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LA COLUMNA DEL PERRO

Por: Dr. Miguel Dávila Dávila

ADIÓS AL DECANO

Lo conocí de manera ocasional cuando tenía diez años y acompañé a mi amigo Juan Héctor Viesca a llevar a su perro pastor llamado "Derby", a bañar, a la clínica del doctor Rolando Albores García y por aquellos entonces era rarísimo que alguien mandara a bañar a su perro.

Pero ya de manera personal, lo traté cuando cursaba la carrera de veterinaria, pues al doctor Albores lo invitamos algunos alumnos entre ellos Cruz González, Héctor Camacho, José Manuel de la Peña, César Cepeda. Héctor Rodríguez, Willy Velázquez Cruz, y un servidor a la naciente escuela de medicina veterinaria, hoy orgullosamente perteneciente a la Universidad Antonio Narro, a que diera la cátedra de atención y cirugía en pequeñas especies, por tanto entre otras muchas cosas tiene el honor y mérito de haber sido el primer médico en dar clases sobre pequeñas especies aquí en La Laguna.

También mi maestro Rolando, tuvo el honor y privilegio de haber sido el primer médico veterinario dedicado únicamente a las pequeñas especies, trabajo que para él, que como para nosotros, es una forma de vida tan bonita como absorbente y demandante, y que sólo con verdadera vocación se logra la enorme trayectoria que vivió a plenitud día con día nuestro querido decano.

Luego ya de egresado, el doctor Albores nos invitó a formar la primera agrupación de médicos veterinarios, dedicados a perros y gatos. Organizó también por muchos, muchos años las exposiciones de belleza canina, fue varias veces presidente de los médicos veterinarios, administrador del rastro y tantas y tantas cosas más, pero sobre todo nos dejó un ejemplo de trabajo y nos inculcó siempre el seguir superándonos, siempre unidos mejorando continuamente, pero no sólo como colegas, sino también y sobre todo como compañeros y amigos.

Su legado personal y la continuidad de su trayectoria, está segura en manos de su hijo y colega Carlos, y en el de su querida hija Mariana. Olivia, la mamá de Carlos y Mariana, la considero aparte, no sólo como una gran compañera de mi maestro sino como una persona que se portó a la altura de las circunstancias hasta el final, con una entrega muy propia de ella, como una gran señora.

Todavía hace un mes presentamos mis colegas, Enrique Facio, Alejandro Aquino, Fernando Rafael Morales, Juan Joel de Santiago, Armando Villarreal, Carlos Albores, mi maestro Rolando y un servidor un examen sobre un diplomado de traumatología que estamos cursando, pues el estudio en los médicos es constante, y debemos siempre de actualizarnos.

Su ciclo en esta vida, estaba escrito que acabara, el siempre lucho y trabajo hasta el final, estoy seguro de que ahora, pues yo creo en un Dios de perdón, el descansa y disfruta al lado del Señor todo lo que sembró aquí en la tierra.

Y ahora para terminar una gota de filosofía: LA FELICIDAD NO LLEGA CUANDO CONSEGUIMOS LO QUE DESEAMOS, SINO CUANDO DISFRUTAMOS LO QUE TENEMOS.

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