Fuego. Incendios causan severos daños a la vegetación áridas y semiáridas de la reserva. (ARCHIVO)
Aunque pocos, los incendios forestales y los conatos de incendios registrados en los últimos dos años, causan severos daños a la vegetación árida y semiárida de la reserva de Jimulco, cuya superficie es de 60 mil hectáreas, que albergan una importante biodiversidad y ofrece servicios ecosistémicos a la población Lagunera.
La principal amenaza siguen siendo las colillas de cigarro que se arrojan, pero sobre todo la presencia de especies exóticas como lo es el zacate buffel, cuya introducción la han permitido las autoridades federales, al representar una opción para la ganadería al ser una especie tolerante a sequías prolongadas, de aceptable valor nutritivo, alta producción y una buena aceptación por el ganado. Sin embargo, en zonas como Jimulco, representa un riesgo latente.
"El zacate buffel es una especie exótica, se ha estado introduciendo en todo el norte del país con fines ganaderos, uno de los efectos que tienen las especies exóticas, es modificar los regímenes del fuego, en el desierto vemos poco zacate, y ahora en la reserva se ve mucho zacate; y lo que va haciendo que el fuego avance es precisamente la continuidad de ese zacate, es como un combustible", explicó Fernando Quiroz, director del área protegida en la Fundación Jimulco.
Por su parte, Manuel Rodríguez, responsable del subprograma de Inspección y Vigilancia en la reserva y el subprograma de Investigación y Monitoreo, comentó que en el 2016 se registraron 9 incendios forestales, que afectaron 24 hectáreas de la reserva, y se registraron 4 conatos de incendios.
De acuerdo con Rodríguez, la Comisión Nacional Forestal, considera un conato de incendio cuando afecta a menos de una hectárea y cuando es superior, se considera un incendio forestal.
En lo que va del año, se han registrado cuatro incendios forestales, afectando una superficie aproximada de cinco hectáreas, y en donde se tiene un incremento considerable, es en los conatos de incendio, ya que hasta el momento se tiene un registro de 10. Lo atribuyen a las malas prácticas de los caprinocultores.
"Son provocados, la mayoría. Son relativamente pocos los que son naturales. Y lo que nos llama la atención también es que se dan a las márgenes de la carretera, entonces estamos seguros que son incendios provocados", dijo Rodríguez, quien explicó que las malas prácticas en cuanto al aprovechamiento forestal de pastizales han sido un factor importante, "por ejemplo, hay gente que se dedica a la caprinocultura, y entonces ellos lo que hacen es encender para que rebrote el pasto, y se sale de control".
Para la prevención y control de los incendios en esta zona, se cuenta con una brigada de vigilancia que opera desde hace siete años y participan al menos ocho personas, representando cada comunidad que forma parte de la reserva. Desde hace dos años, Fundación Jimulco ha trabajado con ellos.
Pese a estos datos, Gerardo Jiménez, consejero de la Fundación, califica como buenas las condiciones en las que se encuentra la reserva. "El estado de conservación del área es en cierta forma bueno debido a que no ha habido alteraciones severas en los ecosistemas. Hay problemas como en cualquier lugar, algunos producidos por factores ambientales, otros por factores sociales, pero en general podemos decir que los ecosistemas y la biodiversidad se conservan en buen estado".