Una larguísima palabra
La referencia que tenemos más a la mano para saber si una palabra o expresión es correcta, es el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), que sin ser la perfección, nos da la opinión digamos "oficial" de los lingüistas de todos los países de habla hispana, cuyas academias están afiliadas a la española.
Pero debemos estar conscientes de que no todas las palabras correctas, ni aún las que la Academia ya ha aceptado, están en el DRAE. Muchas porque son palabras compuestas, otras porque son regionalismos, o porque son formas conjugacionales… en fin, eso ocurre debido a multitud de factores.
Escarbando en los libros y ahora también en Internet, ¡se encuentra uno cada cosa! Por ejemplo, anda circulando por ahí una palabra que, según se dice, es el nombre de la fobia a las palabras largas. Una fobia, usted sabe, es un sentimiento de aversión, de repulsión o de temor irracional a alguna cosa, persona, animal o situación.
El caso es que esta palabrita que según dicen es el nombre de la fobia a las palabras largas es en sí una palabra larguísima y además muy difícil de leer y más de pronunciar. Consta de 35 letras, cuando la palabra más larga aceptada por la Academia creo que es electroencefalografista, vocablo que apenas llega a las 23 letras.
La palabrita de marras es hippopotomonstrosesquippedaliofobia. Se la anoto sólo como una curiosidad, pero por favor, no la tome muy en serio. En todo caso, de acuerdo con sus raíces etimológicas, la fobia a las palabras largas debería ser sólo la parte final, o sea, sesquipedaliofobia, que es una palabra larga, pero "sin irse al baño", es decir, sin exagerar.
Por ahí le tengo otras curiosidades que me he encontrado y que he ido guardando para usted, que me hace el favor de leer mis comentarios.
Encontré por ejemplo que la palabra aeronáuticos y la palabra ecuatorianos tienen exactamente las mismas letras pero colocadas en diferente orden, o sea, que una es anagrama de la otra.
Una de las características inadmisibles de la palabrita kilométrica que le cité líneas arriba, es que tiene dos doble P, combinación de letras que no existe en español. Hay palabras con doble ee como leer, con doble nn como innovación y con doble cc como acción. Hay palabras desde luego con doble ele como lluvia y con doble rr como cerro, y habrá algunas otras letras dobles, pero la pp no es una de ellas. Además, en nuestro idioma hay muy pocas palabras que tienen dos letras dobles. Yo nada más me acuerdo de una: la palabra corrección. Otra curiosidad idiomática.
¿Y podría usted citar tres palabras españolas que terminen en ñía? Yo no. Creo que solamente hay dos: una muy común que es compañía y la otra algo extraña que es hurañía, la calidad de huraño, una persona a la que no le gusta tratar con la gente.
ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: comodijo2@hotmail.com.
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
¿En qué situación aplica la expresión "rasgarse las vestiduras" y cuál es su origen? Es una pregunta de Laura Vera Arévalo.
RESPUESTA:
"Escandalizarse excesiva e hipócritamente por algo que otros hacen o dicen". Así define la Academia Española el sentido actual de la frase "rasgarse las vestiduras". En la antigüedad, el acto de rasgarse las vestiduras fue una manifestación de sincero dolor. Frente a una gran desgracia ocurrida a un ser querido, sus allegados se echaban ceniza en el pelo y se desgarraban la ropa y así hacían pública su desesperación.
Me retiro con un mexicano refrán de aquel que presume de ser muy mujeriego cuando le falla una conquista. Dice: ¡En mejores bocamangas he atorado mi pescuezo! ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.