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La ciencia y la tecnología, siguen siendo asignaturas pendientes en educación

Rolando Cruz García
"Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada acerca de ellas"

— Carl Sagan

Al revisar la agenda educativa de nuestro país, nos encontramos con la triste noticia de que la ciencia y la tecnología, siguen siendo asignaturas pendientes en la educación, y además en todos los niveles en México.

Al revisar, por ejemplo, el modelo educativo de las universidades mexicanas, nos damos cuenta de que se pone poca atención a la ciencia y se le dedican nulos esfuerzos al desarrollo de tecnologías. "Hay que cambiar de método en las ciencias básicas, por otro de mayores aplicaciones que nos permitan avanzar hacia un mayor desarrollo en investigación" asegura el CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología). Esto nos lleva a confirmar que tenemos un enorme rezago, comparados con los avances que a nivel mundial se tienen en estos importantes rubros.

Si queremos resultados diferentes, debemos hacer cosas distintas y tener más aprecio como país por la ciencia y la tecnología, afirma el CONACYT, que es el organismo en donde se concentran la mayor cantidad de becas que se otorgan en México; cerca de 140 mil becarios han sido apoyados por éste organismo, la mayoría de ellos en estudios de posgrado.

Uno de los retos más importantes, es ubicar los procesos educativos en la ciencia y el desarrollo de tecnologías y resaltarlo dentro del debate nacional como uno de los mejores caminos para incidir en el bienestar de las personas.

Hay que reconocer que en materia de desarrollo tecnológico y competitividad existe una desventaja con respecto a otras naciones, quienes han avanzado más aceleradamente y es que nosotros todavía nos estamos preguntando si es conveniente invertir en ciencia y tecnología, cuando países como la India han avanzado en los últimos 10 años, hasta alcanzar un valor en la industria de las tecnologías de la información, del orden de los 49 billones de dólares al 2017.

México debe aprender a tener mayor competitividad, ya que el rezago es enorme y se trata ahora de relacionar estos importantes campos del desarrollo con las industrias, las empresas, los servicios y no sólo con la comunidad académica.

Cuando nos referimos a privilegiar el aprendizaje de las ciencias básicas, estamos hablando de volver a trabajar en las aulas y en los laboratorios asuntos tan importantes como el análisis lógico-matemático, la biología, el aprender química, la predominancia de la física como sustento de la ciencia natural y muchos etcéteras que se nos han quedado en el camino y que son fundamento del pensamiento científico.

Esto constituye un buen ejercicio para plasmar el futuro de un México que perdió el camino, que perdió el espíritu científico y tecnológico en la cultura nacional. Personajes como Ruy Pérez Tamayo han sintetizado el problema del descuido del Estado hacia la ciencia y en sus propias palabras asevera: "Siempre he pensado que la ciencia no es pobre porque vivamos en un país subdesarrollado, sino que somos un país subdesarrollado porque nuestra ciencia siempre ha sido y sigue siendo pobre".

Y es que no hay que confundir la presencia entre nosotros de dispositivos del desarrollo tecnológico, como las computadoras, los aviones, los celulares, los IPad´s, etcétera, con el verdadero cambio cultural que resulta de incorporar el espíritu de la ciencia en todos los niveles de la actividad humana y en todos los estratos de nuestro pensamiento.

El descuido institucional en México hacia la ciencia y tecnología es cada vez más alarmante, por citarlo en números, el gobierno actual, redujo la inversión en este sector de 0.4 a 0.35 del PIB (Producto Interno Bruto), lo anterior es importante saberlo y reflexionarlo, ante el riesgo que implica que en 2017 el CONACYT sufre un recorte presupuestal de 23.3 %, con respecto a los recursos que le fueron destinados el año anterior (Excélsior, marzo 2017).

Lo anterior significa que la inversión que se destina a ciencia, tecnología e innovación, equivale a menos de 0.5% del PIB; una diferencia importante respecto de países como Israel, que destina 4.21% de su PIB o del resto de los países miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que en promedio invierten 2.40% del PIB.

La gran pregunta es: ¿cómo enfrentar este descuido en el desarrollo de tan importantes áreas en México? Y la respuesta está en generar estrategias para mejorar todos los niveles educativos, desde básica, medio-superior, superior y posgrado, además de aplicar planes que actúen de manera individual, como es forjar un interés real en los jóvenes estudiantes en los aspectos científicos.

Reforzar las instituciones de nivel superior y aquellas dedicadas a la investigación y proveer de mayor acervo bibliográfico, como revistas científicas o mayor equipamiento para la investigación básica y avanzada y además debe quedar asentado que la ciencia es benefactora y que lo invertido en ella se devuelve con creces, no sólo en insumos, sino en conocimientos.

Los profesores queremos ser parte de la solución, en estos temas y ayudar a reducir la pobreza en nuestro país, democratizar las oportunidades para que lleguen a mayor número de mexicanos mediante una educación con mayor calidad, más científica, más tecnológica, más innovadora.

Agradezco sus comentarios a: rolexmix@hotmail.com

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Escrito en: ROLANDO CRUZ GARCÍA

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