EPIDEMIA EN LA COMARCA LAGUNERA
Por increíble que parezca, hace aproximadamente 30 años, empezamos con la labor de sacar a los perros y los gatos que andaban vagando por la calle, para esterilizarlos y darlos en adopción. Por aquel entonces, la mayoría de las personas que nos conocían nos juzgaban locos, y en una ocasión, un colega que pasaba por una calle, donde rescatábamos un perro mi colega y amigo Cruz González Ugarte y yo, nos grita en son de broma: ¡Por eso estás pobre Dávila, por dedicarte a eso!, bueno, la palabra no fue pobre, empezaba con "J", pero es preferible no escribirla aquí.
Para mí, el concepto de pobreza o de riqueza no lo taso por los bienes materiales que se puedan llegar a tener, de hecho, me da gusto y admiro a las personas, que con el fruto de su trabajo o les han regalado o heredado de buena manera algo… Pienso en buena hora, pero también debemos, creo yo, en hacer algún bien o algo que beneficie a alguien en situación de desventaja ante la vida, porque no se debe esperar que el gobierno lo haga todo, entonces, si cooperamos nosotros en parte de la solución, será mejor y la satisfacción que esto te produce se convertirá en una riqueza interna, que se te ve y la proyectas, y eso no tiene un valor que pueda ser medido. Qué bonito que alguien te salude, sea tu amigo, te invite a su casa, sólo por ser quien eres y no sólo por lo que tienes.
La labor por cierto que les platicaba arriba desde que la comenzábamos, sabíamos que era una guerra perdida, pero alguien tenía que empezarla para que generaciones posteriores, ya con otra óptica y otro ánimo, la rescataran y la hicieran también suya, y así surgieran personas altruistas, que se convirtieron en rescatistas, como son: Pili y Margarita González, Adoración de Sada, Doris Rivera, Sara Romero, Eliana Ortega, Coquis Calderón, Ana Lorena Cepeda, junto con su mamá, Nena Cepeda, Lorena de la Garza, Miriam y Miguel Ramírez, Beatriz Agüero, Ernesto Piñán, Luz Ma. Carrillo, Michel Yoshida, Sarita Gil, Irma Sosa, Cristy Blanco, las hermanas Margarita y Ma. Elena Ríos, Alejandra Estrada, Nayeli Carrillo junto con su mami, Yolanda de Carrillo, Alejandra Serrano, Mely Silva, Alejandra Adame, las hermanas Lupita y Fabiola Garza, junto con su mamá, José Piñera, Rebeca Reyes, junto con su esposo, Sergio García, Luis Alardin, las hermanas Jessy y Claudia Ramírez, junto con su mamá, Goyita Contreras, Mary Cruz Alcalá, Ivonne Jasso, Lucy Alvarado, las amigas, Irma y Lola, y Dolores Carrillo (f), entre muchas otras.
En la actualidad, nos da gusto saber que existen muchas personas, entusiastas jóvenes y de todas las edades, que se han agrupado y en la medida cada quien de sus posibilidades, se dedican a rescatar animales en situación de desamparo para buscarles un mejor futuro, dándoles así una segunda oportunidad.
Pero la epidemia no para, y no me refiero a los perros y gatos abandonados en la calle, sino a la epidemia de personas enfermas de la mente que abandonan a los perros en los lugares públicos de Gómez Palacio y Lerdo, Dgo., al igual que aquí en Torreón, los hemos visto todos cómo van y los abandonan en los paseos públicos en la Colón, en la Alameda, en el Bosque, en el Mercado de Abastos, en las plazas de nuestras colonias, o de plano, amarrarlos a un poste o un árbol, para que no sigan el auto en el que van los cobardes que abandonan a un perro, como quien se deshace de la basura, y ni que decir de las personas con doble moral, "bondadosamente" abandonan sus perros o gatos frente a las casas o los lugares de personas sensibles que quieren a los animales para que éstas se hagan cargo de ellas.
La única vacuna creo yo, efectiva, son las nuevas generaciones, que son más sensibles a este problema.
Para las personas insensibles que abandonan a un ser querido… Piensen, que en algún momento de su vida, podrían ser abandonados, también con los mismos argumentos, que ustedes mismos les enseñaron… Yo sí quiero, pero mi esposa se opone, no tengo tiempo, no tengo dinero, se acaba mi jardín, o mi sillón, afea mi casa, ya tengo muchos, huele muy feo, ya está muy viejo, etc., entonces, sólo entonces, recordarán a aquel gato o perro, amigo o familiar que abandonaron o amarraron por ahí, dejándolo expuesto a lo peor, que es el abandono, la soledad y el desamparo, luego no nos quejemos de que por que nuestra suerte, nuestra familia y nuestro querido México, está así.
Y ahora, para terminar, una gota de filosofía: SALVAR UN ANIMAL NO CAMBIARÁ EL MUND0, PERO CAMBIARÁ EL MUNDO DE ESE ANIMAL.
Por: M.V.Z. Miguel Dávila Dávila