Foto: Cos Aelenei
Suspenso futurista y ciencia ficción hacen de esta película una aproximación a una realidad demográfica que puede alcanzarnos en unas cuantas décadas. El crecimiento poblacional es tal que se impone la ley de un hijo por familia, situación difícil de llevar cuando formas parte un grupo de septillizas.
Centrada en la sobrepoblación del planeta y un posible escenario provisto por una ley que se encarga de frenar la concepción humana, la película What Happened to Monday? (¿Qué le pasó a Lunes?) es obra del noruego Tommy Wirkola, el mismo de Hansel y Gretel: cazadores de brujas (2013).
Se estrenó en Netflix, plataforma digital con más de 100 millones de suscriptores y una fuerte apuesta por los contenidos originales. Disponible desde el pasado 18 de agosto, es la más reciente entrega de un cineasta que comenzó su andar fílmico parodiando el universo tarantinesco antes de rodar una aventura con zombis nazis.
La acción en distópico mundo está situada en 2043, el exceso de seres humanos da lugar a un marco legal promovido por la AAF (Agencia de Asignación Filial): si una mujer concibe a un solo hijo no hay problema; dar a luz a un segundo vástago es ilegal, y el producto, sin importar su edad, es sometido a un proceso de 'criogenización'.
La oficina gubernamental que vela por los nacimientos conforme a derecho es dirigida por Nicolette Cayman (Glenn Close). La funcionaria con aspiraciones se toma en serio su labor de mantener en niveles sostenibles el crecimiento de las masas; la falta de recursos se agrava con cualquier boca nueva.
El argumento utilizado de cara a la sociedad es que los menores ilegales permanecerán congelados hasta que la humanidad encuentre una solución para acabar con la escasez alimentaria y de otros insumos necesarios para la vida.
En ese entorno, a Karen Settman le nace un grupo de septillizas. La madre muere y, en ausencia del padre, las menores quedan a cargo de su abuelo, Terrence (Willem Dafoe), quien resuelve con los días de la semana el problema de llamarlas de algún modo con cierta equidad.
El abuelo las esconde del implacable gobierno y las prepara para la vida clandestina; dentro de su programa académico la principal asignatura es aprender a ser una sola mujer. Cada una sale a la calle con el día que le da nombre. Las enseñanzas recibidas, así como el cultivo de las habilidades particulares, serán fundamentales cuando deban enfrentarse a autoridades que acabarían perjudicadas si se diera a conocer que siete hermanas 'andan libres'. Interpretar bien a una misma mujer les demanda, al final del día, compartir a detalle las incidencias de las jornadas extramuros.
ACTUACIONES
Llama la atención el séptuple trabajo realizado por Noomi Rapace, conocida gracias a las cintas basadas en la saga Millennium, de Stieg Larsson, como Los hombres que no amaban a las mujeres, y por su participación en Sherlock Holmes: Juego de Sombras.
Dar vida a un grupo que comparte la existencia de Karen, con distintas mentalidades, gustos, visiones, intereses, no le impide destacar, aunque tampoco le permite profundizar en los perfiles. La interacción, nada forzada, entre las varias Noomi es capaz de ocultar que los retratos son apenas bosquejos en este metraje con dos horas de duración.
No es inusual ver a alguien interpretando a varios personajes en un mismo título. Ejemplos cercanos en la línea temporal responden a los nombres de Fragmentado (2016), donde James McAvoy causó impacto en la pantalla grande gracias a su interpretación de un individuo con una veintena de personalidades en pugna por convertirse en el yo hegemónico, o Manifiesto (2015), con Cate Blanchett y sus 13 roles entre los que se contaban una indigente, una ama de casa y una presentadora de noticias.
Foto: Cos Aelenei
Rapace logró mantener el tono único de sus septillizas, sin confusiones ni cruces identitarios, labor notable dado que en la mayoría de las escenas se encuentran todas en un mismo lugar. La calidad interpretativa mostrada por la actriz sueca conjura el conflicto. Sin embargo, Noomi Rapace no se lleva todo el crédito porque Clara Read encarnó los siete rostros durante la infancia. Para ser su primera vez en un filme no lo hace nada mal.
Willem Dafoe demuestra que desde los años ochenta no pierde ninguna oportunidad de sorprender al espectador ya sea hecho un motorista sanguinario o como ángel protector de asesinos que pagan con oro. Como tutor, se encarga de proteger a las niñas, fomenta en ellas una disciplina férrea aunque no exenta de cariño. Les dice la verdad sobre la situación en la que estarán forzadas a vivir, porque lo que le pasa una le ocurre a las demás. Él les da las armas para enfrentar una tormenta en el porvenir.
Los aportes de Glenn Close y Marwan Kenzari redondean la experiencia.
UN MUNDO MEJOR
Las hermanas pasaron momentos difíciles a lo largo de su crianza. En una ocasión, Jueves salió a andar en su patineta sin autorización y sin que fuera su día para visitar el exterior. Sufrió un accidente y regresó al hogar con el dedo índice cortado. El abuelo no tuvo más remedio que reproducir el desperfecto, cortarlas por igual.
Sin la supervisión de su ascendiente, las nietas mantienen su forzada vida compartida. Salen, una a la vez, a trabajar y a divertirse. En ese tecnológico futuro hay puntos de revisión dotados con pantallas para escanear brazaletes que verifican a las personas como hijos únicos.
Cansadas de esa vida, las septillizas discuten sobre entregarse a la agencia o bien derrotar al sistema que manda al 'criosueño' a los productos ilegales.
Una noche, Lunes no llega a casa. El resto de las Karen comienza a sospechar que, tres décadas después, al fin las descubrieron. Martes decide investigar, mas es capturada por la AAF y llevada a un centro de investigación. Los agentes van a por el resto de las Settman, la instrucción es utilizar fuerza letal, aunque discreta, para erradicar esa vergonzosa muestra de habilidad para burlar a quienes no encuentran más remedio que borrarlas del mapa. Las hermanas restantes deberán hallar la causa de que Lunes no volviera y escapar de la persecución de las autoridades antes de que sea demasiado tarde.
FUTURISTA
Wirkola montó un relato audiovisual entretenido que consigue atrapar la atención. Las escenas de acción y la rapidez para desarrollar la historia son marcas distintivas del noruego. Desde el inicio se percibe que el largometraje depara algunos giros de tuerca y revelaciones, más nada que sea totalmente impredecible.
La paleta de colores se inclinó hacia las tonalidades frías. Esa elección acompaña al matiz psicológico de cada personaje, ayuda, aunque no del todo, a no crear una confusión con las siete nietas. Los tonos también contribuyen a reforzar la sensación de soledad de esa sociedad futura y superpoblada.
En cuanto a los aspectos negativos, los más destacados se ubican en el nivel narrativo, con las salidas fáciles o, de plano, los vacíos argumentales.
Wirkola se enfoca en la acción, algo bueno para vender el largometraje, y las persecuciones y peleas ayudan a la fluidez de la película, pero se queda corto en el tratamiento del tema planteado: el exceso de humanos, el régimen totalitario al que esa situación conduce, los horrores relacionados.
El director noruego supo hilvanar una atractiva cinta de acción, su producto cuenta con lo necesario para entretener. Sin embargo, no es para dedicarle palabras como “es un cineasta al que debemos estar atentos”.
Resumir el principal problema de ¿Qué le pasó a Lunes? implica apuntar que el listón de obras como Blade Runner le queda muy alto y ni Rapace ni Dafoe son capaces de salvar el resultado final, como en su momento Robert Duvall no pudo hacer más por El sexto día, cinta con una premisa perturbadora que se quedó en un filme más de Arnold Schwarzenegger.
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