Problemas. Intentos de suicidio, muertes de detenidos y hueglas de hambre afectan al Centro. (ESPECIAL)
Muertes de detenidos, intentos de suicidio y huelgas de hambre afectan el funcionamiento del Centro de Detención de Inmigrantes en Adelanto, California, administrada por GEO Group que opera docenas de prisiones privadas y centros de detención en todo Estados Unidos.
Según un reporte de Los Angeles Times, tan sólo de diciembre a la fecha se ha registrado el quinto intento de suicidio entre los inmigrantes retenidos en este centro ubicado a unos 150 kilómetros al noroeste de Los Ángeles.
El más reciente se registró el pasado 11 de julio cuando un interno se colgó con una de las sábanas de su dormitorio, de acuerdo con los registros del Departamento de Sheriff del Condado de San Bernardino obtenidos por The Times a través de una solicitud de registros públicos.
El centro de detención puede albergar a cerca de dos mil hombres y mujeres. Funcionarios dicen que más de 73 mil detenidos han pasado desde que se abrió en 2011.
Entre los detenidos hay solicitantes de asilo, personas atrapadas en redadas de inmigración y aquellas identificadas por las autoridades como potencialmente deportables después de ser llevados a la cárcel.
GEO Group ha sido señalada por detenidos y defensores de negligencia médica, maltrato por parte de los guardias, falta de respuesta a las quejas y otros problemas.
Los inspectores gubernamentales también han notado deficiencias significativas en la instalación, a menudo relacionadas con la atención médica.
Los Ángeles Times entrevistó a detenidos y a sus abogados y examinó los informes locales de aplicación de la ley, registros de la ciudad y revisiones federales que data de 2011, cuando se abrió la instalación.
En 2014, otro informe de la Oficina de Supervisión de Detención encontró que Adelanto era deficiente en 26 áreas, incluyendo 16 relacionadas con los esfuerzos de la instalación para prevenir e intervenir en casos de abuso sexual.
En el año 2015, el interno Raúl Ernesto Morales-Ramos falleció por falta de atención médica adecuada. Fue detenido en el año 2010 por homicidio agravado y después de quejarse constantemente de molestias gastrointestinales, le fue detectado un tumor abdominal, el cual había sido tratado solamente con analgésicos y medicamentos para el estreñimineto y la diarrea.
Desde la muerte de Morales-Ramos en 2015, otros cuatro han muerto en estas instalaciones.
Dos días antes de la Navidad de 2015, José Manuel Azurdia-Hernández, de 54 años, de Guatemala, murió de un infarto, según el ICE.
En marzo de este año, Osmar Epifanio González-Gadba, de 32 años, de Nicaragua, murió seis días después de haber sido encontrado colgado en su celda.
En abril, Sergio Alonso López, de 55 años, murió días después de ser llevado al hospital por vomitar sangre. Los funcionarios de inmigración dijeron que tenía antecedentes de graves problemas médicos. La causa preliminar de muerte fue la hemorragia interna.
En mayo, también de 2015, Vicente Cáceres-Maradiaga, un hondureño de 46 años, murió en una ambulancia en el camino hacia el hospital. La causa preliminar de muerte fue catalogada como síndrome coronario agudo, dijeron funcionarios en un comunicado.