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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

JUAN RECAREDO

El verbo tocar y la tocadera

Hoy toca, dice aquel señor muy puntualmente cada viernes porque él y su esposa han convenido que ese día de la semana hay que darle oportunidad y espacio al amor. Y lo que toca hacer hoy empieza por algunos tocamientos que se hacen entre ellos hasta que la pasión toca a su puerta.

El verbo tocar es muy versátil. Quiere decir muchas cosas, algunas agradables, pero también otras que no lo son tanto. Cuando se nos muere algún pariente o amigo cercano, decimos fatalmente que cuando te toca, te toca, pero también es cierto que no hay que ponerse en el tocadero, porque algunos viven entre el peligro nada más por gusto o por descuido. Entonces, no debe sorprenderles que la muerte toque a su puerta.

Y ya que digo "toque", recuerdo aquel tipo que anda en las ferias ofreciendo "toques, toques", y que efectivamente ofrece que por unas monedas pruebes tu aguante cuando con su aparato te hace pasar corriente eléctrica a través de las manos y el tipo iba aumentando la intensidad de la corriente y tú te vas engarrotando hasta que gritas: ¡ya! Y el maestro de los toques apaga su aparato y sientes que te vuelve el alma al cuerpo.

También, hay muy diversos tipos de toques, aparte de los eléctricos, que también alguna vez te has de haber dado involuntariamente al estar tratando de cambiar un foco o de reparar algún aparato eléctrico descompuesto, aparte, digo están los "toques" que se dan los chavos que le hacen al uso de la yerba verde, o sea, de la marihuana, cuando le dan una fumadita al cigarro que contiene la cannabis índica. Es cuando se están dando un toque.

Ése es un toque como también lo es el "toque" de balón que hacen los futbolistas en un juego. Curiosamente, aunque por lo general se toca con las manos, el toque del balón en el fubol se da con los pies, porque ya se ha dicho mucho que el futbol se juega con la cabeza, aunque se ejecuta con los pies, pero tocarlo con las manos es una falta.

También, toca la banda dominguera que se presenta cada domingo en la plaza a llenar los aires con el sonido de las trompetas, los saxofones, los timbales y la tuba interpretando la Marcha Zacatecas, Barras y Estrellas y tantas otras piezas muy clásicas de ellas, aunque la verdad es que las bandas de pueblo ya tocan música muy diversa y no es raro oírlas ejecutando de pronto un mambo de Pérez Prado o una versión muy rimbombante de una canción de Joan Sebastian o de El Buki, Marco Antonio Solís.

"Tócala de nuevo, Sam", es la frase clave de la cinta Casa Blanca con Humprey Bogart e Ingrid Bergman, aunque si usted ve detenidamente la película, se dará cuenta de que la frase en la cinta nunca se dice exactamente así.

Los muchachos de un grupo musical, cuando tienen pendiente una presentación, se refieren a ella diciendo: "tenemos una tocada", aunque literalmente una tocada podía ser también una muchacha que está medio perturbada mentalmente. Se dice que la chica está medio tocada, o para disimular un poco, puede ser que un muchacho diga que ella está algo "tocadiscos", recordando el fonógrafo, un aparato que ya pasó a la historia, desplazado por la avanzada tecnología actual.

Cuando en una fiesta aparece una guitarra, puede ser que te pregunten: ¿sabes tocar? Y no sería nada raro que contestaras: "sólo la puerta", queriendo decir que la ejecución de algún instrumento musical no es lo tuyo, y por ahora, creo que ya me toca retirarme, así que paso a despedirme antes de que alguien venga y me diga que me vaya a tocar mi música a otra parte.

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO:

Comodijo2@hotmail.com.

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Jesús Castillo: Siempre me he dedicado a las ventas y es muy común escuchar acerca de las ventas de cambaceo (casa por casa). Mi duda es: ¿qué significa cambaceo y cuál es su origen?

RESPUESTA:

No se conoce con precisión el origen de la palabra cambaceo, que es como se le dice a las ventas casa por casa. Hay una versión que dice que procede de CANVAS, que es como se le llamaba a aquellos carretones cubiertos de lona en los que viajaban los pioneros por tierras americanas haciendo comercio de pueblo en pueblo.

Terminamos con esta consoladora reflexión: El fracaso es como una salsa que le da sabor al platillo del éxito. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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