell, en una zona próxima a Notting Hill, donde trabajan unos 200 bomberos y 40 camiones autombombas, informaron fuentes de la Brigada de Bomberos de la capital británica.
La Policía Metropolitana de Londres (MET) ha señalado en su cuenta de Twitter de que "numerosas personas" están siendo atendidas por heridas de diversa gravedad e inhalación de humo.
Las imágenes del incendio muestran a gente con linternas que intentan enviar señales de socorro a las que les resulta imposible abandonar la torre envuelta en llamas, que se teme pueda derrumbarse porque se ha quemado hasta "el núcleo", según Tim Downey, uno de los testigos.
"El edificio se está desmoronando, sólo hay humo negro", comentó en declaraciones a la BBC, rodeado de algunas personas cubiertas por ceniza que gritaban en estos momentos angustiosos.
George Clarke, el presentador del programa "Amazing Spaces", dio a Radio 5 Live que estaba cubierto de ceniza a pesar de que se encontraba a cien metros del lugar.
Comentó que vio personas llamando la atención con linternas desde la parte alta del edificio y que vio a rescatistas "realizando un trabajo increíble" tratando de sacar a la gente.
Muchas ambulancias fueron enviadas a las inmediaciones del inmueble siniestrado, que fue acordonado.
Testigos del siniestro, que pudieron acercarse al sitio, temían que el inmueble se colapsara.